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Comunicante Comunicante Comunicante VIERNES 19 DE JUNIO DE 2015 SUPLEMENTO CULTURAL 34 Cuando la inconformidad crea historias La historia de los países está viva, se alimenta para devengarse con el tiempo, pero no puede eludir aquellos rencores e inconformidades que desembocan en movimientos sociales y guerras La historia según el cristal con que se mire El 19 de junio de 1867, Maximiliano de Habsburgo fue fusilado por orden de Juárez. Sin embargo, existe otra teoría que afirma que Juárez le perdonó la vida y le condenó al destierro Ricardo Bonilla Págs. 6 y 7 Juan L. Simental Pág. 8 De Souza paSar a mago “La dictadura de hoy es económica. Vivimos en una situación que se podría llamar capitalismo autoritario”, señala José Saramago, quien tuvo la virtud de trascender sus propias páginas para intentar empujar, soltar la presión, sacar agua limpia del desagüe. Por: Carlos Yescas Alvarado Págs: 4 y 5
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SUPLEMENTO CULTURAL - HP 444

Jul 22, 2016

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De Souza paSar a mago
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Page 1: SUPLEMENTO CULTURAL - HP 444

ComunicanteComunicanteComunicanteVIERNES 19 DE JUNIO DE 2015 SUPLEMENTO CULTURAL 34

Cuando la inconformidad crea historias

La historia de los países está viva, se alimenta para devengarse con

el tiempo, pero no puede eludir aquellos rencores e

inconformidades que desembocan en movimientos

sociales y guerras

La historia según el cristal con que se mireEl 19 de junio de 1867, Maximiliano de Habsburgo fue fusilado por orden de Juárez.Sin embargo, existe otra teoría que afirma que Juárez le perdonó la vida y le condenó al destierro

Ricardo Bonilla Págs. 6 y 7 Juan L. Simental Pág. 8

De SouzapaSar a mago

“La dictadura de hoy es económica. Vivimos en una situación que se podría llamarcapitalismo autoritario”, señala José Saramago, quien tuvo la virtud de trascender sus

propias páginas para intentar empujar, soltar la presión, sacar agua limpia del desagüe.

Por: Carlos Yescas Alvarado Págs: 4 y 5

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Editor / Ricardo Bonilla Diseño / Grupo Editorial HADEC

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VIERNES 19 DE JUNIO DE 2015

Cuando el pelotón de fusilamiento hizo su última descarga, Maximiliano de Habsburgo empezó una nueva vida. A cambio de no revelar jamás su identidad, Juárez, masón como el archiduque, le perdonó la vida y le dio un salvoconducto para El Salvador donde vivió bajo el nombre de Justo Armas. Así lo asegura el investigador Rolando Deneke y con ello cambia el rumbo de la historia. (ABC de España. Según la historia oficial, el 19 de junio de 1867 Maximiliano y los generales Miguel Miramón y Tomás Mejía fueron fusilados en el Cerro de las Campanas, en Querétaro).

Monsiváis y su omnipresente ausencia

(Murió el 19 de junio de 2010).

“El pueblo es la mirada colectiva sobre un aparatode televisión”.

Durante décadas, la presencia de Carlos Monsiváis en un sinfín

de presentaciones de libros, coloquios, manifestaciones y con-vites fue vista como algo obvio e inevitable. “Soy un lugar común de la Portales”, dijo alguna vez. Su comparecencia en tantos sitios sugería la posibilidad de que contara con replicantes.Era demasiado célebre para pasar inadvertido. Su cabelle-ra revuelta, su chamarra de mezclilla, su gran mandíbula

cruzada por la sonrisa de quien aún no sabe qué pensar (o ya sabe pero prefiere no decirlo), determinaban el acontecer. Ignorarlo era como no advertir que ya llegó Blue Demon.Odiaba hacerse el amable y despreciaba la cortesía proto-colaria. Ante la pedantería y la falsa erudición, reaccionaba con firmeza. En 2009, en el Festival Hay de Cartagena de Indias, un norteamericano se dirigió a él con una mezcla de inte-rés e insolencia: “Me gustó lo

que dijo, pero nadie me puede decir quién es usted, ¿podría recomendarme alguno de sus libros?”. Monsiváis fingió pa-ciencia franciscana y contestó: “me limitaré a dos: El llano en llamas y Pedro Páramo. Algunos maledicientes dicen que no los escribí yo, pero nunca les respondo a mis detractores”.Medir el tamaño de su ausencia es imposible porque intervino en demasiadas zonas del arte y la política. Fue el mayor árbitro entre lo culto y lo popular y

uno de los principales dictami-nadores del gusto en un país que no sabía que tantas cosas distintas valieran la pena.Monsiváis fue una forma de la atmósfera. Con su muerte, lo que dábamos por sentado adquiere inaudita desmesura. Carlos Mon-siváis dejó de pertenecer a la vida diaria para incorporarse al género que redefinió: la leyenda. (“El género Monsiváis”, Juan Villoro; Letras Libres, julio de 2010. “Monsi” murió el 19 de junio de 2010).

Nomás por hablar de algo…La Efeméride

El 19 de junio de 1921 murió el poeta Ramón López Velarde. Durante su juventud fue enviado a una escuela de mujeres por sus padres, y aunque estuvo muy molesto con ellos después de unos años les agradeció, pues aprendió a tratar a las mujeres. En esta época conoció a Josefa de los Ríos, pariente lejana y ocho años mayor que él, quien le causó una honda impresión. El primer poema que se conoce de López Velarde (1905) parece estar inspirado en ella, a la que luego dará en su obra el nombre de “Fuensanta”.

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Estaba punto de darme por vencida y llevar de regalo unos calcetines (imprescindiblesy nunca quedan mal)

Estaba punto de darme por vencida y llevar de regalo unos calcetines (imprescindiblesy nunca quedan mal)

Nadia Bracho

-Ese equipo modular tiene AM-FM, con so-nido estereofónico; hay para cassetes y CD –les muestro entusiasmada a los niños, que miraban sin mirar. El más pequeño se rascó la cabeza, otra bostezó a tal grado que le conté las amalgamas de la boca y la tercera, simplemente, se concretó a observar las puntas de su pelo como si en ello tuviera las respuestas existenciales de su vida.

-¿Qué no van a decir nada? ¡Es el regalo del Día del Padre para su abuelo! ¿No van a opinar al respecto? –el eco que vino después me indicó que tenía frente a mí a tres monjes tibetanos con voto de silencio. Estaba punto de darme por vencida y llevar de regalo unos calcetines (imprescindibles y nunca quedan mal), cuando las “gárgolas de pie-dra” que eran mis hijos empezaron a moverse.

-Y por qué no regalarle un I-pod…-¿Un I-pod? ¡Adenosintrifosfatos! Por

los cuernos del ácido desoxirribonucleico, ¡pues qué les ha hecho su abuelo! –contesté al tiempo que se acercó una de las niñas y, mirándome a los ojos, agregó:

-¡Cálmate, mamá! Es solo un reproductor de música, como si fuera una grabadora, pero con mucha música por dentro, como 200 canciones, por ejemplo –esa respuesta me hizo pestañear varias veces, indicándole a mi cerebro que esta-ba a años luz del siglo en el cual nací.

-Podemos regalarle una agenda electró-nica, un radio-celular para ver el Mundial o la calculadora con internet para mandar sus mensajes o… -toda esta naturaleza de obse-quios me hizo considerar que los calcetines eran la mejor elección. En eso veo, como una revelación, una caja de herramientas, la más hermosa, la más completa, ¡y con guía de uso!

Los dejé en el debate de “el regalo que más aplauda” y seguí mis instintos. En cuanto me acer-qué a ella hubo una química inmediata: se podía encontrar todo lo que yo en mis peores momen-

tos de “mecánica casera” pude necesitar. Casi con lágrimas en los ojos y una plegaria de “dónde estabas cuando yo más te necesi-taba”, tomé una y me dirigí a la caja.

Y en un mundo igualitario…el Día del Padre es cosa solo de hombres

tivo, le dejo el dinero y regreso a las 5:00 por la mercancía, solo para que no me la ganen, ¿eh? –dije, acompañando una sonrisa torcida por la impresión recibida, pero al fin sonrisa.

-No tengo facultad para dar recibos, solo el sistema. Como le dije, regrese a las 5:00 de la tarde –fue su respuesta.

Si usted tiene duda de que exista la “Dimen-sión desconocida”, dese una vuelta por alguna tienda departamental de “abonos chiquitos” y tra-te de pagar de contado cuando el sistema no sirva.

-Oiga, me voy a ir, míreme –dije, y traté de alejar-me unos pasitos para que viera que hablaba en serio.

El empleado ni se inmutó, sino al contrario.-Fue un placer atenderla. La espero a las

cinco de la tarde, y en compras arriba de 500 pesos se le regalará una camiseta de la Selec-ción Mexicana –respondió automáticamente.

Me quedé de puntitas, no quería que este “me-morable instante” se borrara y salí de la tienda se-guida de mis hijos, quienes se preguntaban: ¿dónde estaba esta maravillosa caja de herramientas?

-Entonces, mamá, ¿qué vamos a regalar el Día del Padre? -preguntaron los tres, por primera vez inquietos.

-No se preocupen, ya tengo todo resuelto. Unos calcetines, unos útiles e imprescindibles calcetines.

Antes que perder la cordura, no hay nada más equilibrado para la razón que regalar unos calcetines. Feliz Día del Padre.

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VIERNES 19 DE JUNIO DE 2015

SATÍN Y SEDA

Los niños se miraron unos a otros y co-rrieron a alcanzarme, tenían curiosidad de qué fue lo que me movió en esa forma.

-¿Contado o crédito? –dijo un joven automática-mente, sin mirar siquiera mi formidable mercancía.

-Contado –respondí y miré a los niños, orgullosa de mi adquisición. Ellos solo me-neaban la cabeza y encogían los hombros.

-Ya serán padres algún día y, antes de incli-narse por un superficial perfume, clamarán por un regalo como este -les dije. Pero no aguanta-ron más y soltaron la carcajada en mis narices.

-¿No tiene crédito? –preguntó el joven.

-No, quiero pagarlo de contado, no me gustan las deudas.

-El sistema no puede recibirme efectivo hasta las cinco de la tarde. Por lo tanto, llene su hoja de crédito y son 14 pagos semanales de 57 pesos cada una. Tiene que venir de 9:00 a 1:00 de la tarde de lunes a viernes para hacer su pago; en cuanto exista un atraso su caso pasará a jurídico y entonces…

Mi mente se puso en blanco, no quise se-guir más la plática por temor a visualizarme en la cárcel de Almoloya por haber incurrido en el delito de no pagar 57 pesos.

-Quiero pagar de contado; no me interesa sacar el crédito…

-No se puede, el sistema no lo permite… -¿Puedo hablar con “su sistema”?…-No puede hacer nada… -¿Qué pasaría si tuviera una compra de 38

millones de pesos y es en efectivo? ¿La deja-ría perder por “el sistema”?…

-Sí, y le diría que regresara a las 5:00 de la tarde… La cara se me cayó, junto con el pelo y los hombros,

dejándome una imagen parecida a la de “Cuasimodo”.-Y si le dijera que quiero pagarla en efec-

Ya serán padres algún día y, antes de inclinarse por un superficial perfume, clamarán por un regalo como este

Los niños se miraron unos a otros y corrieron a alcanzarme, tenían curiosidad de qué fue lo que

me movió en esa forma

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VIERNES 19 DE JUNIO DE 2015

De Souza paSar a magoComo el viaje de Salomón, donde se sabe a dónde pero no siempre se

explica para qué, José Souza se encontró muy pronto con la duplicidad del hombre; de sí mismo

Extrañamente, el hombre ha deseado construir una máquina cada vez más humana: que pueda pensar y sentir.

Esto suena a argumento cinematográfi-co, lo cual no tendría nada de parti-cular, pues como dirían en El evan-gelio de las maravillas: “a través del cine nos habla Dios”. Sí, ese mismo dios infiel del que hablaba José Saramago; ese dios del deseo.

En este camino por encontrar la máquina humanizada, el hombre se ha ido mecanizando. No ha fun-cionado el experimento. En términos de Deleuze, el hombre es una máquina deseante, misma que lo devora, lo asfixia y lo encegue-ce. Una ceguera inconsciente, otras veces se-lectiva, que da todos los elementos para rea-lizar un ensayo, como el provocado desde los terrenos de la literatura, pero siempre en con-tacto con todos los puntos de la esquizofrenia deshumanizada en nuestras sociedades.

El camino; ¿para qué? Como el viaje de Salomón, donde se sabe a dónde pero no siempre se explica para qué, José Souza se encontró muy pronto con la du-plicidad del hombre; de sí mismo. Bautizado por error o por broma, según se narre la his-toria (situación que pronto aprendería José), con el apodo familiar, curiosamente conoció las primeras letras por parte de su madre, analfabeta, quien le regaló su primer libro.

Sin una educación formal, su lenguaje se fue construyendo a partir de la observa-ción y la vivencia de la pobreza, lo que lo llevó a ese otro camino infinito: explicarse al hombre; sus gritos como inicio en una tierra de pecado en el incómodo silencio de Dios. Luego, callar, por no tener nada qué decir, durante veinte años.

Este silencio estaba gestando un univer-so de palabras donde cabe la historia,

los sueños, el campo y el artista, para

explicarse a José entre todos los Josés del mundo, para encontrarse un lugar en me-dio de la masa, de la locura de no vivir, o

pretender hacerlo, a través del deseo del cuerpo.

La filosofía, dice Deleuze, crea conceptos, “pero hay varios aspec-tos posibles en los conceptos”, ex-plica. Esta filosofía novelada, es el camino que sigue José en su paso a convertirse en mago de la pala-

bra, pues no solo muestra el camino, sino sus implicaciones, y nos libera del

pecado original de Caín, que nace del pe-cado original de Adán y Eva, entre la originali-dad de una literatura que golpea como martillo ante una necesidad que pocos comparten: ser libres. Otros dirán, libres ¿para qué?

Cuerpo sin después Un guiño contra la máquina del deseo es la ironía, el acto lúdico de escribir y escribirse a sí mismo como un medio de lograr acercarse a ese cuerpo sin órganos, a esa entidad vital que se libera de las circunstancias de un día a día que se repite y se reafirma, como un cuerpo social que absorbe la vida, sin darse cuenta, o en ocasiones a favor de esto, de los productores-servidores de un sistema escla-vizador que se basa en el cuerpo.

El poder militar de “malnacidos”, diría Saramago, tuvo el dominio y permitió la ins-tauración de regímenes nefastos por todo el orbe. La toma del control y el poder por par-te de dictadores, de cuya presencia toda la humanidad ha tenido noticias, la ha padeci-do, y no solo la ha vivido, sino la ha muerto.

Siempre hay una máquina que nos empuja, dice Saramago, en la misma di-rección, aunque algunos hagan intentos por escapar de este empujón, y aunque exista esa especie de prerrogativa huma-na llamada libre albedrío, que al final sir-ve para reafirmar al esclavo o para que el

que quiera hacer el mal, lo haga de manera consciente, ante la mirada con desgano del bueno de Dios.

“Con la información que tenemos, podemos identificar cuáles son los pro-blemas del mun-do. Pero, ¿qué hacemos para s o l u c i o n a r l o s ? Nada”, explica Saramago. Solo unos pocos se dan cuenta de que es-tán siendo arras-trados y tratan de empujar contra la máquina, que en muchos casos sigue usando los mismos procedi-mientos bárbaros de los antiguos dictadores, como el asesinato, la desapa-rición, la tortura, y sobre todo, el cinis-mo. Al respecto, México todavía escribe su historia con esta tinta bárbara, produ-ciendo dictadorcillos en todo el territo-rio. Nadie empuja contra la máquina.

“La dictadura de hoy es económica. Vi-vimos en una situación que se podría llamar capitalismo autoritario”, señala Saramago, quien tuvo la virtud de trascender sus pro-pias páginas para intentar empujar, soltar la presión, sacar agua limpia del desagüe.

Esta visión queda evidenciada en Michel Foucault, quien pone el acento

No percibimos que la dictadura cambió y ya no precisa de militares

malnacidos; demilitares corruptos; de grandes batallones de la muerte

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VIERNES 19 DE JUNIO DE 2015

De Souza paSar a magoComo el viaje de Salomón, donde se sabe a dónde pero no siempre se

explica para qué, José Souza se encontró muy pronto con la duplicidad del hombre; de sí mismo

Por Carlos Yescas Alvarado

en la dominación por medio del cuerpo, por medio de esas necesidades que creemos necesarias y que no tenemos, ni tendremos, las posibilidades económicas de alcanzar: “El control de la sociedad sobre los individuos no se opera sim-plemente por la conciencia o por la ideología sino que se

ejerce en el cuerpo, con el cuerpo. Para la sociedad capitalista lo importante era lo biológico, lo somá-tico, lo corporal antes que nada. El cuerpo es una realidad Biopolítica”.

A este respecto, tam-bién nuestro país levanta la mano, pues los índices de pobreza y los altos raitings televisivos de las telenove-las, de los partidos de fut-bol, la entrega de dádivas durante las campañas, la corrupción, la ignorancia y la burla de los gobernantes

en turno, son un claro ejemplo de cómo se perpetúa este círcu-lo de dominación a través del cuerpo, sin que podamos encon-trar un después. Todo está en los órganos: lo que se hace con las tripas; el corazón infartado; los pulmones que se ahogan; los intestinos que nos revientan en la cara y vuelven a llenarse; los ojos que no ven más que algunos canales vacíos; la boca llena de tierra para saciar el hambre, a riesgo de levantarle un muro a la palabra; lo que solo algunos hacen, nada más por sus huevos. El cuerpo. Sin después.

La literatura como forma de conciencia El fervor por seguir a la máquina deseante, productora y destruc-tora, o mejor dicho, “transformadora” de deseos, tal como se le entrega a un Dios que castiga y encima nos juzga y castiga, puede tener su Caín. La conciencia, dice José Saramago, es la alternativa a esta máquina.

La máquina provoca hambre, ignorancia, injusticia, y esto a su vez, despierta el instinto de muerte. Suicidio y asesinato, con sus variantes, como la violación, el maltrato, o un proceso elec-toral. En este tema, Saramago señala, esto alimenta a la máquina; le facilita el trabajo: “mientras se maten los unos a los otros, no

tendré yo que matarlos a ellos”, dice. “No tenemos nada más que la conciencia”, dice José Sa-

ramago, y vas más allá, la conciencia de que somos huma-nos, nada más, y a través de ello, nos pertenecemos; es lo único que nos pertenece, pues no tenemos el poder políti-co, no somos gobierno. No somos la máquina.

Esta conciencia despierta en la palabra de José y tras-ciende más allá de sus páginas, por eso, esta conmemo-ración al abandono de su cuerpo no está centrada en su obra literaria tal cual, pues sus libros ahí están, listos a ser leídos. Pero el mensaje político y filosófico parece que no se ha escuchado lo suficiente, ya que el hombre sigue so-ñando con crear su máquina humana, y se ha olvidado que tiene a millones de humanos, por todas partes, con quienes compartir su verdadero deseo: ser.

Lo que se está preparando en este planeta, es un mundo para los ricos

Mucho ojo con el poder porque el poder no necesita un poder absoluto para corromper, el poder tiene sus riesgos

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VIERNES 19 DE JUNIO DE 2015

Cuando la inconformidad crea historias

Por Ricardo Bonilla

La verdad es que cuesta trabajo aclimatarse al hambre.Y aunque digan que el hambre repartida entre muchostoca a menos, lo único cierto es que todos aquí estamosa medio morir y no tenemos ni siquiera dónde caernos muertos.Según parece ya nos viene de a derecho la de malas…”

Juan Rulfo

Nadie puede renunciar a su pasa-do, ni olvidarse de su origen, esas marcas que dibujan el presente y

narran nuevas historias. Unos los llaman cicatrices, otros episodios que moldean el destino de una comunidad.

Desde el México prehispánico hasta el contemporáneo, la identidad del mexicano ha sido forjada por diferentes sucesos y personajes, muchos de ellos perdidos en el tiempo, otros sobrevalorados y unos más vistos como héroes o villanos.

Un país que se niega a voltear la pá-gina, que se condena a vivir en la falsa idea del progreso, y que asienta involun-tariamente las bases de su ascenso en una sociedad indiferente, que sin proponérselo da vida a nuevas historias.

Como aquellas que día a día se escri-ben, porque no se acaban, se alimentan para devengarse en el tiempo, tal como lo dice Miguel Ángel Berumen Campos, di-

rector del Museo Nacional de la Revolución.“La historia de los países está viva, perma-

nece, se alimenta, no hay que perder de vista que muchas de las guerras actuales en el mundo obedecen a los mismos rencores, como las de Palestina, Israel, Yugoslavia, Crimea”, expresa.

México no se exime de una herencia de rencores, desde el imperio azteca y su salvaje dominio, la Conquista y esa furia antiespaño-la tras la Independencia, hasta la Revolución y en la actualidad.

Hay gente que tiene el derecho a mantener

viva las ofensas de ciertos personajes, aunque hay otra corriente de la Historia que dice: lo prudente es olvidar y reconciliar, pero qué de-cir a los familiares directos o a los ofendidos, argumenta Berumen Campos.

No escatima en señalar que siempre ha habido esa inconformidad que hasta se nota en la literatura, en la filmografía prohibida, como en La Fórmula Secreta, de Rubén Gámez, con textos de Juan Rulfo y narrada por Jaime Sabines. “Pareciera es-tar oyendo a la gente que se va a levantar en armas en 1910, a los pobres del México de 2015, a pesar de ser un trabajo de 1965”.

La Revolución surgió de hombres y mujeres que se sintieron indignados con la desigualdad, y pensaron que no había otro camino que este movimiento que cimbró la historia nacional, dice.

“No sé si para lo que logró (Álvaro) Obregón y (Plutarco Elías) Calles haya sido necesaria una Revolución con un

Hay gente que tiene el derecho a mantener viva las

ofensas de ciertos personajes, aunque hay otra corriente

de la Historia que dice: lo prudente es olvidar y

reconciliar

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VIERNES 19 DE JUNIO DE 2015

En México desde hace muchos

años se están escribiendo historias de todo tipo y en todas direcciones, incluso

desde los vencidos”.

millón de muertos, un millón de despla-zados”, exclama el historiador que recientemente pre-sentó en las Jornadas Villistas la confe-rencia magistral “La fotografía en la Revolución”.

Sin embar-go, lamenta que la Revolu-ción popular haya sido de-rrotada, no se concretó cabal-mente; aunque el grupo Sonora que al final se queda con el poder, encabeza-do por Obregón y Calles, hacen un México distinto al porfiriato, fue muy distante al que querían ver Francisco Vi-lla, Emiliano Zapato. Solo fue una lucha por el poder.

En su expresión, el también fotohisto-riador precisa que como en otros países, los movimientos sociales tienen avances, retrocesos y traiciones. No hay una línea que diga las consecuencias actuales de la Revolución, a lo mejor ya están desdibu-jadas, hubo avances, pero también se van traicionando los ideales.

No se puede hacer una traducción de la Revolución al México actual sin pasar por los diferentes sucesos que lo han mar-cado en los años siguientes.

Y cómo olvidar la guerra cristera, el movimiento feminista por el derecho al voto, la matanza de Tlatelolco en 1968, el Jueves de Corpus conocido como el “Halconazo”, la Guerra Sucia, pasando por el Movimiento Zapatista, hasta Ayo-tzinapa, entre otros, que dan muestra de esa bravura del mexicano alimentada por la inconformidad.

“En Méxi-co desde hace muchos años se

están escribiendo historias de todo tipo y en todas direcciones, inclu-

so desde los vencidos”, precisa el Director

del Museo Na-cional de la

Revolución.S u b r a -

ya, no obstante, que toda esa he-rencia de la Revo-

lución “se va a tras-

ferir al PNR, que luego termina en un

sistema bastante pobre y corrupto. Entonces va a

aparecer la figura de (Lázaro) Cárdenas que recapitula esas promesas revolucio-

narias y él cree que hace efectivas… el resto de la historia la conocemos”.

A pesar de ello, la Historia como ciencia aún no ocupa un lugar preponderante en el desarrollo de un pueblo, que marque su presente con base a su origen.

“La Historia debería interesarle a los niños, adolescentes y a los adultos, de lo contrario es como si renunciáramos a nues-tro propio pasado personal, como si nues-tra vida actual no tuviera nada que ver con nuestra adolescencia, nuestra niñez”, reite-ra Berumen Campos

“Exactamente pasa eso con un país, de-bemos saber quiénes somos, tener concien-cia de cuál es nuestro lugar en el universo, y saber cómo actuar”.

Y México demuestra que esa bravura que ha marcado su historia permanece viva, el temor a las balas, al hambre y a la indife-rencia las sigue convirtiendo en cenizas, las cicatrices de viejas luchas se curan entre la

esperanza.M a n t i e n e

vivaz ese espí-ritu guerrero heredado por los ancestros, se aferra a su fe y tradiciones para afrontar las luchas que

sean necesarias, sin ra-jarse ante las amenazas de la cotidianeidad y del mundo moderno.

Miguel Ángel Berumen Campos, director del Museo Nacional de la Revolución.

La Fórmula Secreta.

La Fórmula Secreta, de Rubén Gámez, con textos de Juan Rulfo y narrada por Jaime Sabines, también muestra la inconformidad que ha provocado movimientos sociales

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El 19 de junio de 1867, Maximiliano de Habsburgo fue fusilado por orden de Juárez

No hay santo que no peque siete veces al día

Escribir la historia será siempre la potestad de los vencedores. Por eso es que la Verdad, con mayúscula, será el relato indiscutible de la gesta de los héroes… de parte de los que vencieron, por

supuesto. Así, mito y realidad se mezclan en una frontera cada vez más tenue, en la que ya no se sabe –y a veces no importa saberlo- qué forma parte de la realidad y qué es más fruto del afán voluntarioso de los que cuentan las gestas sobrehumanas de los victoriosos.

Por eso es que a los héroes se les eleva a los altares del culto cívico, puestos allí con laureles ceñidos es sus patrióticas sienes, y ofrecidos a la exaltación de sus elevadas y hasta sobrenaturales virtudes. José Antonio Crespo y Enrique Krauze afirman que los héroes, como los santos, pecaron también siete veces al día y fueron de carne y hueso y cargaron sobre sus hombros la misma humanidad que los vencidos, esos a los que la historiografía oficial ha expuesto para el escarnio y la pública abominación. Es decir, en ocasiones la gloria mayor de los héroes patrios fue haber estado, circunstancialmente, del lado de los que vencieron.

En México, el mayor de los héroes es, sin duda, el pastorcito nacido en San Pablo Guelatao, Oaxaca, el 21 de marzo de 1806: Benito Juárez García. En el plano de las realidades humanas, Juárez tiene un mérito que no es posible soslayar: haber dejado atrás la ignorancia –y la miseria para siempre- a la que estaban condenados los de su clase, la más baja en la sociedad de su tiempo. Una de las aspiraciones mayores, y posibles luego de aprender las letras elementales, era pertenecer al clero, pero incluso este tenía sus jerarquías bien establecidas: los más quedaban en una especia de sacerdocio menor, ministros cuya misión fundamental era decir misa para la masa de los pobres y analfabetas, siendo incluso que muchos de tales sacerdotes eran también analfabetas.

La historia oficial en torno al Benemérito es harto conocida, y así como en México no existe mayor adalid de los derechos y la igualdad, también es cierto que hay capítulos que sus hagiógrafos se han empeñado en condenar al olvido. Por ejemplo los afanes reeleccionistas del presidente itinerante, esos que solo la muerte interrumpió; su afición por la bebida y los juegos de cartas en los que empeñaba extensos territorios del país, puestos como garantía (“Las grandes traiciones de Juárez”, Celerino Salmerón); su carácter indómito y arrebatado, “natural de los de su sangre”. Antes de dar el vuelco que trajo a su vida el ingreso a la masonería (en la que adoptó el alias Guillermo Tell), Juárez era defensor del matrimonio sacramental y de la comunión dominical, a la que obligaba a sus funcionarios cuando fue gobernador de Oaxaca.

Uno de los capítulos más controversiales en la gesta juarista lo constituyen Maximiliano y el establecimiento del Segundo Imperio. Animados –más bien engañados- por los conservadores, Fernando Maximiliano José María de Habsburgo-Lorena y Carlota llegaron a México y desembarcan en el puerto de Veracruz el 29 de mayo de 1864, donde fueron recibidos por el pueblo con suma frialdad, aunque un día después (el 30) se les ofreció un Te Deum en Córdova. La pugna Juárez-Maximiliano (liberales-conservadores) hundió al país en un periodo de zozobra y desterró al primero a la Presidencia o el Gobierno Itinerante.

Sin embargo, entre ambos mediaba algo más que un interés común llamado México, y ese algo es que los dos pertenecían a la masonería. De acuerdo

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Juárez y Maximiliano,la historia según el cristal con que se mire

VIERNES 19 DE JUNIO DE 2015

con Ratz Conrad, “Maximiliano buscó acercarse a su hermano masón, Benito Juárez, pero este lo rechazó. El Emperador soñó con la idea de convocar a un Congreso Nacional que eligiera un gobierno estable, pues creía que eso le daría una justificación moral para abdicar (“Tras las huellas de un desconocido: nuevos datos y aspectos de Maximiliano de Habsburgo”).

Versiones en torno a la compleja relación entre Juárez y Maximiliano abundan en todos los sentidos. Una de las más notables es la contradicción entre el talante de humanidad que privó en ambos: cuando Maximiliano tuvo en sus manos la vida de Juárez y pudo enviarlo al paredón, optó por perdonarle; en cambio, y a pesar de los muchos ruegos que llegaron de las naciones civilizadas de Europa y del mundo –entre los que se incluye la carta que Víctor Hugo dirigió a Juárez-, el nacido en Oaxaca sí ordenó el fusilamiento del emperador, además de los generales Miguel Miramón y Tomás Mejía. Según Fernando Benítez, Juárez respondió a la princesa Salm Salm, hincada a sus pies implorando por la vida de Maximiliano: “aunque todos los reyes y todas las reinas estuvieran en vuestro lugar no podría perdonarle la vida. No soy yo (…), es el pueblo y la ley que piden su muerte”. (“Un indio zapoteco llamado Juárez”). La orden se ejecutó el 19 de junio de 1867.

Existe otra versión: “Cuando el pelotón de fusilamiento hizo su última descarga, Maximiliano de Habsburgo empezó una nueva vida. A cambio de no revelar jamás su identidad, Juárez, masón como el archiduque, le perdonó la vida y le dio un salvoconducto para El Salvador donde el emperador vivió bajo el nombre de Justo Armas. Así lo asegura el investigador Rolando Deneke que durante quince años ha reunido numerosas pruebas que cambian el rumbo de la historia”. (“El archiduque Maximiliano no fue fusilado: murió en El Salvador con 104 años y el nombre de Justo Armas”. Rosa Valdelomar, Madrid; ABC de España).

La historia la escriben los vencedores, esa es la potestad que ejercen sobre los vencidos. A final de cuentas, quizá, es que todo es según el cristal con que se mira. Y si no hay santo que no peque siete veces al día, tampoco existe héroe que nunca haya mentido, que no haya sentido miedo, que no haya sido un poco como todos… incluso como los vencidos.

Maximiliano buscó acercarse a su hermano masón, Benito Juárez, pero este lo rechazó

Por: Juan L. Simental