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Oct 09, 2015

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  • Miguel Grau Seminario

    MiguelMara Grau Seminario (Paita, Per, 27 de juliode 1834[Nota 1] - Punta Angamos, Bolivia, 8 de octubre de1879) fue un marino peruano, almirante de la Marina deGuerra del Per y destacado patriota peruano, mximoorgullo de la Repblica del Per. Se le conoce tambincomo El caballero de los mares.Antes de participar en la guerra del Pacco, logr unacurul en el parlamento peruano como representante dePaita - Piura. Es considerado hroe mximo de la Marinade Guerra del Per y de la nacin peruana.

    1 Nacimiento

    Miguel Grau naci en el puerto de Paita el 27 de julio de1834. Sin embargo, una versin tradicional muy difundi-da ha situado su nacimiento en la ciudad de Piura.[1] Fuehijo del teniente coronel grancolombiano (ms tarde na-cionalizado peruano) Juan Manuel Grau Berro, naturalde Cartagena de Indias, que lleg al Per formando par-te del ejrcito del Libertador Bolvar, y de Mara LuisaSeminario y del Castillo, piurana de nacimiento, descen-diente de los fundadores espaoles de Piura. Fue el terce-ro de cuatro hermanos; los mayores se llamaron EnriqueFederico y Mara Dolores Ruperta; y la menor, Ana Joa-quina Jernima del Rosario.Su casa estaba ubicada en la parte baja de la ciudad que enese entonces contaba con poco ms de 5000 habitantes,pero ya haba visto nacer a grandes hroes peruanos comolos Hermanos Crcamo que pelearon junto a Glvez enel Combate del 2 de Mayo. Segn cuenta la leyenda, sucasa fue destruida totalmente por las fuerzas chilenas dePatricio Lynch cuando entraron al puerto y en el saqueolo quemaron en su totalidad.Por entonces, el Per viva una poca de inestabilidade intrigas polticas que ocasionaban sublevaciones e in-tentos de golpe de estado. El pas acababa de salir de laprimera guerra civil de su historia republicana (enero-abril de 1834). En los aos siguientes se desat la gue-rra por el establecimiento de la Confederacin Per-Boliviana, y tras un breve periodo de calma, surgieron lasguerras entre restauradores y confederados, que culmina-ron con el triunfo de los primeros en la batalla de Yungay,el 20 de enero de 1839. El Per y Bolivia volvieron a serestados separados. Se produjo entonces la Restauracinen el Per, asumiendo el poder el mariscal Agustn Gama-rra. ste, obsesionado por anexar Bolivia al Per, invadidicha repblica, pero fue derrotado y muerto en la batalla

    de Ingavi, el 18 de noviembre de 1841. Sucedi entoncesla contraofensiva de los bolivianos, que invadieron el surperuano.Fue entonces cuando el teniente coronel Juan ManuelGrau Berro (padre de Miguel Grau), entonces retiradodel servicio y dedicado al comercio, juzg que deba re-tornar al ejrcito peruano para defender a su segunda pa-tria. Escribi a Lima a su viejo jefe y amigo, el generalAntonio Gutirrez de la Fuente, ex Vicepresidente de laRepblica que ejerca el mando del Ejrcito del Norte,pidindole una colocacin en las. La respuesta fue favo-rable. El general Gutirrez de la Fuente, en carta del 6 deenero de 1842, expres al teniente coronel Grau que acep-taba sus servicios extquotedblcon entusiasmo extquotedbly lo llam a la capital.[2]

    En julio de 1842, el padre de Grau se incorpor a la Se-cretara del general Gutirrez de la Fuente, quien lo des-tin a Ayacucho. En junio se celebr la paz con Bolivia(Tratado de Puno), pero una vez ms, en el Per se desatla guerra civil y la anarqua. El sucesor de Gamarra, el se-or Manuel Menndez (presidente del Consejo de Esta-do), fue derrocado por el general Juan Crisstomo Torri-co. ste a su vez fue derrotado por el general Franciscode Vidal (segundo vicepresidente del Consejo de Esta-do), en la batalla de Agua Santa, cerca de Pisco, el 17 deoctubre. En el mar, la barca Limea y la corbeta Yungayse batieron a la vista de Paita. En noviembre, el generalVidal, ya como Presidente del Per, nombr a Juan Ma-nuel Grau, vista de aduana en Paita.

    2 Carrera militar

    2.1 Primeros contactos con el mar

    En Paita la actividad martima civil es grande. Todos losnavos que hacen el trco entre Panam y el Callao tocanen su rada. Funciona en el puerto la escuela nutica que,para formar pilotos capaces de dirigir con acierto la mari-na civil del Per, haba fundado el vencedor de Yungay, elmariscal Agustn Gamarra. Al pequeo Miguel, que slotena ocho aos, le fascina la inmensidad del ocano. Suvocacin naval comienza a despertar.Miguel Grau tiene nueve aos y sigue los primeros cursosde instruccin primaria. El muchacho, listo y resuelto, hasido educado con dureza por el padre para conseguir conello templar su carcter y acerar su voluntad. Como sien-te la atraccin del mar, obtiene en marzo de 1843, tras

    1

  • 2 2 CARRERA MILITAR

    Retrato de Miguel Grau.

    continuos ruegos, el permiso paterno para embarcarse enun bergantn de la marina civil dedicado al trco marti-mo entre Paita y otros puertos del litoral peruano y de lospases del norte hasta Panam. El capitn del buque es elcapitn de travesa don Manuel Francisco Herrera, granamigo de Juan Manuel Grau y Berro. La profesin estdecidida y el nio de nueve aos logra imponer su volun-tad y se hace marino civil. En casa quedan los padres ytres hermanos ms: Enrique, Dolores y Ana.El comienzo de su carrera nutica no tiene buenos augu-rios. El buque zozobra y el aspirante a marino se salvade forma milagrosa, retornando al hogar para volver alcolegio.En 1844, Grau, que siente la nostalgia del mar, ruega alpadre que le de autorizacin para regresar a bordo. Supadre vuelve a acceder. Esta vez queda denitivamenteconsagrada la carrera nutica de Grau, que se embarca endiferentes buques, a veces con breves retornos a la patria yal hogar paterno de Paita. En esos viajes recorre todos losmares y los puertos ms importantes del mundo, as comootros que recin se abran a los marinos occidentales.Igualmente visita las lejanas y entonces desconocidas is-las ocenicas. El mismo almirante ha dejado una relacincircunstanciada y concisa de los azares de ese perodo desu existencia.[3]

    2.2 GuardiamarinaDurante estos viajes aprende la ciencia y el arte de la na-vegacin y conoce a hombres de muchos pases que ha-blan distintos idiomas. De regreso al Per, el piloto Grau,graduado en Inglaterra como ocial de la marina mercan-te, que ya es un lobo de mar, 12 aos de marino civil, seestablece en Lima, donde ingresa a la Marina Militar delPer.En el mismo ao, 1853, en que Grau deja la marina ci-vil para convertirse en Marino Militar, su padre, consigueque, en atencin a sus mritos militares y leales serviciosprestados al Per, las Cmaras Legislativas asignen a sufavor una pensin de gracia, de por vida, de cuarenta pe-sos mensuales. Aprobada en la Cmara de Diputados elotorgamiento de dicha pensin, la Comisin Militar delSenado la aprueba, igualmente, con un honroso dictamen,en que se calica a Grau padre como extquotedblviejo sol-dado de la independencia americana extquotedbl.[4]

    Durante los viajes del joven Grau, la Marina militar delPer se haba incrementado. Permanente preocupacindel presidente Ramn Castilla y Marquezado, el mili-tar y gran organizador del Per, ha sido la de reforzar laescuadra. El Per cuenta ahora conms buques: elRmac,construido en Nueva York, de 1.300 toneladas y armadocon cuatro caones, la fragata Mercedes, los bergantinesGuise y Gamarra y las goletas Peruana y Hctor.El 14 de marzo de 1854, gobernando el Per el sucesorde Castilla, general Jos Runo Echenique, librementeelegido en comicios pblicos, Miguel Grau, de 19 aos,ingresa en la Marina militar como guardiamarina.

    2.3 Alfrez de fragataEl guardiamarina sirve primero en el Rmac por espaciode 6 meses y luego pasa, el 2 de octubre de 1854, al paile-bot Vigilante, en el que permanece ms de 10 meses paraser trasladado a continuacin al vapor de ruedas Ucayali.Estando Grau embarcado en el Vigilante ocurre el si-guiente hecho. El 10 de junio de 1855, cuando el pailebotnavegaba rumbo a Paita, entre Mncora y Punta Sal, conmar gruesa y el horizonte nublado, el aspirante de mari-na Manuel Bonilla, que se hallaba en el castillo de proade la nave, cay al agua. Grau, que en esos momentosse desempeaba como ocial de guardia, dispuso que elbuque se detuviera de inmediato y se echaran al agua al-gunos cabos y un bote, en el que se lanz con seis tripu-lantes, con la decisin, que result infructuosa, de salvaral nufrago. En el parte que Grau pas ese mismo da alcomandante del buque, dando cuenta del suceso, expresaque todos sus esfuerzos resultaron intiles, pues el men-cionado pilotn no saba nadar. Y agrega: Sin embargode esto me mantuve en su busca tres horas, por si conseguasiquiera su cadver. Concluye el parte con las siguientespalabras, que traducen su pesar por esa desgracia: des-pus regres a bordo sin ninguna esperanza.[5]

  • 2.4 Separacin del servicio 3

    Casa de Grau en Lima.

    Por aquella poca Ramn Castilla ha vuelto al poder, lue-go de derrotar en la batalla de La Palma, el 5 de enero de1855, al general Echenique.Pese al ambiente revolucionario y a los cambios de go-bierno, la escuadra ha mejorado con la adquisicin denuevas unidades. Castilla compr, al concluir su primeraadministracin, la fragata Amazonas. Echenique sigui elempeo de su antecesor en fortalecer el podero naval pe-ruano con la adquisicin en Inglaterra de la fragata mixtaApurmac y las goletas Loa y Tumbes.El 4 de marzo de 1856 Grau recibe su primer ascenso. El10 de ese mes el comandante general de Marina devuelveal ministro del ramo, con el cmplase y anotaciones deordenanza, los despachos de los ociales ascendidos. Enesa relacin gura el alfrez de fragata Miguel Grau Se-minario, a quien se destina al Apurmac, el mejor buquede la escuadra, que comanda el experimentado capitn denavo Jos Mara Salcedo.A los ocho meses de servir Grau en el Apurmac, y cuan-do este buque se encuentra en el sur, estalla en Arequipa,el 10 de noviembre de 1856, la revolucin que proclamaal ex presidente de la Repblica, general Manuel Ignaciode Vivanco. La insurreccin, que gana pronto el depar-tamento de Moquegua, es de franca tendencia conserva-dora, de abierta oposicin, por tanto, a la Constitucin li-beral promulgada el mes anterior, as como a las leyes deexagerado extremismo votadas por la Convencin Nacio-nal en las que, por ejemplo, se prohbe el establecimientode la Compaa de Jess en el territorio de la repblica.El movimiento de Vivanco gana adeptos y la escuadra pe-

    ruana se pronuncia a su favor. En el Apurmac el tenientesegundo Lizardo Montero Flores promueve la subleva-cin. Grau, que sin duda juzg peligrosos los principiosliberales de la Carta de 1856, sigui con otros ociales aMontero, su amigo y paisano. Al Apurmac se unen muypoco despus el Tumbes, el Loa, el Guise y el Izcuchaca.El levantamiento a bordo del Apurmac ocurre en la ra-da de Arica el 16 de noviembre de 1856. En ocio de20 de ese mes (que se encuentra en el archivo de la Co-mandancia General de la Marina), el comandante del bu-que, capitn de navo Jos Mara Salcedo, da parte a laComandancia General de Marina de la inesperada su-blevacin de la fragata acaecida la tarde del 16 y enca-bezada por el teniente segundo Juan Lizardo Montero.En la nota se explican los pormenores de la sublevacin,realizada cuando baj a tierra con el objeto de visitar alseor coronel Nicols Freyre, Comandante General de laDireccin de Observaciones del Sur. Dice enseguida cu-les eran los ociales que quedaron a bordo de guardia ymenciona, entre otros, al alfrez de fragata don MiguelGrau. Concluye el comandante Salcedo informando quelos sublevados haban desconocido la autoridad del Go-bierno ; que se reunieron con los presos polticos de lospontones Caupolicn y Highlander, y que proclamaron algeneral Vivanco supremo regenerador de la Repblica.Pero la revolucin, que adquiere los caracteres de unaguerra civil, fracasa. La escuadra vivanquista pasa porel Callao en enero de 1857 y luego sigue al norte dellitoral peruano. Los insurrectos toman Trujillo y luego,Chiclayo, de donde se retiran perseguidos por Castilla,para embarcarse en Paita y caer en el Callao el 22 deabril, donde libran furiosa batalla en las calles del puerto.Derrotado Vivanco, se retira al sur y se atrinchera en Are-quipa, ciudad que resiste un largo asedio y que nalmen-te es dominada en marzo de 1858, despus de sangrientocombate. Los marinos complicados en el pronunciamien-to entregan los buques y son separados del servicio. Lafragata Apurmac, ltima en rendirse, fondea en el Callaoel 25 de ese mes de marzo y se pone a disposicin delGobierno.

    2.4 Separacin del servicio

    Separado del servicio, Miguel Grau no forma ya parte dela Marina Militar del Per, pero vuelve al mar. Regresaa su origen, la marina civil, como capitn de un buqueingls y hace viajes entre Amrica y Asia, convirtindoseas en un experto marino con excelentes conocimientosnuticos.Casi a los dos aos, y mientras navega en buques mer-cantes por pases lejanos, surge en el Per un conictointernacional. El Ecuador, para arreglar sus deudas conacreedores britnicos, ha cedido extensos territorios dela regin fronteriza, pero ubicados dentro de los lmitesdel Per. Ramn Castilla anula todos esos actos al ocu-par sin combate el puerto de Guayaquil en enero de 1860,

  • 4 2 CARRERA MILITAR

    Retrato de Grau.

    y convoca despus un Congreso Constituyente que dicta,en noviembre de ese ao, una nueva Constitucin, quesuprime algunas de las liberales reformas de la Carta de1856. El mariscal Castilla evoluciona radicalmente y pa-sa del liberalismo al conservadurismo, justicando as,quiz, en esta ltima etapa de su segunda administracin,el pronunciamiento de Vivanco de noviembre de 1856,al que Miguel Grau prest concurso. La Constitucin de1860 va a regir en el Per, salvo pequeas interrupciones,hasta 1920.

    2.5 Reincorporacin

    El 11 de abril de 1861 el Congreso Nacional expide laley de reparacin, ordenando que se inscriba en la listamilitar a todos los jefes y ociales del Ejrcito y de laArmada que fueron borrados de ella en virtud del decretodictado el 15 de enero de 1855, diez das despus de labatalla de La Palma. Al mes siguiente, el 25 de mayo,el mismo Congreso promulga otra ley por la cual quedancomprendidos en los efectos de la anteriormente citadalos Generales, Jefes y Ociales, que hallndose o no enservicio, tomaron parte de la revolucin que termin el ao1858.Al cabo de tres aos de ausencia, Grau, comprendido enlos efectos de las mencionadas leyes de reparacin, vuel-ve al Per. En diciembre de 1861 se presenta al Gobiernoy pide que se declaren los goces que le corresponden co-mo indenido. El recurso que presenta lleva fecha de 6de diciembre y corre en original en su expediente de re-conocimiento de servicios.[6]

    En observancia de las disposiciones citadas por Grau, el24 de abril de 1862 se resuelve favorablemente su soli-citud, ordenndose inscribir al alfrez de fragata MiguelGrau en el Escalafn General de la Armada con 7aos y 27 das de servicios y, a la vez, se le expide c-dula de licencia indenida.[7]

    Solucionada su situacin en la Marina militar, como o-cial en retiro, Grau contina en la marina civil todo eltiempo que dura la segunda administracin del mariscalCastilla, que concluye su gobierno el 24 de octubre de1862 y entrega la banda presidencial al mariscal Miguelde San Romn. Fallecido el nuevo presidente el 4 de abrilde 1863, asume transitoriamente el poder el segundo vi-cepresidente, general Pedro Dez-Canseco, hasta el 5 deagosto de ese ao, en que regresa de Europa el primervicepresidente, general Juan Antonio Pezet. Al mes si-guiente, en septiembre, Grau es llamado al servicio activoy ascendido.Efectivamente, el 12 de septiembre de 1863, el coman-dante general de la Marina militar, capitn de navo Jo-s Mara Silva Rodrguez transcribe al seor Ministro deEstado en el despacho de Guerra y Marina la siguienteorden general de la Armada:

    Por decreto supremo de fecha de ayer, seha llamado al servicio activo al alfrez de fra-gata don Miguel Grau, que se hallaba en lacondicin de indenido, expidindole al mis-mo tiempo despachos de teniente segundo dela Armada. Y al da siguiente se dicta una re-solucin que dice: Su seora el ComandanteGeneral del Departamento, se ha servido desti-nar a la dotacin del vapor Lerzundi al tenientesegundo de la Armada, don Miguel Grau.

    Menos de tres meses despus, el 4 de diciembre, Grau esascendido a teniente primero graduado.[8]

    2.6 En comisin a EuropaEn el Lerzundi, de 850 toneladas con 6 caones, cons-truido en Filadela en 1853, y reincorporado a la Marinade Guerra del Per despus de cuatro aos de ausencia,Grau permanece a bordo slo cuatro meses, durante loscuales estrecha su amistad con el comandante del buque,el prestigioso marino capitn de corbeta Aurelio Garcay Garca, intimidad que permanecer inalterable hasta elda de la muerte de Grau.En la revista de comisario quemensualmente se realiza entodos los buques de la escuadra, y cuya relacin se remitea la Comandancia General de Marina, guran por ltimavez los nombres de Garca y Garca, como comandantedel Lerzundi y de Grau, como su segundo, en enero de1864. Y es que el Gobierno enva con premura a Europaa ambos jefes, as como a otros marinos, con el encargode construir y adquirir modernas unidades navales que

  • 2.6 En comisin a Europa 5

    Fotografa de Miguel Grau.

    permitan reforzar la escuadra y hacer frente a cualquieragresin. Das antes de partir, el 8 de enero, se concede aGrau la efectividad del grado de teniente primero.[9]

    La decisin del presidente de la repblica, el general Pe-zet, de comprar nuevos buques se justica no slo porquelos que existen carecen de los ms modernos elementosde combate, sino porque las relaciones con Espaa se tor-nan delicadas y difciles (de acuerdo con las condicionesde la Capitulacin de Ayacucho, el gobierno del Per, cu-ya independencia Espaa segua sin reconocer, reconocaciertas deudas con Espaa, que an no se haban pagado;la presin de los tenedores de bonos espaoles, unido ala poltica de O'Donnell, tendente a incrementar el pres-tigio exterior de Espaa, haban exacerbado las tensioneshispano-peruanas). Fragatas espaolas de primera lneasurcan costas peruanas desde julio del ao anterior, cau-sando alarma y recelo a los gobiernos de Per y Chile,no obstante que la expedicin, segn se asegura, tiene uncarcter exclusivamente cientco.Empero, los temores de un conicto se conrman a razde las reclamaciones diplomticas efectuadas por la o-ta espaola, fondeada en el Callao al saberse que, en lahacienda Talambo, en Chiclayo, haba surgido un inci-dente entre campesinos, en el que result muerto un ciu-dadano espaol. El gobierno espaol envi a un represen-tante dotado de un ttulo de la poca de la colonia (comi-sario regio), cuya llegada fue considerada como una in-tromisin en la soberana interna peruana y, por tanto,la autoridad peruana no quiso recibirlo ocialmente. To-

    mando como excusa este incidente diplomtico, el 14 deabril de 1864 la escuadra espaola, integrada por las fra-gatas Resolucin y Triunfo y la goleta Covadonga, ocupalas islas Chincha y arra el pabelln peruano.Para explicar la agresin, el comandante de la escuadraespaola, brigadier Luis Pinzn, habla de perentorios re-clamos de sbditos espaoles y en circular al cuerpo di-plomtico arma haber ejecutado un acto de reivindica-cin de derechos usurpados a la Corona de Espaa desdela batalla de Ayacucho del 9 de diciembre de 1824.De inmediato, los representantes extranjeros acreditadosen Per secundan las protestas del gobierno peruano porla ocupacin de parte del territorio nacional y expresanque se seguir considerando a las Islas Chincha comopertenecientes a la repblica peruana.El Congreso Americano que rene en Lima a plenipoten-ciarios de gobiernos amigos del Per apoya tambin contoda decisin la enrgica actitud del gobierno peruano,de rechazo a la ocupacin de las islas, y dirige una nota aljefe de la escuadra espaola, con fecha de 31 de octubre,defendiendo la soberana del Per sobre las islas. En unode sus prrafos la nota dice:

    Esta ocupacin a que no precedi la ne-gativa por parte de Per a satisfacer reclamosclara y expresamente individualizados; que nofue consecuencia de una declaracin de guerrahecha con arreglo a las prescripciones de la leyinternacional; que se ejecut bajo el amparo deun derecho de reivindicacin y de un estado detregua inconciliable con la independencia in-disputada de la Repblica del Per, hiere losderechos de todos los estados del continente eintroduce justas y fundadas alarmas en orden alos designios de la Espaa sobre su condicinde naciones independientes.

    Mientras estos hechos ocurren y las gestiones diplomti-cas se tramitan, los marinos peruanos en Europa han in-tensicado sus actividades para la compra de buques, conresultados positivos. La misin conada a ellos ha sidocumplida, tras examinar y reconocer las naves ms apro-piadas que pueden adquirirse de inmediato, y se activana la vez los trabajos de construccin de dos blindados.En efecto, dos semanas antes de la ocupacin de las islasChincha, el 30 de marzo de 1864, se rma en Londres,con la casa J.A. Samuda & Brothers, la construccin de lafragata Independencia, cuyo costo se estipul en 108.000libras esterlinas. Los rmantes por Per fueron el cnsul,Enrique Kendall, y el capitn de fragata Aurelio Garca yGarca.En agosto, se decide en Europa la adquisicin de doscorbetas francesas y los delegados scales en Londres,Manuel Pardo y Jos Sevilla, escriben al capitn de na-vo Jos Mara Salcedo para que proceda sin demora a lacompra de los buques franceses, que se hallan en Saint-

  • 6 2 CARRERA MILITAR

    Nazaire y en Nantes, y que han sido examinados por elcomandante Garca y el teniente Grau. Se trata de las cor-betas Shangay y San Francisco, mandadas construir du-rante la Guerra de Secesin de Estados Unidos por el go-bierno de la Unin. Se trataba de buques de mucho andar,movidos a hlice, con fuerza de 500 caballos, 1.600 t yarmados con 14 caones de a 70 libras. En la mencionadacarta se expresa que la resolucin se adopta despus detomar en consideracin las opiniones de los seores Gar-ca y Garca y Grau.[10]

    No obstante estar resuelta la compra de las corbetas, laadquisicin de la Shangay, a la que se re rebautiz comoUnin, no se produce hasta nes de noviembre de 1864y la de la San Francisco, rebautizada Amrica, hasta me-diados del mes siguiente. Federico L. Barreda, nombradoministro en Pars y Londres, haba llevado a cabo gestio-nes para dotar a la Marina de Guerra con las unidades yfue el encargado de la compra.Al particular, en carta que el 1 de septiembre de 1864 es-cribi el seor Barreda a Mariano Jos Sanz, su antecesorcomo ministro en Londres, le dice que haba reunido alcomandante Salcedo extquotedblcon los seores Garca yGarca y Grau extquotedbl para decidir sobre la comprade las naves examinadas (Unin yAmrica) y que despusde una larga discusin result el acuerdo unnime para lacompra de los buques.[11]

    Adquiridas las corbetas, el teniente primero Miguel Graues nombrado comandante de la Unin. InmediatamenteGrau se dirige a Saint-Nazaire y se hace cargo del buqueel 15 de diciembre de 1864.Al da siguiente, Garca y Garca escribe al ministro deGuerra y Marina en Lima dando cuenta de los nuevos ar-mamentos y buques comprados por el ministro Barreda yse reere, en seguida, a la necesidad de ociales idneospara llenar esas dotaciones, lo que obliga al ministro, di-ce, a solicitarle que pusiese a su disposicin al tenienteprimero Miguel Grau Seminario que se hallaba a sus r-denes, cosa que en el acto he vericado, pasando ese O-cial al continente. Agrega que se ha quedado privado delos muy importantes servicios de Grau y que necesita o-ciales inteligentes, para conservar la mayor vigilancia enlos diversos trabajos del buque, armamento y mquinas,en atencin a que se construyen en puertos separados porlargas distancias.[12]

    Meses antes, el 12 de agosto, admiti el Per la propuestade la casa Laird de Birkenhead, frente a Liverpool, paraconstruir un buque slido con aparejo de bergantn. Eseotro blindado, cuya construccin va a vigilar el capitnde navo Jos Mara Salcedo, ser el Huscar, el buquedonde encontrara honrosa muerte Miguel Grau.El 31 de diciembre de 1864, el capitn de fragata IgnacioDueas, de la Comisin de Construccin Naval en Lon-dres, escribe al ministro de Guerra y Marina en Lima y leconrma que Barreda ha dado la comandancia de los nue-vos buques Amrica y Unin al capitn de corbeta JuanPardo de Zela Urizar y al teniente primero Miguel Grau,

    respectivamente.

    2.7 Detenido en el Reino UnidoLa corbeta Unin sale de Saint-Nazaire enarbolandopabelln peruano el 18 de diciembre de 1864, tres dasdespus que Grau tomara su mando, y fondea en elTmesis el 22 de ese mes. El 5 de enero de 1865 el con-de Russel, canciller de Su Majestad Britnica, escribe alministro peruano en Londres, Federico L. Barreda, paraexponerle que se ha informado de la existencia en el T-mesis de un buque de guerra bajo bandera peruana y lepregunta si la legacin lo reconoca como pertenecientea la Marina de Per.De inmediato el ministro Barreda contesta al conde y leindica que el buque a que se reere es la corbeta de gue-rra peruanaUnin, construida en Francia, y mandada porel teniente de navo don Miguel Grau. Y como Barredacomprende que la nota obedece al propsito del gobiernobritnico de mantener neutralidad en el diferendo entrePer y Espaa, agrega en su comunicacin el siguienteprrafo: El Gobierno de S.M. debe descansar en la seguri-dad de que si desgraciadamente entrase mi pas en guerracon alguna potencia amiga de la Gran Bretaa, el que sus-cribe no olvidara ese deber ni permitira que lo olvidasensus nacionales.El 13 de enero de 1865 zarpa Grau con la Unin deGreenhithe, donde se encontraba fondeada y el 17 est enPlymouth. Es en este puerto britnico donde Grau sufrearresto de 48 horas, por orden de las autoridades brit-nicas, bajo sospecha de haber violado la ley que regulael enrolamiento de gente de mar. Su segundo, el tenien-te Felipe Pardo, dirige una nota al ministro del Per enInglaterra y Francia dando cuenta del suceso, acaecidocuando Grau sala de casa del almirante jefe del aposta-dero de Plymouth.[13]

    Informado de lo ocurrido el ministro Barreda, que se en-contraba en Pars, se traslada a Londres encargando ladefensa de Grau, con la celeridad que el caso requera,al abogado de Plymouth Tilfourd Slater, a quien advierteque debe presentarse al juzgado de Dartford a exigir queel comandante de laUnin sea puesto en libertad sin con-diciones. Por su parte, Barreda dirige al canciller britni-co una nota de protesta por la arbitraria prisin de Grau,denunciando la grave falta cometida por las autoridadesde Plymouth, y solicita la libertad del marino peruano.[14]El canciller britnico contest en seguida al Ministro delPer expresando su profundo sentimiento por lo ocurridocon el comandante de la Unin, que ya se encontraba enlibertad, y otorg las ms amplias satisfacciones.Efectivamente, el 20 de enero el abogado Slater encuen-tra en Dartford al comandante Grau preso y acusado deque dos operarios, contratados para trabajar en clase decarboneros a bordo de la corbeta Unin, se haban queja-do de malos tratos. De las investigaciones hechas, result,en la audiencia, que el comandante Grau haba despedido

  • 2.8 La revolucin restauradora 7

    a los quejosos por insubordinados.El cnsul del Per en Londres, Enrique Kendall, en comu-nicacin dirigida a Barreda, dando cuenta de los hechosrealizados le informa de que, ventilado el juicio y sentadala protesta del Gobierno del Per por al atropello come-tido contra el comandante Grau, el Juez expres que en-contraba el testimonio insuciente para la formacin decausa y declara que no haba lugar para la detencin,por lo que ordena la inmediata libertad del comandan-te de la Unin. Grau, en carta de 23 de enero dirigida aBarreda explica la forma cmo fue arrestado y las inci-dencias que pas durante su detencin.[15] Solucionado elincidente, Grau apresura sus preparativos para regresar alPer.[16]

    2.8 La revolucin restauradora

    Mientras el Gobierno del Per compra corbetas en Fran-cia y apresura en el Reino Unido las gestiones para laconstruccin de dos blindados, continan con Espaa lasrepresentaciones diplomticas, conversaciones a n deobtener la devolucin de las islas Chincha y el otorga-miento de una amplia satisfaccin por lo que el gobiernoperuano considera un acto de piratera internacional. Altiempo, el Congreso expide la ley de 9 de septiembre de1864 que autoriza al Ejecutivo para que haga la guerrael gobierno de Espaa y expulse a los espaoles de lasislas Chincha.Pero el tiempo transcurre sin que se restituyan las islas yel conicto se agudiza. Y cuando ms arrecia la excita-cin pblica, el Gobierno del Per, por intermedio de sucomisionado, el general Manuel Ignacio de Vivanco, ce-lebra con el almirante espaol Jos Manuel Pareja, que hareemplazado a Pinzn en el mando de la ota espaola, eltratado conocido con el nombre de Vivanco-Pareja; masel pacto, suscrito a bordo de la fragata Villa de Madridbajo la presin de un ultimtum, resulta inaceptable. Noobstante que expresamente se desaprueba la ocupacin delas islas y el alegado ttulo de reivindicacin de derechos,el arreglo hiere el orgullo nacional de los peruanos y haceque se intensique la indignacin popular. Y es que porel tratado, adems de aceptar el Per el reconocimientode los crditos que pudieran existir a favor de sbditosespaoles desde la poca de la independencia, con la in-tervencin de un comisario regio en las discusiones, seconviene en el pago de tres millones de pesos fuertes afavor de la Corona de Espaa; suma que se abona de in-mediato para cubrir, en concepto de indemnizacin, losgastos que la escuadra agresora ha soportado desde queella misma promovi el conicto ocupando las islas el 14de abril de 1863. Se consigna tambin en el tratado el he-cho inexacto de que el Per se haba negado a aceptar ladevolucin de las islas.La situacin se agrava con el repudio del tratado por laopinin pblica. No se concibe cmo el pas que ha sidovctima del atropello pueda acabar indemnizando al agre-

    sor. Las explicaciones del gobierno de que al devolver lasislas se ha saludado a la bandera y que el arreglo pactadoconstituye un sacricio que salva al pas de los horroresde la guerra son insostenibles, en el caldeado ambientepoltico, propicio a la revuelta, que no se hace esperar.El 28 de febrero de 1865 estalla en Arequipa la revolucinque encabeza el prefecto coronel Mariano Ignacio Prado.En Chiclayo el coronel Jos Balta secunda el movimientoy se levanta en armas el 12 de abril. La revolucin se or-ganiza y el coronel Prado asume el cargo de comandanteen jefe de la Revolucin Restauradora, y el coronel JosBalta, el de segundo comandante. El jefe poltico al quecorresponde gobernar el pas, en su carcter de segundovicepresidente de la Repblica, es el general Pedro Dez-Canseco.La insurreccin progresa en todos los frentes y las tropasrestauradoras del norte y del sur avanzan sobre la capitaly ganan nuevas poblaciones. Parte de la escuadra perua-na, al mando del capitn de fragata Lizardo Montero, seadhiere al movimiento. La Amazonas, el Tumbes y el Ler-zundi obedecen sus rdenes.Entre tanto, Grau, que ha dejado el Reino Unido el 5 defebrero, se dirige con la Unin hacia las islas Madeira,junto con laAmrica, comandada por el capitn de corbe-ta Juan Pardo de Zela Urizar. El 12 siguen los dos buquesa Cabo Verde donde tocan el 20 y el 22 continan via-je a Ro de Janeiro, puerto al que arriban el 6 de marzo.Aqu Grau se dedica a componer la mquina de la corbe-ta que ha sufrido desperfectos en la travesa. El 26 parteen convoy con la Amrica pero, al siguiente da, despusde navegar ms de 100 millas, Grau se ve obligado a re-gresar a puerto. Un furioso temporal causa graves daosa la Unin en su arboladura, al extremo de tener que serremolcada por la Amrica. De vuelta en Ro de Janeirolas reparaciones de la Unin, entorpecidas por incesanteslluvias, demoran dos largos meses. Recin el 6 de junio,Grau puede hacerse a la mar. Un mes despus, el 6 dejulio, fondea la Unin en Valparaso.Ya desde el 1 de mayo, el presidente Pezet haba ascen-dido a los comandantes de las dos corbetas. El artculonico de la orden general de la Armada, transcrita en o-cio de 6 de mayo dice:

    Su Excelencia el Presidente con fecha 1del actual, y con abono a la antigedad del 31de marzo ltimo, ha expedido a favor del capi-tn de corbeta don Juan Pardo de Zela, despa-cho de capitn de fragata efectivo; para el te-niente primero don Miguel Grau el de capitnde corbeta (corre en el libro respectivo del es-calafn deMarina, en la pgina 70) y al alfrezde fragata don Jos E. Castan el de tenientesegundo.

    En Valparaso Grau se informa de la grave situacin queatraviesa el Per y expresa a la ocialidad del buque su r-me resolucin de combatir al lado de las fuerzas de Prado

  • 8 2 CARRERA MILITAR

    y de Balta. Nada vale ante l la solicitud que en nombredel Gobierno de Lima le formula su anciano padre, que hahecho viaje a Chile con el slo propsito de entregarle unmensaje personal del presidente de la Repblica en el quele peda sumisin al rgimen constitucional. La Unin seune as a la escuadra rebelde y presta todo su apoyo a losejrcitos que combaten al gobierno.Grau, como comandante de la Unin, realiza las opera-ciones que ms convienen al xito de la revolucin. Pa-trulla las costas, traslada tropas, vigila puertos, transmiteinformes y ejecuta distintas comisiones para la causa quedeende. En premio a los mritos efectuados y en plenoperodo revolucionario, es ascendido, el 22 de julio, a laclase de capitn de fragata por el segundo vicepresidentede la Repblica, el general Pedro Dez-Canseco, que seencuentra esos das en la sierra del centro en unin del co-ronel Mariano Ignacio Prado, despus de dominar todo elsur. Es interesante el parte, escrito por Miguel Grau, queeleva a la Comandancia General de Marina el 5 de octu-bre de 1865, estando al ancla en el puerto chinchano deTambo de Mora.[17]

    El Gobierno de Lima, por su parte, da de baja a Grau,junto con otros marinos que se haban adherido a la re-volucin, el 16 de agosto. La revolucin prosigue y loscombates se suceden en todas partes, con resultados favo-rables a los insurrectos. El coronel Balta en el norte obligaa rendirse a las tropas adictas al rgimen: Piura, Chiclayo,Trujillo, Cajamarca y Huaraz reconocen la autoridad deBalta. Ganado el norte, gran cantidad de tropas viaja delnorte a Pisco, para unirse con las del sur en Chincha yemprender en conjunto un ms vigoroso empuje sobrela capital. Los ejrcitos revolucionarios entran en Limael 6 de noviembre y obligan a capitular a las fuerzas delgeneral Pezet.Organizado el nuevo gobierno por el general Pedro Dez-Canseco, se realiza en la capital el 26 de noviembre ungran mitin popular en el que con aceptacin de jefes delejrcito se propone la dictadura, que el presidente recha-za. La dictadura es aceptada por el coronel Mariano Ig-nacio Prado, jefe de la revolucin triunfante.Se prepara sin demora al pas para la guerra con Espaa.El 15 de diciembre el Per rma con Chile, que ya se en-cuentra en guerra con Espaa desde el 6 de octubre, untratado de alianza ofensiva y defensiva, al que despus seadhieren Bolivia y Ecuador, y el 14 de enero de 1866 seformula de declaracin del estado de guerra con Espaacomo culminacin de los ideales de la revolucin restau-radora.

    2.9 Guerra hispano-sudamericanaAjustada la alianza con Chile por el tratado de 5 de di-ciembre de 1865 y en vspera de la declaratoria de guerraa Espaa, el Gobierno del Per apresura la formacin deuna Divisin Naval, bajo las rdenes del capitn de na-vo Manuel Villar, la que queda integrada por las fragatas

    Amazonas y Apurmac y las corbetas Unin y Amrica,recin llegadas de Europa. A nes de diciembre salen ha-cia el sur para unirse a la escuadra chilena, compuesta porla Esmeralda y la Covadonga, sta ltima capturada pocoantes a los espaoles entre Coquimbo y Valparaso. Laescuadra navega rumbo al Estrecho de Magallanes paradar encuentro a los blindados peruanos Independencia yHuscar, recientemente construidos, que se esperaba yahubiesen salido de los astilleros britnicos rumbo al Ca-llao.

    El combate naval de Abtao.

    El 15 de enero de 1866, al da siguiente de la declaratoriade guerra a Espaa, la divisin del Comandante ManuelVillar llega a Chayahu, apostadero de la escuadra chi-lena en Chilo, al abrigo de la isla de Abtao. Ese mismoda la Amazonas, al introducirse por uno de los estrechoscanales de Abtao, naufraga, quedando su casco varado enla playa.Das despus, el 21 de enero, las fragatas espaolas Villade Madrid y Blanca salen de Valparaso en busca de laEscuadra aliada para empear combate. En la tarde del 7de febrero, las fragatas espaolas se aproximan resuelta-mente a los canales de Abtao. Se baten por parte de Per,la fragata Apurmac, a rdenes del Jefe de la Flota perua-na capitn de navo Manuel Villar y las corbetas Uniny Amrica, a rdenes de los capitanes de fragata MiguelGrau Seminario y Manuel Ferreyros. Interviene tambinla goleta chilena Covadonga al mando del capitn de cor-beta Manuel Thomson.Luego de dos horas de intenso fuego, las fragatas espao-las abandonan los canales de Abtao con serias averas y elconvencimiento de que no era posible forzar la resistencianaval de la escuadra aliada. A los pocos das despus delcombate naval de Abtao, la escuadra aliada se traslada aHuito, cuyo canal de acceso tiene mejores defensas queel apostadero de Chayahu.Atestiguando la vala de las corbetas peruanas, el coman-dante de la Villa de Madrid, Claudio Alvear Gonzles, enel parte que sobre el combate de Abtao pas al Jefe dela Escuadra espaola deca, lo siguiente: Los tiros mscerteros, de ms alcance y de ms efecto fueron los de lasdos corbetas peruanas Amrica y Unin. Por su parte elJefe de la Escuadra chilena Juan Williams Rebolledo, sa-

  • 2.10 Arresto en la isla de San Lorenzo 9

    ludando los resultados del combate de Abtao, felicit alcapitn de navo Manuel Villar con la siguiente carta:

    Aproximndose la salida del vapor de lacarrera y deseando imponer al Supremo Go-bierno el hecho de armas que tuvo lugar el 7del actual y que V.S. con tanto acierto dirigi,espero que V. S. me dar los pormenores a nde comunicarlos.

    Esta oportunidad me permite congratular aV. S. y a los Jefes, Ociales y tripulaciones pe-ruanas, por el arrojo y serenidad que han mani-festado durante las dos horas que dur el com-bate, bajo un fuego sostenido por ambas partesy por el resultado favorable que se ha obtenido,el cual se debe a la Escuadra del Per.

    V. S. sabe bien cuanto importa la derrotaque han sufrido las naves enemigas y la pruebaque han dado sus subordinados es un motivopoderoso para esperar ms tarde un esplndidotriunfo.

    Monumento a Miguel Grau en Genova, Italia.

    Despus del resultado favorable del combate, las corbe-tas Unin y Amrica salen el 25 de marzo nuevamenteen direccin sur al Estrecho de Magallanes, para encon-trarse con los nuevos blindados peruanos, que con todaseguridad estaban en viaje al Per. De retorno, sin en-contrar a los blindados, Grau al mando de la Unin, fon-dea en Valparaso, puerto desguarnecido que haba sidobombardeada el 31 de ese mes por la escuadra espaola.Recogiendo en este puerto al almirante Manuel BlancoEncalada, nuevo Jefe de la Escuadra chilena y algunosotros marinos, la Unin retorna a Huito, en donde per-manece hasta el 15 de mayo en que se dirige nuevamentea Valparaso. De este puerto, vuelve al sur hacia Ancud,para reunirse con el resto de la ota aliada, en espera delos acorazados peruanos.En el norte, la guerra contina y el almirante espaolCasto Mndez Nez, al mando de siete navos, decideincendiar el Callao, as como lo ha hecho con Valparaso.Cumpliendo su anuncio, el 2 de mayo rompe los fuegos

    de 300 caones sobre el puerto peruano. Despus de msde cuatro horas de intenso bombardeo, en el que dos fra-gatas espaolas tuvieron que retirarse tras ser alcanzadaspor las defensas costeras, la escuadra espaola se retirasin haber cumplido sus objetivos, para no regresar jams.En dicho combate muere el ministro de Guerra y Marina,Jos Glvez, tribuno liberal.La fragata Independencia y el monitor Huscar, que elPer esperaba ansiosamente, salieron de sus respectivosastilleros del Tmesis y del Mersey, en enero de 1866,al mando de los comandantes Aurelio Garca y Garcay Jos Mara Salcedo. Los buques se juntan en Brest el20 de febrero y el 27 dejan ese puerto con rumbo a lasAzores, donde arriban el 4 de marzo. El 7 zarpan rum-bo a San Vicente, en el archipilago de Cabo Verde, endonde anclan el 12. El 1 de abril, despus de un acciden-tado viaje, fondean en Ro de Janeiro. El 24 de mayo, sonavistados por la Amrica en el Estrecho de Magallanes. Yel 7 de junio arriban a Ancud, donde se renen con elresto de la escuadra peruana. El 11 de junio, la escuadraperuana, sale con rumbo a Valparaso, puerto en el quepermanecen anclados cerca de dos meses, a rdenes delcapitn de navo Lizardo Montero, que ha sucedido en elmando al almirante Salcedo. La ota espera en Chile, lasrdenes del Gobierno de Lima.

    2.10 Arresto en la isla de San Lorenzo

    Los Cuatro Ases de la Marina extquotedbl: Grau, Montero,Garca y Garca, Ferreyros.

    Mientras la escuadra peruana se movilizaba, el Gobiernode Lima, despus del combate naval del 2 de mayo, te-na en proyecto una expedicin naval a Filipinas con los

  • 10 2 CARRERA MILITAR

    nuevos blindados, a n de desalojar de esas islas a losespaoles. Para realizar esa audaz empresa el Gobiernoperuano contrata en Estados Unidos de Amrica al con-tralmirante de la marina estadounidense John R. Tucker,quien arrib a Valparaso a principios de julio, asumien-do sus funciones de Jefe de la Escuadra. La insignia fueizada precisamente en la Unin, la nave que Miguel Graucomandaba. Sin embargo, antes que el almirante John R.Tucker asumiera el mando, los marinos peruanos, noti-ciados que la escuadra peruana iba a ser comandada porun almirante extranjero, escribieron al Gobierno de Li-ma, expresando la penosa impresin que les causaba esaresolucin que, en buena cuenta, signicaba dudar de sulealtad y competencia y solicitaron que el nombramientodel almirante Tucker fuera revocado o, en su defecto, quese accediera al relevo de sus puestos.El Gobierno de Lima desech la peticin de los coman-dantes y jefes de los buques anclados en Valparaso y,el 23 de julio, expidi una resolucin suprema, por el ra-mo de Guerra y Marina, disponiendo que el Secretario deEstado en el despacho de Hacienda y Comercio, ManuelPardo, viajara a Valparaso, investido de amplias facul-tades, para arreglar todo lo concerniente al servicio dela Marina. Dos das despus en el transporte de guerraCallao, parte el Secretario de Estado, llevando consigo alos jefes y ociales de Marina que deban llenar las plazasvacantes, de conformidad con las instrucciones recibidas.Al arribar a Valparaso, el Secretario de Estado ManuelPardo transcribe al capitn de navo Lizardo Montero,Comandante de la Flota, la resolucin del 23 de julio. Co-mo los marinos insistieron en su renuncia, el seor Pardoles dirigi una nueva comunicacin, el 3 de agosto, en lossiguientes trminos:

    En virtud de la nota que he tenido el ho-nor de poner en manos de U. S. y de las rde-nes supremas, srvase U. S. disponer que se ha-ga reconocer como comandantes de los buquesde guerra a los siguientes jefes: al capitn denavo don Jos Mara Salcedo, como Coman-dante del monitor Huscar; al capitn de navodon Jos Mara Garca, como Comandante dela fragata Independencia; al capitn de fragata,don Juan Pardo de Zela, de la corbeta Amrica;y al capitn de corbeta don Camilo Carrillo, dela corbeta Unin.

    Dos das despus se remiti a los marinos la siguiente or-den circular:

    Que los jefes, ociales y guardiamarinas sepresenten en 24 horas a bordo de los buques adonde harn renuncia, por el conducto regular,los que no quisieran continuar en el servicio.Los que no cumplieses con venir quedarn de-clarados desertores de la armada al frente delenemigo.

    Luego, se orden a los renunciantes que se embarcaranen el transporte Callao en el que seran llevados el primerpuerto de la repblica del Per.Los jefes y ociales de los buques surtos en la rada deValparaso se sometieron a las disposiciones del Gobiernoperuano, y entregaron los buques a los marinos embarca-dos en el transporte Callao para reemplazarlos. MiguelGrau dej la Unin al capitn de corbeta Camilo N. Ca-rrillo. Los marinos renunciantes, llegados al Callao el 15de agosto, fueron llevados a la isla San Lorenzo, frente aLa Punta, Callao, en condicin de arrestados. Sumabanms de treinta los marinos arrestados. En el diario El Co-mercio del 16 de agosto de 1866, se inserta un telegramadel Callao del da anterior, que dice as: A las 5 hafondeado el vapor de guerra nacional Callao, procedentede Valparaso, de donde sali el 8 del presente. Vienen asu bordo el comandante Montero y todos los jefes y ocia-les que se negaron a reconocer al contralmirante Tucker.El Callao fue puesto en incomunicacin. El 24 de sep-tiembre de 1866, desde Valparaso el contralmirante JohnR. Tucker agradece el despacho de contralmirante de laArmada del Per, que le conere el Gobierno durante laguerra con Espaa.En la isla San Lorenzo los marinos fueron sometidos ajuicio acusados de insubordinacin, desercin y traicin.RosendoMelo, en su libroHistoria de la Marina del Per,editado en Lima, en 1907, cuenta que esta detencin fueslo nominal, lo mismo que el sumario y dice:

    El cautiverio no impeda pasar la mayorparte de su tiempo en Lima o en paseos por laisla, cuando no lo empleaban a bordo en ejerci-cios de esgrima, de tiro o de natacin. Monteroorete en mano no se dejaba tocar. Grau, na-dando era un pez.

    El juicio dur seis meses. El 24 de enero de 1867 losjefes y ociales detenidos fueron llevados de la isla SanLorenzo al puerto del Callao, en donde quedaron presos,teniendo la ciudad por crcel. Al da siguiente, entr enfunciones el Consejo de Guerra, en el local de la extin-guida Comandancia General de Marina, presidido por elmariscal Antonio Gutirrez de la Fuente e integrado porlos generales de divisin, Manuel Martnez de Aparicio,y Jos Runo Echenique y por los generales de briga-da, Pedro Cisneros, Baltasar Caravedo, Luis La Puertay Nicols Freire. El comandante Miguel Grau Seminariotuvo como defensor al orador e insigne abogado de la se-gunda mitad del siglo XIX, Luciano Benjamn Cisneros.La defensa de Cisneros se bas en que no hubo insubor-dinacin, por cuanto Grau haba acatado las rdenes delGobierno al embarcarse en el transporte Callao, que nohubo rebelin, por cuanto slo haba planteado una re-nuncia y nalmente, que no poda ser desertor, por cuantoel Gobierno lo haba separado de su cargo. Adems elhecho de indisciplina quedaba descartado, al haber pre-sentado su peticin antes de que el comodoro Tucker sehiciera cargo de su puesto.

  • 2.11 Miguel Grau en el monitor Huscar 11

    El 9 de febrero de 1867 culminaron las defensas y el Con-sejo pas a sesin secreta. El 11 se dict sentencia y, porunanimidad de votos, el Consejo declar inocentes a to-dos los procesados.

    Dolores Cabero Nuez, esposa de Grau.

    Repuesto en sus derechos y prerrogativas y salvado su ho-nor de marino, Miguel Grau pide licencia a la Comandan-cia General de Marina, en ocio de 30 de marzo de 1867para ocuparse en la marina mercante en ejercicio de suprofesin naval. El 2 de abril la licencia es concediday, cuatro das despus, Grau formula otra en que solicita,de conformidad con las ordenanzas navales, permiso paracontraer enlace con la distinguida dama limea DoloresCabero y Nez. Otorgada la autorizacin, el matrimoniose realiza en la parroquia del Sagrario en Lima el 12 deabril de ese ao. Apadrinan la boda el generalMiguelMe-dina y la seora Luisa Nez de Cabero. Los testigos sontres ntimos amigos del novio, marinos tambin: ManuelFerreyros, Aurelio Garca y Garca y Lizardo Montero.Ya se les conoca por ese entonces como los Cuatro Asesde la Marina.A poco de los hechos relatados, el contralmirante JohnTucker ces en el mando de la escuadra, recibiendo encambio, una comisin para exploraciones en los ros dela selva amaznica peruana, volviendo el comando de losbuques a marinos peruanos.

    2.11 Miguel Grau en el monitor Huscar

    El 31 de agosto de 1867 se promulga en el Per unanueva Constitucin, que reproduce las reformas libera-les de la Carta de 1856, abolidas por la Constitucin de1860. Su espritu, excesivo para la poca, hace que esta-lle la revolucin, acaudillada en el sur por el general Pe-dro Dez-Canseco y en el norte por el Coronel Jos Balta.El ambiente popular exaltado favorece la causa revolu-cionaria que, en Arequipa y Chiclayo, triunfa despus desangrientos combates.Miguel Grau, que desde mayo de 1867 sirve en la marinamercante, en un barco britnico, es llamado a reincorpo-rarse a la Armada del Per por el General Pedro Dez-Canseco, que ha vuelto a la Presidencia de la Repblicael 22 de enero de 1868.El 27 de febrero Grau es nombrado comandante del mo-nitor Huscar, con el grado de capitn de fragata, cargoque va a retener ms de ocho aos consecutivos y que s-lo dejar en 1876 cuando se incorpora al Congreso comodiputado por Paita, para reasumirlo despus en 1879 alempezar la Guerra del Pacco que enfrent a Bolivia yPer de un lado y Chile de otro. El buque fue bautiza-do con ese nombre por designacin expresa del GeneralPezet, que imparti con tal objeto una Orden General el13 de septiembre de 1865. La referida Orden justica elnombre as extquotedbl...nombre que por ser el del ltimoMonarca legtimo que ocup el trono de los Incas, encierraen s grandes recuerdos histricos.Fue estando en elHuscar, buque de su predileccin, queGrau recibe el 25 de julio de 1868 el ascenso a capitnde navo graduado, que le conere el presidente de la Re-pblica, el general Pedro Dez-Canseco. Grau slo tiene34 aos de edad.Una semana despus del ascenso de Grau, el 2 de agostode 1868, asume la Presidencia de la Repblica, en elec-ciones libres, el coronel Jos Balta, de limpia trayectoriamilitar y poltica y una de las guras de mayor relieve dela historia peruana. Grau es amigo y gran admirador deBalta desde aos atrs. Ambos han peleado en el mismocampo, en defensa de los mismos ideales, en 1865 contrael Tratado Vivanco-Pareja, y luego en la guerra con Es-paa. Balta, que aprecia a Grau y conoce sus cualidades,lo conrma en el mando del Huscar durante los cuatroaos de su periodo de gobierno.Con el advenimiento de Balta al poder se inicia en el Peruna poca de efectiva paz social y de autntica prosperi-dad en todas las actividades nacionales. Se ejecutan gran-des obras pblicas, caminos, ferrocarriles, puentes, mue-lles, irrigaciones, puertos, progresando en infraestructurael pas en forma que no tiene precedentes en la historiaperuana. De lo que nadie se dio cuenta en aquella pocaes que la aparente bonanza de que gozaba el pas era pro-ducto de los emprstitos de la casa Dreyfus, producto deldenominado Contrato Dreyfus, por el que la casa Dreyfusadelantaba cantidades de dinero en metlico a cambio de

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    la explotacin y comercializacin, en rgimen de mono-polio, del guano y el salitre, a la sazn la mayor riquezadel Per por esa poca). La casa Dreyfus a cambio, de-ba pagar con las utilidades que le reportara al Gobiernoperuano.Por aquella poca, ya Grau gozaba de alto prestigio in-ternacional, como experto marino y hombre recto de im-parcial criterio, que es designado rbitro para que se pro-nuncie sobre las responsabilidades derivadas de una co-lisin entre dos buques de guerra extranjeros, uno bri-tnico, Glaid Maiden y otro estadounidense Kit Carson,pronunciando su fallo en noviembre de 1868. En relacina este hecho, el diario El Comercio de Per public en susediciones del 5 y 12 de noviembre de 1868 lo siguiente:

    Los Comandantes de ambas naves deposi-taron su conanza en el Comandante del Hus-car, abrigando la seguridad de que el fallo seraexpedido con plena justicia. Grau, en el falloque dicta, dice as: Que los capitanes de am-bos buques han tenido omisiones y descuidosen procedimientos y maniobras y no han obra-do con el acierto que deban; que aunque losdaos que se derivan de la colisin son rec-procos y mayores los de un buque respecto delotro, dichos daos no son sin embargo impu-tables al unoms que al otro capitn; y que cadauno reporte sus propias averas por haber sido,recprocamente, causantes de los daos. Y poresta sentencia, en justicia, as lo resuelvo, pro-nuncio y rmo, en el Callao a 10 de noviembrede 1868. Miguel Grau, Comandante del Hus-car.

    El 26 de enero de 1869, Balta promulga la ley de gratitudnacional a los vencedores del 2 de mayo y Abtao. Grau,que comandaba la Unin en el Combate Naval de Abtao,recibe el ttulo de benemrito a la patria en grado heroi-co. La condecoracin que se le impone en el pecho, es deoro, esmaltada, con la siguiente inscripcin en el anverso:Fue uno de mis defensores ; y, en el reverso: 7 de febrerode 1866. Ese mismo ao, el Presidente Balta, con fecha22 de octubre, expide una resolucin en donde se recono-ce a Grau como abono a su tiempo de servicios, el tiem-po que estuvo navegando en buques mercantes despusde promulgarse la ley de reparacin del 11 de abril de1861, as como el posterior periodo que pas igualmenteen la marina mercante britnica al nalizar el juicio porla cuestin Tucker. Por su mrito se agrega a los serviciosreconocidos tres aos y cinco meses ms a su favor.Durante el Gobierno del coronel Balta, Grau se convier-te en uno de los ms ecientes colaboradores y obtienevarias comisiones como estudio de las condiciones hi-drogrcas de varios puntos de la costa peruana, a n dehabilitar nuevos puertos. Tampoco descuida la formacinmilitar de la tripulacin del buque a su mando. En febrerode 1869, se dirige al mayor de rdenes del Departamen-to, en donde le dice, entre otras cosas: Hace diez meses

    que la tripulacin del buque de mi mando no ha hechoejercicios de rie a fuego, por lo cual espero que U. S.,se sirva dar el correspondiente permiso para efectuarlo,logrando conseguir la autorizacin respectiva para estosejercicios de fuego.En junio de 1870, Grau recibe una comisin para viajara Chile con su buque, el monitor Huscar. Recorre lospuertos del sur del litoral peruano y la costa boliviana,arribando a Valparaso. La misin consista en escoltaral bergantn francs Lucie, que trae cargamento de armaspara Per, adquiridas por el Presidente Balta y llega alCallao el 27 de julio. En Chile, no slo espera al buquefrancs sino que observa la escena poltico y militar y yade retorno al pas da sus personales informes al PresidenteJos Balta.Aparentemente, la Marina de Guerra del Per progresa.Sin embargo, el Presidente Balta adquiere los monitoresuviales Manco Cpac y Atahualpa, de lento andar (nodesarrollaban ms de 2 n), que tuvieron que llegar al Pe-r remolcados, con lentos caones, si bien de 500 libras,pero de lenta avancarga y de hierro dulce que impedansostener una cadencia de disparo, porque podan fundirsepor el calor; en conclusin, compr chatarras para la Ma-rina de Guerra del Per. Lo grave es que an sabiendoque eran monitores uviales y que iban a ser usados en elmar, los compr. Por ello, es uno de los responsables queaos ms tarde el Per con cara a la guerra, se encontraraen inferioridad de condiciones.Lo peor es que los informes personales de Grau eran gra-vsimos, informes que fueron conrmados en enero de1872 por el Cnsul del Per en Valparaso, coronel Adol-fo Salmn. Esta conrmacin del Cnsul peruano dabacuenta de la decisin del Gobierno de Chile de adquiriren el Reino Unido dos blindados, para aventajar al Peren el mar. Balta, entonces, decidi incrementar la Arma-da peruana con dos acorazados de mayor blindaje y poderque los que contratara Chile, a n de mantener la prepon-derancia naval sobre Chile. Es as que Balta con cargo adar cuenta al Congreso, rma una resolucin suprema, el14 de febrero de 1872, con acuerdo del Consejo de Mi-nistros, ordenando la construccin en el Reino Unido depoderosos acorazados con mayor poder de fuego que losque Chile pretenda adquirir, adems de dos caonerasguardacostas y armamento terrestre. Para este efecto en-va a Londres una misin naval presidida por el capitnde navo Manuel J. Ferreyros, que se desempeaba comoComandante General de la Marina.La Comisin Naval lleg a concertar en mayo de 1872 loscontratos para la construccin de dos acorazados de 3.000t cada uno, 15 millas de andar, 9 pulgadas de blindaje ycaones de 500 libras, que eran de indiscutible superio-ridad a los dos blindados que mand construir Chile, elAlmirante Blanco Encalada y el Almirante Cochrane, de2.200 t cada uno, blindaje de siete pulgadas, andar dedoce millas y caones de 300 libras. Y aqu aparecen lasconsecuencias del Contrato Dreyfus: al enterarse de las

  • 2.12 La revolucin de los hermanos Gutirrez 13

    negociaciones para la adquisicin de los acorazados, laCasa Dreyfus, agente nanciero del Per en Pars, exigeque antes de proporcionar los fondos para la construccinde los acorazados se arreglasen sus cuentas antes de pro-ceder al adelanto de fondos para adquirir los buques. Loanterior y el asesinato del coronel Jos Balta, ocurrido enjulio de 1872, impidieron se llevara a cabo el proyectotrazado.

    2.12 La revolucin de los hermanos Guti-rrez

    El Presidente Balta condujo el agitado proceso electoraldel ao 1872, resultando elegido Manuel Pardo y Lavalle,distinguido estadista de reconocidos mritos; el coronelToms Gutirrez a la sazn Ministro de Guerra y Marina,decidi oponerse a la voluntad popular y dar un golpe deEstado, con el acuerdo y conformidad de sus tres herma-nos, los coroneles Silvestre, Marceliano y Marcelino Gu-tirrez. Organizada la revuelta, el 22 de julio, once dasantes de la transmisin del mando, se ejecuta el golpe yse disuelve el Congreso, cuando ya ste haba aprobadodeclararlos delincuentes de lesa patria y que se encon-traban fuera de la ley.La revuelta comenz a fracasar ya que los nicos cuerposque se unieron a Toms Gutirrez fueron los que manda-ban sus hermanos. Para someter a la Escuadra, el Minis-tro de Guerra y Marina enva una orden al ComandanteGeneral de Marina, capitn de navo Diego de la Haza,que dice as:

    Seor Comandante General de Marina.Ordene Ud., que la Escuadra secunde el mo-vimiento que se ha hecho en Lima. Se ha bota-do al Congreso y don Jos Balta est preso. Suafecto amigo Toms Gutirrez. Lima, julio 22de 1872.

    El telegrama anterior es rechazado por los jefes de la Ar-mada, por lo que nuevamente Toms Gutirrez, ya ins-talado en Palacio de Gobierno en Lima, vuelve a enviarotro documento, ordenando a la Armada ponerse bajola autoridad del nuevo Gobierno que l preside. A estanueva orden, los jefes de la Armada vuelven a rechazarlaincluyendo al capitn de navo Diego de la Haza, quiencontest en esos trminos a Palacio de Gobierno.

    La noche del 22 de julio, los comandantesde los buques luego de reprobar unnimementeel golpe revolucionario y de negarse a prestarsu concurso al Dictador, se renen en la Co-mandancia General de Marina.

    Miguel Grau que haba ordenado encender las calderasde su buque, indignado ante los acontecimientos suce-didos en la capital, sugiere que los comandantes de los

    buques se trasladen al vapor Maran, con la nalidadde tomar una decisin sobre la actitud a tomar. En dichareunin se acord movilizar la Escuadra y zarpar rumboa la isla San Lorenzo, para ah, tomar con amplias liber-tades determinaciones denitivas. El da 23 de julio, losjefes y ociales de la Escuadra, encabezados por Grau,suscriben una proclama contra el golpe revolucionario yrearman su decisin de luchar por el restablecimientodel orden y la ley. Firman este documento los siguientesJefes y Ociales de Marina: Miguel Grau, Aurelio Garcay Garca, Samuel Palacio, Camilo N. Carrillo, Carlos Fe-rreyros, Miguel Ros, Julio Sagasti, Manuel Melitn Car-vajal, Simn Cceres, Carlos Arrieta, F. M. Fras, Ama-ro G. Tizn, Ruperto Gutirrez, Ramn Freyre, M. Es-pinosa, Daro Gutirrez, Enrique Carreo, Pedro Rodr-guez Salazar, Eugenio Rasgada, Serapio Tejerina, Ars-tides de la Haza, Antonio Jimeno, Andrs Rey, ManuelDvila, Bernab Carrasco,Miguel Dodamonte, A. Gerar-do Carrillo, Carlos R. Colmenares, Manuel C. de la Ha-za, Agustn Arrieta, Froiln Miranda, Jos C. Valencia,Federico Delgado, Francisco Len, Jos Melitn Rodr-guez Prez, Manuel Valderrama, Mximo Tafur, TomsM. Crdenas, Manuel Aparicio, Julio Jimnez, EzequielFernandini, Francisco Guerci, Francisco Flores, ManuelT. Reyes y Francisco Miranda. Firmada la proclama, sehace circular por el Callao y Lima y la Escuadra se retiradel Callao y fondean el 24 en las islas Chincha, al sur delCallao y continan viaje al sur. El 26 la Escuadra llega aIslay. Ese da, ya fracasada la revuelta, el Presidente JosBalta es asesinado vilmente en el cuartel San Francisco,en donde estaba detenido.Enterado el pueblo del asesinato del Presidente Balta, sureaccin fue tremenda. Los coroneles Gutirrez caen enmano de la furia popular exasperada por la desaparicindel coronel Jos Balta, a quien todo el Per admiraba yquera. Los Gutirrez, ese mismo da, pagan con su vidael crimen cometido. Los disturbios se extienden por Li-ma. Mientras en Lima ocurren los sucesos descritos, en elsur, Miguel Grau, desde el Huscar, fondeado en Islay,dirige una extensa circular encaminada al derrocamien-to de la dictadura dirigida a los prefectos de Arequipa,Cuzco, Puno, Moquegua y Tacna, a los subprefectos deArica e Islay, a los Presidentes de las Cortes Supremas deArequipa, Puno y Moquegua y a los alcaldes municipalesde Tacna y Tarapac. La circular da cuenta de los hechosocurridos en Lima y la posicin de rechazo a la dictaduraasumida por la Escuadra. El 1 de agosto ya restableci-do el orden y la normalidad, en el pas, el comandanteGrau, promotor de la resistencia, enva al seor Ministrode Guerra y Marina, el informe detallado de los sucesosacaecidos en la Armada Peruana, desde el 22 de julio enque estall la revolucin. En ese informa da cuenta queel da 29 de julio a las siete de la tarde, en el puerto dePisco, se enter del asesinato del Presidente Balta y delrestablecimiento del orden en la capital, por lo que zarpinmediatamente con destino al Callao.El 5 de agosto, restablecida la normalidad y estando ya en

  • 14 2 CARRERA MILITAR

    funciones el Presidente Electo Manual Pardo, el coman-dante Grau enva al Mayor de rdenes del Departamento,capitn de navo Ezequiel Otoya, la nmina de todos losjefes, ociales y tripulantes de los buques de la Escua-dra, que se embarcaron en el Huscar, la noche del 22 dejulio, dispuestos a luchar contra la dictadura.El nuevo Presidente de la Repblica, Manuel Pardo, po-cos das despus de asumir el mando de la Repblica, de-cide asesorarse por expertos consejeros en todo lo rela-cionado con las necesidades del Ejrcito y laMarina. Paraeste efecto expidi un decreto supremo, el 14 de agostode 1872, creando Comisiones Consultivas de Guerra yde Marina. La Comisin de Marina qued integrada porocho jefes de la Marina de Guerra, uno de ellos fue elcapitn de navo Miguel Grau. Esta Comisin se instalel 26 de agosto y la conformaban los siguientes ociales:contralmirante Domingo Valle Riestra, capitales de na-vo Manuel J. Ferreyros, Aurelio Garca y Garca, MiguelGrau, Jos R. Carreo, Camilo N. Carrillo, Juan Pardode Zela y Jos Elcorrobarrutia. Tambin concurri espe-cialmente invitado el capitn de navo Lizardo Montero,Senador por Piura.

    2.13 El Huscar, rumbo al surLuego de limpiar fondos el 29 de agosto de 1872, el 1 deseptiembre el Huscar, al mando de Miguel Grau, salecon rumbo sur del Callao conjuntamente con el Chala-co y llegan a Iquique el da 5. El comandante Grau tieneinstrucciones precisas del Supremo Gobierno, va en bus-ca de dedignas informaciones sobre los sucesos que, porcuestiones limtrofes, ocurren entre las repblicas de Bo-livia y Chile y que comprometen las relaciones de buenavecindad.Las dicultades limtrofes entre Bolivia y Chile provie-nen de la explotacin del guano y el salitre por compaaschilenas, en los desiertos bolivianos de Atacama. Los in-cidentes fronterizos se suceden no obstante que la lnea deseparacin es fcilmente identicable. Ya en 1866, luegodel combate del Dos de Mayo, en un ambiente de paz yconcordia, se j en un tratado de lmites, suscrito el 10de agosto, el paralelo 24 como lnea divisoria entre am-bos pases. El artculo 1 de dicho tratado deca as: Lalnea de demarcacin de los lmites entre Chile y Boliviaen el desierto de Atacama, ser en adelante el paralelo 24de latitud meridional, desde el litoral del Pacco hasta loslmites orientales de Chile, de suerte que Chile por el sur yBolivia por el norte, tendrn la posesin y dominio de losterritorios que se extienden hasta el mencionado paralelo24, pudiendo ejercer en ellos todos los actos de jurisdic-cin y soberana correspondientes al seor del suelo. Peroa su vez ese tratado estableci una absurda comunidad en-tre los dos pases, autorizando la particin por mitad de laexplotacin de los depsitos de guano de Mejillones y delos existentes entre los grados 23 y 25 y sobre los dere-chos de exportacin de minerales extrados en esa exten-sa zona. As lo expresaba el artculo 2 de dicho tratado,

    Miguel Grau con uniforme naval de la Marina de Guerra delPer, con insignias de capitn de navo. Museo Naval del Peren el Callao

    que tena la siguiente redaccin: No obstante la divisinterritorial estipulada en el artculo anterior, la Repblicade Bolivia y la Repblica de Chile se partirn por mitad losproductos provenientes de la explotacin de los depsitosde guano descubiertos en Mejillones y de los dems dep-sitos del mismo abono que se descubriesen en el territoriocomprendido entre los grados 23 y 25 de latitud meridio-nal, como tambin los derechos de exportacin que se per-ciban sobre los minerales extrados del mismo espacio deterritorio que acaba de designarse. Y por el artculo 3 seobligaba a Bolivia a establecer en el puerto de Mejillonesuna aduana, como nica ocina scal, para percibir losproductos del guano, pudiendo Chile nombrar interven-tores para inspeccionar las entradas de aduanas y recibirla parte que conforme al tratado le corresponda.A la cada del dictador boliviano Melgarejo, en enero de1871, el gobierno del general Morales que le sucedi anu-l los actos de la administracin depuesta y resolvi mo-dicar el tratado de lmites de 1866 celebrado con Chile,que el pueblo boliviano reprobaba, porque confera dere-cho a Chile para intervenir en el territorio de Bolivia yexplotar el guano y las riquezas minerales existentes en eldesierto de Atacama, zona exclusivamente boliviana des-

  • 2.14 Crucero por el litoral boliviano 15

    de que se constituy esa repblica.A n de resolver, mediante negociaciones diplomticas,la tensa situacin creada entre ambos pases, Bolivia de-sign comoMinistro Plenipotenciario y Enviado Extraor-dinario en Santiago a Rafael Bustillo, quien conoca am-pliamente el problema de lmites con el vecino pas. Lasgestiones de Bustillo ante el Presidente de Chile FedericoErrzuriz Zaartu, en el sentido de conrmar el paralelo24 como lnea divisoria de ambos territorios y anular elartculo 2 del tratado, dejando sin efecto la comunidadde bienes entre los paralelos 23 y 25, fue materia de am-plias discusiones, propuestas y consultas sin que se llegaraa arreglo alguno. Al nal Chile insinu a Bustillo la com-pra del territorio comprendido entre los paralelos 23 y24, lo que fue rechazado de plano por el representanteboliviano. Chile, deseoso de llegar a un arreglo con Bo-livia que no alterase las bases sustanciales del tratado de1866, y viendo que esto no lo podra lograr con Bustilloen Santiago, envi a La Paz, como su Ministro, a Santia-go Lindsay, con las instrucciones de iniciar en La Paz lasconferencias que fueron suspendidas con Bustillo.Cuando Bustillo estaba prximo a regresar a Bolivia,en julio de 1872, el general boliviano Quintn Quevedo,adicto a Melgarejo, arm en Valparaso una expediciny desembarc en Antofagasta avanzando hasta Tocopilla,donde las fuerzas bolivianas lo rechazaron. Quevedo y sushombres se refugiaron en un buque de guerra de Chile, lacorbeta Esmeralda, anclada en el puerto.Cuando ocurran los acontecimientos descritos la escua-dra chilena surcaba las costas bolivianas, lo que haca su-poner que Chile protega las intentonas revolucionariasde Quevedo.Desde Iquique, cumpliendo las rdenes recibidas, Grauescribe una nota el 6 de septiembre de 1872 al Minis-tro de Guerra y Marina, informndole del curso de losacontecimientos y dejando en ella constancia que la ma-yora de los expedicionarios que acompaaron a Quevedoeran chilenos y que la Escuadra de Chile se encontraba enMejillones.[18]

    Dos semanas despus, el 24 de septiembre, siempre enIquique, Grau informa que no tiene noticias de intersque comunicar y, el 30, al arribar al Callao, de regresode su viaje al sur, dirige una nota al Ministro de Guerra yMarina expresando que, en respuesta a su ocio de 21 delpresente, le es satisfactorio decir que no ha ocurrido no-vedad durante la navegacin y agrega que, en el vaporque arrib de Valparaso el da de su salida de Iquique,lleg al puerto de Arica el seor Bustillo, representantede Bolivia en Chile.Fracasada la intentona de Quevedo y de regreso Bustilloa Bolivia, prosperan en La Paz las gestiones del Ministrochileno Lindsay para determinar nuevas bases de arre-glo. Se lleg as a suscribir, el 5 de diciembre de 1872,el protocolo conocido con el nombre Lindsay-Corral, porel cual se conrma el paralelo 24 como lmite de Chiley Bolivia. Se estipul asimismo que los lmites orientales

    de Chile eran las ms altas cumbres de los Andes; que laparticin por mitad de los derechos de exportacin se re-feran, aparte de a los metales, al salitre, brax, sulfatosy dems sustancias inorgnicas; que Chile cubrira a me-dias con Bolivia los gastos de la administracin del de-partamento de Cobija y que ambos gobiernos se compro-metan a seguir negociando, a n de revisar y abrogar eltratado de 1866, y sustituirlo por otro que consultara me-jor los intereses de las dos repblicas. Pero este arregloen vez de mejorar la situacin de Bolivia, la desmejorabapor los nuevos derechos y benecios que se conferan aChile, con facultades para intervenir mayormente en te-rritorio boliviano y, como era natural, cre ms seriasresistencias en el pueblo de esta repblica, provocandoreacciones que hicieron temer se afectara la tranquilidaden la costa occidental de Amrica.Como era de esperar, la Asamblea de Bolivia rechazprestar su aprobacin al citado Protocolo y ello trajo con-sigo que continuaran las dicultades, reclamos y diver-gencias entre Bolivia y Chile. Lo cierto, real y efectivoera que el desierto boliviano de Atacama haba resultadoser una zona muy rica en guano, salitre y metales de platay cobre, productos altamente cotizados en los mercadosmundiales y que el pas del sur codiciaba.

    2.14 Crucero por el litoral boliviano

    La suscripcin del Protocolo Lindsay-Corral en vez desolucionar el problema limtrofe entre Chile y Bolivia,lo agrav, al extremo de temerse un conicto armado; elgobierno orden al comandante del Huscar, zarpar nue-vamente al sur, con la nalidad de conocer el curso de losacontecimientos y prevenir eventualidades. El 4 de mar-zo de 1873 el monitor emprende el nuevo crucero, que loalejar del Callao por cuatro meses, rumbo a aguas boli-vianas.El 13 de marzo, estando en Iquique, Grau enva al Minis-tro de Guerra y Marina una comunicacin dando cuen-ta de que existe tranquilidad en el litoral, sin que hayanada que pueda amenazar una perturbacin en el ordenpoltico. Aade que, en cumplimiento de sus instruccio-nes ha tratado de investigar cautelosamente los sucesosque se verican en Chile para darse cuenta de cualquierapresto que pudiera hacerse con algn carcter blico ; yagrega: no descuidar medida alguna conducente al me-jor desempeo de mi comisin.Once das despus, el 24 de marzo, el Huscar llega aCobija y permanece en el puerto tres das. El 28, ya enIquique, Grau escribe al Ministro de Guerra y le informade la cariosa acogida de las autoridades bolivianas deCobija:

    Conforme indiqu a V. S., en mi ocio del24 del presente he permanecido tres das en elpuerto de Cobija, habiendo regresado a ste enla tarde de ayer. Durante mi permanencia en

  • 16 3 JEFE DE LA ESCUADRA PERUANA

    esas aguas me ha sido muy satisfactorio el re-cibimiento hecho por las autoridades bolivia-nas, las que me han dispensado toda clase deatenciones, no omitiendo circunstancia algunapara manifestar sus sentimientos de adhesinal Gobierno y pueblo del Per.

    El 4 de abril, desde Iquique, Grau vuelve a informar alMinistro de Guerra que el sur contina sin novedad,adems de comentar que desea que el Huscar sea unaunidad de primer orden en batalla sometiendo para ello asu tripulacin a faenas doctrinales, haciendo diariamenteejercicios a n de conseguir en la marinera la disciplinay moralidad que son tan necesarias.Satisfecho el Gobierno peruano de la forma como Graulleva adelante su comisin, lo autoriza para que continelos reconocimientos al sur del litoral de la Repblica enla oportunidad que lo juzgue conveniente. Estando Grauen estas comisiones, el gobierno expide la resolucin le-gislativa del 23 de abril de 1873, por la que se le asciendea capitn de navo efectivo.El 27 de mayo el Huscar zarpa de Iquique rumbo nue-vamente a Cobija, donde fondea el 28. Al da siguientevuelve a escribir al Ministro, avisando su llegada a estepuerto e informando que toda la costa se encuentra enperfecto orden. El 2 de junio da cuenta de la desfavora-ble acogida dispensada al protocolo Corral-Lindsay porparte del pueblo boliviano; adems, vuelve a informar delos buenos tratos con que es recibido y que demuestran lasincera simpata de ese pueblo por el peruano:

    Por lo dems, la recepcin hecha tanto porese funcionario, como por las autoridades deeste puerto, y las diversas circunstancias quehe tenido la ocasin de hacerles atenciones ca-riosas y agasajos, en cuanto me ha sido posi-ble, no han hecho ms que estrechar los vncu-los y afecciones que dichas autoridades y pue-blo boliviano maniestan sinceramente por elGobierno y pueblo del Per, no omitiendo laocasin de probarlo prcticamente, una vez quehan tenido la oportunidad de hacerlo.

    Por el tenor de las cartas, es indudable que Grau no co-noca en marzo de 1873, cuando zarp del Callao para elsur, el Tratado Secreto de Alianza Defensiva, suscrito enLima por representantes de Per y Bolivia, el 6 de febre-ro de ese ao, por lo que tena que llamarle la atencinla cariosa acogida de que era objeto por las autoridadesde Cobija, en los meses de marzo y junio. Pero es justoreconocer, que las autoridades bolivianas de Cobija tam-poco conocan el pacto y que las recepciones y muestrasde cario tributadas a Grau y al Huscar, comandante ybuque de guerra de un pas aliado, obedecan en parte ainstrucciones del Gobierno de Bolivia impartidas con eseobjeto.

    De regreso en Iquique, Grau se dedica a otras tareas en-comendadas para mejorar el puerto de Iquique a n defacilitar el desarrollo de las actividades portuarias. En ju-lio de 1873 termina el crucero a lo largo del litoral boli-viano, una vez desaparecidos los peligros de ms gravesdisputas en la zona salitrera y una vez aclarado el ambien-te internacional. Sin embargo la presencia delHuscar enel Callao es corta, ya que a nes del mes siguiente nueva-mente el Huscar es comisionado al sur del litoral.

    3 Jefe de la escuadra peruanaEl 30 de abril de 1874 la Comandancia General de Ma-rina acuerda que los buques de la escuadra se encuentrenlistos para zarpar para las evoluciones que deben practi-car en tctica naval. El 10 de junio la superioridad expidela esperada resolucin ordenando que la escuadra practi-que en el mar los movimientos consignados en la obra deTctica, que sirve de texto en la Escuela Naval. Integranesa escuadra los siguientes buques de guerraHuscar, In-dependencia,Atahualpa,Manco Cpac,Unin yChalaco.Se nombra Jefe de la Escuadra de Evoluciones al capitnde navo Miguel Grau. Dos das despus, el Comandan-te General de Marina, contralmirante Diego de la Haza,se dirige al ministro de Guerra y Marina para informarlede que el capitn de navo Miguel Grau, el da 10 de ju-nio, haba cambiando su insignia en el monitor Huscar,asumiendo el mando de la escuadra.En ejercicio del alto cargo de Jefe de la Escuadra de Evo-luciones, Grau recorre todo el litoral peruano, ordenandose ejecute a bordo de los buques toda clase de maniobraspara adiestrar a las tripulaciones en conocimientos de tc-tica naval y manejo de la artillera. Como su experienciale hace intuir que Per est prximo a perder su supre-maca en el mar y que acecha al Per el gravsimo peligrode verse envuelta, en cualquier momento, en un conic-to blico con Chile, es que se preocupa en adiestrar a lastripulaciones para el manejo hbil y preciso de las unida-des navales y su potencia de fuego. El alza del salitre deTarapac, en zona vecina a los territorios bolivianos deldesierto de Atacama, que explotan compaas chilenas, yla construccin de dos poderosos blindados por Chile enel Reino Unido, uno el Almirante Cochrane, ya lanzadoal agua en enero de ese ao, preparndose para salir alPacco y el otro por terminarse, justican sus temores.De otro lado, las diferencias entre Bolivia y Chile apa-rentan estar zanjadas en agosto de 1874, en que se rmael nuevo tratado de fronteras entre los dos pases, que jasiempre el paralelo 24, desde el mar hasta la Cordillerade los Andes, en el divortium aquarum. El artculo 1 deltratado dice lo siguiente: El paralelo del grado 24, des-de el mar hasta la cordillera de los Andes, en el divortiaaquarum, es el lmite entre las Repblicas de Chile y deBolivia. Sin embargo, siempre se mantiene la comuni-dad de los dos pases para la explotacin y particin pormitad del guano y minerales existentes o que se descu-

  • 17

    bran, entre los paralelos 23 y 25. Se conviene, tambin,que los derechos de exportacin que se impongan sobrelos minerales que se exploten no excederan de los que es-tuvieren vigentes; y que durante 25 aos las personas, in-dustriales y capitales chilenos no quedaban sujetos a mscontribuciones, de cualquier clase que fueran, que las queentonces existan. El incumplimiento por parte de Boliviaal tratado al aumentar las contribuciones a las salitreraschilenas hasta el paralelo 23 sera el detonante de la pos-terior Guerra del Pacco.Ese mismo ao, en octubre, ya disipados momentnea-mente los peligros de guerra entre Bolivia y Chile, el go-bierno peruano descubre que navega en sus aguas perua-nas Talismn, etado en el Reino Unido, de 140 t y enel cual, segn se arma, viaja Nicols Fernndez Villena(Nicols de Pirola), ex Ministro de Hacienda del Presi-dente Jos Balta, con armamento y alzados, que persiguederrocar al rgimen mediante un golpe revolucionario.En cumplimiento de las rdenes recibidas, la Escuadrade Evoluciones sale en persecucin del Talismn, quede acuerdo con las informaciones del gobierno, toc enPacasmayo, en donde intent un desembarco. Luego deactiva bsqueda, el Talismn es apresado por el Huscaren la baha de Pacocha, cerca de Ilo, la maana del 2 denoviembre de 1874. Buena parte del cargamento es cap-turado, as como la tripulacin. Nicols Fernndez Ville-na escapa internndose hacia Moquegua.Luego de capturar al Talismn, Grau lo enva aMollendo,a cargo del capitn de corbeta Leopoldo Snchez y elevaun parte al Ministro de Guerra y Marina, fechado en Pa-cocha, dando cuenta de los sucesos. Hecho, el Huscarparte al sur para resguardar el orden.[19] El capitn delpuerto de Ilo, Germn Paz, avisa tambin el mismo da2, a la Comandancia General de Marina, que esa maanael Huscar apres al Talismn, con su tripulacin y partede su carga.Esta accin delHuscar en Pacocha fue determinante pa-ra el triunfo de las fuerzas del gobierno en la accin del6 de diciembre de 1874, en Los ngeles, lugar cercanoa Moquegua, lo que devolvi la calma al pas. En el mis-mo mes de diciembre, la Escuadra de Evoluciones se en-cuentra en Iquique y regresa al Callao dando trmino asu entrenamiento. El 20 de enero de 1875 Grau cesa enel mando de la escuadra continuando como comandantedel Huscar. El crucero ha durado siete meses.

    4 Diputado por PaitaEn 1875 Miguel Grau es requerido por el pueblo de Pai-ta, donde l naci y residiera los aos de su niez, pararepresentar a la provincia en el Parlamento Nacional. Elmarino acepta esta distincin conando en que podr ser-vir igualmente a su patria en el recinto de las leyes comolo ha hecho en la cubierta de los buques.El 5 de julio de 1876 Grau deja el comando del Huscar,

    que ha tenido durante ms de 8 aos y se apresta a ir alParlamento. Pero la separacin no ser larga; a los tresaos Grau volver a la Armada Peruana, al mando delHuscar.El 2 de agosto de 1876 inicia su gobierno constitucio-nal el general Mariano Ignacio Prado, que ha sucedido aManuel Pardo. El da 4 se reconocen y calican las cre-denciales de Grau como diputado por Paita. Al da si-guiente, Grau se dirige por ocio al Mayor de rdenesdel Departamento, informando de que va a ocupar su cu-rul en la Cmara de Diputados y pide se le otorgue la con-siguiente licencia. El mismo da 5 de agosto, Grau prestajuramento de ley en la Cmara de Diputados y pasa a for-mar parte de la Comisin de Marina. Su actividad comodiputado es grande y ecaz, anloga a la que ha desple-gado en la escuadra. Presenta interesantes proyectos quecuentan con la aprobacin de su Cmara.Luch contra las intenciones piuranas de convertir a Paitaen el distrito de Piura esbozando su frase: No solo comorepresentante de Paita, sino como hijo de ella, luchar porla permanencia de Paita como provincia, quedando ascomo el ms frreo opositor de las intenciones piuranas eincluso ganndose enemigos polticos piuranos, pero ga-nando a cambio el corazn de todo Paita.Concluida la legislatura Grau se desempea por pocosdas como agregado al Departamento de Marina y, enenero de 1877, pide licencia por dos meses a su Superio-ridad para dirigirse a Valparaso: va a traer los restos desu padre, el teniente coronel Juan Manuel Grau y Berro,fallecido en ese puerto el 30 de noviembre de 1865. Pa-ra cumplir esta misin, se embarca en el vapor britnicoEten, llevando consigo a su primognito.Cumplida su misin, Grau, al retornar al pas, cumple coninformar al Gobierno su honda preocupacin ante el po-dero naval de Chile, que ha podido comprobar in situ enlas aguas de Valparaso, donde se encuentran fondeadoslos dos blindados Almirante Blanco Encalada y AlmiranteCochrane, buques de guerra chilenos, inmensamente su-periores a los peruanos. Ha apreciado, igualmente, losaprestos blicos de las fuerzas militares de ese pas.Apenas regresa Grau de Chile, se le designa el 7 de mar-zo vocal de la Junta Revisora de las Ordenanzas Navales,cargo que ejerce en el curso de ese mes y los de abril ymayo, hasta el 30, en que es nombrado comandante ge-neral de Marina.

    5 Comandante general de la Mari-na de Guerra del Per

    El 1 de junio de 1877, Miguel Grau se hace cargo de laComandancia General de Marina. Grau cumpli lo mssatisfactoriamente y dentro de las posibilidades presu-puestales de que dispuso, el muy importante cargo con-ado a su capacidad y competencia. Desde un principio

  • 18 6 GUERRA DEL PACFICO

    se preocupa porque los buques de la Armada se encuen-tren en las mejores condiciones. Ordena se reparen enla factora del puerto todas las deciencias de las navesde guerra y que se limpien sus fondos. Asimismo, tratade proveerlas de pertrechos y de los elementos necesa-rios para su adecuado armamento y podero; pero no pu-do conseguir lo que con tanta vehemencia anhelaba, quese adquieran acorazados, para equiparar el podero navalperuano con el chileno.Adems de la preocupacin de mantener siempre con to-do su podero a la Escuadra, Grau cumple las funcionesadministrativas del cargo con eciencia. En uno de susocios al Ministerio de Guerra y Marina, resalta la altapreparacin de alumnos y profesores de la Escuela Na-val, cosa que contrasta con la falta de modernas y poten-tes unidades que garantizaran la integridad del territorioperuano ante la eventualidad de un conicto armado, cosaque Grau vislumbraba cada da como ms cercano.Debiendo Grau incorporarse nuevamente el Parlamento,el 28 de julio de 1878, pone su cargo a disposicin delGobierno, con ocio del 10 de ese mes, nombrndose ensu reemplazo al contralmirante Antonio A. de la Haza, alque entrega la Comandancia el 13 de julio. Nuevamen-te en la Cmara de Diputados, en julio de 1878, Grauformula otras importantes proposiciones en la Comisinde Marina, de la que sigue formando parte. En febrerode 1879, concluida la legislatura, Grau pasa nuevamentea servir en el Ministerio de Guerra y Marina en condi-cin de agregado, pero el cargo lo desempea 50 das,pues corren vientos de guerra en el sur. El 28 de marzoy en cumplimiento de una resolucin del da 24 de esemes, Grau se hace cargo nuevamente del Huscar, en re-emplazo de su anterior comandante, el capitn de fragataGregorio Prez.Al mes siguiente, la Cmara de Diputados, en sesin del28 de abril, presidida por Ricardo W. Espinosa, despusde leerse y aprobarse el acta de la sesin anterior, tomanota de un ocio de Grau en donde expresa que no puedeconcurrir a la Cmara por haberse hecho cargo del co-mando del Huscar. El 5 de abril de 1879, Chile habadeclarado la guerra al Per.

    6 Guerra del PaccoLa Guerra del Pacco (1879-1884) fue un conicto ar-mado que enfrent a la Repblica de Chile contra la Re-pblica Peruana y la Repblica de Bolivia. Tambin se leha denominado Guerra del Salitre.

    6.1 La escuadra peruana y la chilenaDebido a las caractersticas del litoral boliviano y del ex-tremo sur peruano, en el que se extiende el desierto deAtacama, y teniendo en cuenta las experiencias de la Gue-rra de la Independencia y contra la Confederacin, Chile

    Combate de Angamos, leo de Telo Castillo. Representa el en-frentamiento entre el monitor Huscar y los blindados Cochraney Blanco Encalada.

    conoca que era necesario sortear por mar este territoriopara poder trasladar a sus tropas e invadir el territorio pe-ruano. Para ello tendra que lograr el dominio del mar. ElPer, por su parte, tambin comprendi que esta era lamaniobra lgica que adoptara Chile. De ese modo, am-bas naciones dieron inicio a la campaa naval como laprimera parte de la guerra.La escuadra peruana, al mando del capitn de navo Mi-guel Grau, estaba conformada por el blindado tipo moni-tor Huscar, la fragata Independencia, la corbeta Unin,la caonera Pilcomayo y los transportes Chalaco, Oroya,Limea y Talismn. Estos ltimos habran de cumplir unafuncin muy importante durante el conicto, mantenien-do abierta la ruta de abastecimiento peruana con conti-nuos viajes entre el Callao y Panam, as como a otrospuntos del litoral, transportando tropas, pertrechos y mu-niciones, burlando a la poderosa escuadra enemiga. Aellos se sumaban los monitores Manco Cpac y Atahual-pa de casi nulo desplazamiento, lo que los converta enbateras otantes.La escuadra chilena, al mando del contralmirante JuanWilliams Rebolledo, estaba compuesta por los blinda-dos Almirante Blanco Encalada y Almirante Cochrane,las corbetas Chacabuco, O'Higgins, Abtao y Esmeralda ylas caonerasMagallanes y Covadonga, adems de variostransportes armados como el Loa y Amazonas. Comple-taban su ota veloces transportes que aseguraban la lo-gstica de sus tropas acantonadas en Antofagasta y de suescuadra, como el Itata, Lamar, Rmac, Copiap y el car-boneroMatias Cousio. El equilibrio de poder era favora-ble a la marina chilena, dado que sus naves, sobre todo losdos blindados, tenan mejor artillera, mayor velocidad ycoraza, en comparacin a las naves peruanas.El planteamiento fue muy claro en ambos lados. La es-cuadra chilena era superior materialmente a la peruana,no slo en nmero sino tambin en la calidad de sus bu-ques. Deba entonces buscarla y destruirla lo ms prontoposible. La escuadra peruana, por su parte, dada su in-ferioridad en medios, deba prolongar lo ms posible supresencia como una amenaza efectiva en el mar, no tantopara la escuadra chilena sino para el trco martimo deese pas, entablando combate nicamente cuando estu-viera en superioridad de condiciones o cuando ste fueseinevitable. El tiempo que se ganara en ello sera en pro-

  • 6.3 Combate naval de Iquique 19

    vecho de la preparacin de las defensas en el sur peruanoy la adquisicin de nuevas naves y armamento.

    6.2 La campaa naval y el monitor Hus-car

    La primera accin tuvo lugar apenas siete das despusde declarada la guerra, el 12 de abril de 1879, cuando lacorbeta Unin y la caonera Pilcomayo atacaron y per-siguieron a la corbeta chilena Magallanes frente a PuntaChipana. Por su parte, la escuadra chilena en el Per bom-barde Mollendo, Pisagua, Mejillones e Iquique, antes dedirigirse hacia el Callao con el propsito de destruir la es-cuadra peruana.Sin embargo, fracas en este intento debido a que los bu-ques peruanos haban zarpado das antes de su arribo, di-rigindose a la ciudad peruana de Arica con el directorsupremo de la guerra, el general Mariano Ignacio Prado.

    6.3 Combate naval de Iquique

    Combate Naval de Iquique, de Thomas Somerscales (1842-1927).Representacin del enfrentamiento entre el monitor peruanoHuscar, al mando del capitn de navo Miguel Grau, y la cor-beta chilena Esmeralda, al mando del capitn de fragata ArturoPrat.

    El 17 de mayo la ota peruana puso rumbo a Arica, don-de desembarc el Presidente Prado para dirigir la guerradesde ese puerto peruano. Casi de inmediato fueron des-pachados a Iquique el monitor Huscar y la fragata In-dependencia, con instrucciones de levantar el bloqueo deese puerto, sostenido en ese momento por la corbeta chi-lena Esmeralda, la caonera Covadonga y el transporteLamar.El 21 de mayo de 1879 el monitor Huscar al mandodel capitn de navo Miguel Grau , y la Independencia almando del ca