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JESS Y MARIA
EN EL ISLAM
Por:
HERMANOS DE LA MEZQUITA AT-TAUHD
Autor:Hermanos de la Mezquita At-Tauhd
Primera edicin:Mezquita At-Tauhd
Edicin Electrnica: Comunidad Islmica Shita de El Salvador
Sitio en Internet: www.islamelsalvador.com
Correo Electrnico: [email protected]
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NDICE
JESS Y MARIA EN EL ISLAM 3
MARA EN EL ISLAM 4
MILAGROS DE JESS 6
MENSAJE FRATERNAL A TODOS LOS CRISTIANOS DEL MUNDO 12
JESS EN LA TRADICIN ISLMICA 18
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JESS Y MARIA EN EL ISLAM
Introduccin
El desconocimiento del Islam que predomina en occidente contiene muchas
aristas y prejuicios, y uno de ellos es el referido al respeto y veneracin que los
musulmanes sienten por las personas de Jess y su madre Mara, con ambos
sea la Bendicin y la paz. Creemos que hacer luz sobre este punto, mostrar
cmo concibe el Islam al Mesas Jess, le permitir al lector cristiano superar
muy antiguos prejuicios y comprender qu cerca estn los musulmanes de su
fe. Desde luego hay diferencias, como se ver, entre la imagen que musulmanes
y cristianos tienen de Jess y Mara, pero estas discrepancias no hacen a la
esencia del Mensaje del Mesas, y responden ms bien a las opiniones que los
hombres promulgaron como dogmas a lo largo de los siglos.
Cabe aclarar que en el Islam no se hace distingo entre los Profetas y Mensajeros
divinos: todos han transmitido la misma verdad de parte de su Seor. Han
diferido s en las formas externas que impusieron a sus comunidades deacuerdo a la cualidad de cada poca, pero no en el ncleo de su misin: la
educacin de la humanidad para su felicidad actual y futura, y la enseanza de
la Unidad Divina.
Entre los Mensajeros divinos hay, no obstante, algunos especialmente
destacados por Dios con una misin ms trascendente, sea porque inicia un
nuevo ciclo en la humanidad, porque trae una nueva ley, o por el carcter
universal de su prdica. Estos Mensajeros as destacados son cinco segn el
Islam: No, Abraham, Moiss, Jess y Muhammad (Mahoma), con todos ellos
sea la Bendicin y la Paz. No inicia un ciclo de la humanidad antes y despus
del diluvio, Abraham es el antecesor de la lnea proftica que predominar en
este ciclo, pues de l descienden Moiss y Jess de parte de su hijo Isaac, y el
Profeta Muhammad (B.P.D.) por parte de su primognito Ismael, los que
universalizan el Mensaje monotesta de su padre comn.
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Esto da una clara idea de la importancia que asume Jess en el Islam, quien se
encuentra mencionado 25 veces en el Sagrado Corn, destacado como uno de
los grandes Mensajeros divinos en numerosos pasajes, como luego veremos.
En cuanto a Mara, es en el Islam uno de los paradigmas de perfeccin en la
mujer, y su historia adquiere tanta relevancia que la revelacin cornica le ha
dedicado todo un captulo, la sura 19, que lleva su nombre.
MARA EN EL ISLAM
El Profeta (B.P.D.) afirm, en un dicho famoso, que cuatro son las mujeres ms
destacadas ante Dios: Asia, esposa de Faran, que cuid de Moiss, y que era
una devota creyente pese a la opresin de su esposo y de la corrupcin que la
rodeaba; Mara la madre de Jess; Jadiyah, la primera esposa del Profeta
(B.P.D.). Que lo apoy en las pocas ms difciles de adversidad, invirtiendo lo
da su fortuna (era una mujer rica) por la causa de Dios: y Ftima, su hija menor
y madre de sus nietos los Imames Basan y Husain.
Parte del relato referido a la categora espiritual de Mara, a su misin y la de
Jess, puede encontrarse en la Sura tercera, llamada "La Familia de 'Imrn
(Joaqun)", versculos 33 al 59.
Dice el sagrado Corn: He aqu que la esposa de 'Imrn (Joaqun) dijo: "Seor
mo, te he ofrendado lo que hay en mi vientre, consagrndolo a Ti (a tu servicio
y al del templo)! Acptalo de m! Por cierto que T eres Oyentsimo,Sapientsimo!" y cuando la dio a luz dijo: "Seor mo! He concebido una mujer!
Pero bien sabe Dios lo que haba concebido y que el varn no es lo mismo que
la mujer. Heme aqu que la he llamado Mara, y la amparo en Ti, a ella y a su
descendencia, de Satans el maldito" (3:35-36).
La exgesis de estos versculos del Sagrado Corn, basados en las tradiciones
profticas, nos dicen que la esposa de Joaqun esperaba dar a luz un hijo, pueshaba consagrado el fruto de su vientre a Dios y al servicio del templo desde
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antes del nacimiento. Al nacer una hija se mostr sorprendida, pues las mujeres
no se dedicaban a esa funcin religiosa; no obstante, los signos que haba
recibido previamente se cumpliran, ya que Mara tendra la envergadura
espiritual de un profeta, sin serio.
Contina el Sagrado Corn: Su Seor la acept complaciente y la confi a
Zacaras. Cada vez que Zacaras la visitaba en el oratorio, la encontraba
provista de alimentos. Y le deca: "Mara! De dnde te ha venido esto?". Ella
responda: "De Dios, porque Dios agracia sin mesura a quien le place" (3: 37).
No obstante ser mujer, Mara fue asignada al templo y qued bajo la proteccin
de Zacaras a quien se eligi de entre varios de la familia mediante un
procedimiento descripto en el versculo 44 del tercer captulo. Mara era asistida
por los ngeles en el templo y aparecan ante ella frutos y comida que no
correspondan incluso a la estacin. Esto provocaba el asombro de Zacaras,
sacerdote y profeta, por la elevada posicin de Mara ante su Seor. Dice el
Sagrado Corn a este respecto: y cuando los ngeles dijeron: "Mara! Dios te
ha escogido y purificado. Te ha elegido por sobre las mujeres del universo"
(3:42).
En la sura de Mara se relata el episodio de la concepcin y nacimiento de Jess.
Dice el Sagrado Corn: y recuerda en la escritura a Mara cuando se retir de
su familia a un lugar oriental. Y tendi un velo para ocultarse de ellos. Le
enviamos nuestro espritu y ste se le present en una forma humana perfecta.
Dijo ella: "Me refugio de ti en el Compasivo, si es que eres piadoso". Dijo l: "Yo
soy slo el enviado de tu Seor encargado de agraciarte con un hijo
inmaculado". Ella le dijo: "Cmo puedo tener un hijo cuando ningn hombre me
ha tocado ni soy una indecente?". Dijo: "As ser". Tu Seor dice: "Es cosa fcil
para M a fin de hacer de l un signo para la gente y muestra de nuestra
misericordia. Es cosa decidida". Mas cuando le concibi, se retir con l a un
lugar apartado. Los dolores del parto la llevaron junto al tronco de una
palmera. Dijo: "Ojal hubiese muerto antes de esto, y que hubiese sido olvidada
completamente!" Entonces, el nio le llam debajo suyo dicindole: "No te
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apenes, porque tu Seor ha hecho correr un arroyo a tus pies! Y tira hacia ti el
tronco de la palmera y sta har caer sobre ti dtiles maduros, frescos. Come,
pues, bebe y consulate! Y si ves a alguna persona, di: 'Por cierto que he hecho
un voto de silencio al Graciabilsimo, y hoy no hablar con persona alguna!"'.Regres a su pueblo cargndole. y le dijeron: "Oh Mara! Has hecho algo
inaudito! Oh hermana de Aarn! Tu padre no era mala persona ni tu madre
una indecente!". Entonces les indic que interrogaran al nio, y le dijeron:
"Cmo hablaremos a un nio que an est en la cuna?". Entonces (el nio) les
dijo: "Por cierto que soy el siervo de Dios, quien me ha dado la Escritura y ha
hecho de m un profeta. Me ha bendecido dondequiera que me encuentre y me
ha ordenado la oracin y el diezmo mientras viva. Y que sea piadoso con mi
madre. No me ha hecho soberbio ni malvado. La paz fue conmigo el da en que
nac, lo ser el da en que muera y el da en que sea resucitado". Tal es Jess,
hijo de Mara... (19:16-34).
MILAGROS DE JESS
Y cuando Dios dijo: "Oh, Jess hijo de Mara! Acurdate de Mis mercedes para
contigo y para con tu madre; cuando te afianc con el espritu de la santidad;
cuando hablabas con la gente tanto en la infancia como en la madurez; cuando
te ense la escritura y la sabidura, la Tor y el Evangelio; y de cuando con Mi
anuencia plasmaste con barro algo semejante a un pjaro, soplaste en ello y se
convirti en pjaro; cuando con Mi anuencia curaste al ciego y al leproso;
cuando con Mi anuencia resucitaste a los muertos; cuando alej de ti a los hijos
de Israel; y cuando les presentaste las evidencias, y los incrdulos, de entre
'ellos, decan: "Esto no es sino manifiesta magia!" (Corn: 5:114).
En cuanto a los milagros que hizo Jess (la Paz sea con l), no son diferentes a
los realizados por otros profetas anteriores, pues se narra tambin de Elas (P.)
que resucit a un muerto, y son conocidos los milagros de Moiss ante el
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Faran y durante el xodo de Egipto. El Sagrado Corn destaca que estos
milagros que realizan los profetas se realizan con la anuencia divina
La Misin de Jess
Jess (P.) deja en claro, segn nos transmiten los Evangelios, que no vino a
derogar la ley de Moiss, es decir, las prescripciones de la Tor, ni la enseanza
de los Profetas (P.), pues dijo: "...No he venido a cambiar la ley ni los profetas;
no he venido para cambiar sino para cumplir. Porque de cierto os digo que
hasta que pasen el cielo y la tierra ni una jota ni una tilde pasar de la ley,
hasta que todo se haya cumplido" (Mateo; 5:17-18).
S, en cambio, el Mesas anuncia la venida de un reino de Dios. Esta promesa de
Jess (P.) determin el comportamiento de todo el cristianismo primitivo, pues
esperaba el surgimiento en breve de ese reino anunciado. La parte ms
significativa de esta promesa no se encuentra sin embargo, en los tres
Evangelios sinpticos (Marcos, Mateo y Lucas), sino en el de Juan, en elepisodio que se narra luego de la ltima cena, en que Jess anuncia a un
Parclitos, un "consolador" o "intercesor", que l enviar cuando se vaya.
(Evangelio de Juan).
Los musulmanes han visto en este anuncio la confirmacin de lo que dice el
Sagrado Corn: y de cuando Jess, hijo de Mara, dijo: "Hijos de Israel! Yo soy
el Mensajero de Dios enviado a vosotros, en confirmacin de la Tor anterior am, y como albriciante de un Mensajero que vendr despus de m, llamado
Ahmad (en griego Parklitos)..." (Corn; 61:6). (Ahmad es uno de los nombres
del Profeta Muhammad o Mahoma en espaol).
Pese a que tardamente, inclusive mediante interpolaciones en el texto
evanglico, se asimila al "Parklitos" con el Espritu Santo, lo cierto es que los
cristianos primitivos crean que se trataba de una persona, de un Enviado de
Dios, y esto est confirmado porque algunos heresiarcas de los primeros siglos
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adujeron ser el Parklitos anunciado por Jess. Todava en poca del Profeta del
Islam, Muhammad (E.P.D.), los cristianos conocan esta promesa, y un monje de
un monasterio de Busra (al sur de Siria), de nombre Buhaira, reconoce en el
nio Muhammad los signos del Profeta anunciado. (Cfr. Luz de la Eternidad yMuhammad en la Biblia).
El Evangelio en el Islam
El Evangelio de Jess (P.) es considerado en el Islam uno de los libros revelados
por Dios, y como tal es respetado por los musulmanes. El Sagrado Corn habla
de "AI-Inyil", el Evangelio, y no de "los evangelios", pues de hecho la palabra y
el mensaje de Jess fue uno slo. Las distintas versiones fueron compiladas con
posterioridad, algunas hasta casi un siglo despus de la ascensin de Jess (P.),
en un idioma que no fue el que l utiliz (en griego y no el arameo que hablaba
Jess), y por personas que en algunos casos se duda si fueron los mismos
apstoles o discpulos de stos que llevaron sus nombres, y en consecuencia,
no tuvieron un conocimiento directo de la vida y de las palabras del Mesas.
Dice el Sagrado Corn: y le concedimos (a Jess) el Evangelio, que encierra una
gua y luz, y es corroborarte de la Tor que le precedi, y es gua y exhortacin
para los temerosos de Dios> (Corn 5:46).
Es por esto que los musulmanes analizamos los textos evanglicos a la luz del
Sagrado Corn y el intelecto, como criterio para discernir lo realmente revelado
de aquello que contienen los evangelios, sean stos cannicos (es decir los
aceptados en el concilio de Nicea, 325 d.C.) o no (como por ejemplo el Evangeliode Bernab).
Jess, Hijo de Dios?
El tema de la filiacin divina de Jess (P.), del cual se deriva naturalmente supropia divinidad, es el punto principal en el que difieren el cristianismo y el
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Islam sobre el Mesas. Para el Islam, Jess (P.) es un Profeta y Mensajero de
Dios, uno de los ms grandes, como ya adelantamos, pero no es Dios-hijo como
lo concibe la doctrina trinitaria. Dios Altsimo est exento de toda representacin
o de asumir las limitadas cualidades de lo creado. Hay muchos argumentos eneste sentido: histricos, escriturarios (derivados de la Biblia, de los Evangelios, y
del Sagrado Corn), y finalmente los que se desprenden de la razn.
Con respecto a los argumentos histricos, la divinidad de Jess (P.) es un
dogma tardo en el cristianismo, y era algo impensable para los primeros
cristianos, judos imbuidos del puro monotesmo de las enseanzas profticas.
De hecho, muchos grupos cristianos primitivos (incluyendo los Padres de la
Iglesia) no aceptaron esto, y algunos como los arrianos lo siguieron negando
muchos siglos despus del concilio de Nicea (325 d.C.) que fij este dogma.
Leemos en el Antiguo Testamento:
"Escucha Israel!, Yahveh, nuestro Dios, Yahveh es uno"
(Deuteronomio 6:4).
"Yo soy Yahveh tu Dios (m). No tendrs otro Dios ante M" (xodo 20:2,3).
"T, cuyo nombre es Yahveh, T slo eres el Altsimo sobre toda la tierra".
(Salmo 83:8).
En la Biblia se llama Todopoderoso a Dios, no a Jess ni al Espritu Santo. "Yo
soy Dios Todopoderoso" (Gnesis 17: 1). En el Nuevo Testamento vemos que el
propio Jess llam a Dios "el nico Dios verdadero" (Juan 17:3).
En la carta a los Corintios dice Pablo: "Dios es uno slo" (Corintios 8:4-6; Glatas
3:20).
En el Evangelio de Mateo se dice que Jess fue "tentado por el diablo" (Cfr.
Mateo 4: 1). Despus de mostrar a Jess "todos los reinos del mundo y su
gloria", Satans dice: "Todas estas cosas te las dar si caes y me rindes un acto
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de adoracin" (Mateo 4:8-9). Slo tendra sentido la tentacin de Jess si l no
fuera Dios, sino un ser separado, que tuviera su propio libre albedro.
En el Antiguo Testamento se utiliza "hijo" para referirse a los "siervos de Dios",
como a los Profetas (P.), los ngeles o a hombres justos. "Siervo" o "hijo" para
los pueblos antiguos significaban lo mismo. Por otra parte, el mismo Jess llam
"hijos de Dios" a sus discpulos, y en general a todos los creyentes, cuando dice
"bienaventurados los pacficos, porque ellos sern llamados hijos de Dios"
(Mateo 5:9).
Es en este mismo sentido que es usado el trmino "Padre" en los evangelios.
Hablando a los apstoles Jess les dice: "Mas, cuando os entreguen, no ospreocupis por cmo o qu hablaris; porque en aquella hora os ser dado lo
que habis de hablar. Porque no sois vosotros los que hablis, sino el Espritu
de vuestro Padre que habla en vosotros" (Mateo 10: 19-20). Esto era lo que le
pasaba al mismo Jess, cuando l deca que era "su Padre" el que hablaba por
l. En consecuencia, tanto las denominaciones "hijo" como "padre" en las
sagradas escrituras, incluidos los evangelios, tienen significaciones muy
profundas y distintas a la simple interpretacin literal.
Con respecto al calificativo de "hijo de Dios" que se aplica a Jess, hay que
destacar que de ningn modo es exclusivo, ya que es utilizado en muchas otras
partes de la Biblia para referirse al Profeta Adn (P.), a David (P.), o al pueblo
de Israel en su conjunto, o a otros profetas, ngeles o a hombres justos. En el
mismo sentido que Dios es padre respecto a Jess por haber nacido
directamente del soplo divino en el vientre de la Virgen Mara (P.), es tambinpadre con respecto al Profeta Adn (P.) que fue creado del soplo divino.
Ciertamente que el ejemplo de Jess ante Dios es como el ejemplo de Adn, a
quien conform de tierra y luego dijo: "Sea!", y fue (Corn 3:59).
Por otra parte las criaturas de Dios, en cuanto "hijos" Suyos como principio y
origen de todo, no pueden ser Dios mismo. "A Dios nadie lo ha visto jams"
(Juan 1: 18). Y nunca Jess dijo ser "Dios hijo", ni jams se consider a s mismo
Dios o igual a Dios; por el contrario, siempre manifest humildemente su
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subordinacin y sometimiento al Altsimo. Adems vemos que Jess afirma
respecto de Dios: "T, el nico Dios verdadero" (Juan 17:3); y en otro lugar del
mismo Evangelio se lee que Cristo le dice a Mara Magdalena: "Voy a subir a m
padre y vuestro padre, a mi Dios y vuestro Dios" (Juan 20: 17).
En el evangelio de Marcos, Jess afirma: "Por qu me llamas bueno? Nadie es
bueno sino slo Dios" (Marcos 10: 18). y en otra oportunidad dijo: "El hijo no
puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre" (Juan 5: 19). Y
afirm tambin: "He bajado del cielo para hacer no la voluntad ma, sino la
voluntad de Quien me ha enviado" (Juan 6:38); y: "Lo que yo enseo no es mo,
sino que pertenece al que me ha enviado" (Juan 7: 16). "El espritu de Jehov
est sobre m porque El me ungi para declarar buenas nuevas a los pobres"
(Lucas 4: 18).
La crtica bblica ha sealado adems que el trmino griego que ha perdurado
en los evangelios, "pais" y "paida", tienen el sentido de "hijo" o "muchacho"
como siervo, o asistente, y ste se corresponde claramente con la denominacin
que los profetas se dan a s mismos de "siervos del Seor" o "siervos de Dios".
Por lo dems, en sus splicas el Profeta Jess (P.) no se alaba a s mismo, ni
invita a nadie a hacerla, sino que por el contrario sostiene "...que no se efecte
mi voluntad sino la Tuya" (Lucas 22:42).
En los evangelios se habla del nacimiento y muerte de Jess aunque es sabido
que Dios tiene por atributos el ser eternamente vivo e imperecedero. Si el
argumento en favor de su divinidad se funda en su capacidad de obrar milagros,
sabemos que stos no le fueron concedidos en exclusividad, pues encontramos
tambin en la Biblia el testimonio de milagros realizados, con la anuencia
divina, por los profetas que le precedieron e incluso por los mismos apstoles
de Jess (P).
Si, como sostiene gran parte de los cristianos hoy, la trinidad fuese la doctrina
central de la fe (teniendo en cuenta que el conocimiento de Dios es el
fundamento de toda la religin), debi haber sido presentada con la mayor
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claridad y no slo por Jess y sus apstoles, sino tambin por toda la tradicin
proftica anterior. Sin embargo, como hemos visto, tanto el Antiguo Testamento
como el Nuevo, coinciden en la afirmacin reiterada de la absoluta Unicidad de
Dios Todopoderoso, confirmndose as el punto de vista islmico que ubica alpuro monotesmo como la doctrina central de la fe.
MENSAJE FRATERNAL A TODOS
LOS CRISTIANOS DEL MUNDO
La proclama que a continuacin transcribimos tiene mil cuatrocientos
aos. Es prcticamente desconocida en occidente y en una traduccin fiel
que ofrecemos a los lectores de habla hispana.
La misma es portadora del espritu del Islam, de su tolerancia, de sumisericordia para con todos los seres. Su universalidad radica en el amor,
comprensin y conocimiento, y es un llamado a la fraternidad entre los seres
humanos.
...Que adems de una vida tranquila, les garantizo su propia defensa, la de sus
templos y conventos, dice el Profeta Muhammad (La bendicin y la paz sean
con l y su descendencia purificada) en su mensaje, y agrega: ...Que no seobligar a ningn cristiano a convertirse a la religin del Islam, ni se le discutir
su creencia, sino en trminos afables....
La civilizacin occidental, con su diversidad de doctrinas; polticas, seudo
religiones, organizaciones internacionales, tratados, concilios, etc., no fue
idnea para desarrollar y poner en prctica una tolerancia capaz de abarcar a
todos los hombres con verdadero espritu de comprensin, capaz de terminar
con el flagelo de la incomunicacin y lo que ella significa para el mundo.
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El Islam, que fue y es injustamente acusado de implantar la fe mediante la
espada, rechaza categricamente esta acusacin y como respuesta ofrece este
mensaje elocuente que es un testimonio hasta el fin de los tiempos.
Este valioso documento histrico fue dictado por el Profeta Muhammad (B.P.) y
en l estn impresas las normas jurdicas que habran de regular la convivencia
entre cristianos y musulmanes. Muhammad (B.P.) era iletrado. Suscriba sus
cartas, tratados, proclamas, con su sello personal. En esta oportunidad, sus
secretarios lo olvidaron y los beneficiarios exigen que lo avale con su rbrica,
como lo hicieron los dems pueblos islmicos. Sin hesitar, impresion su dgito
pulgar en la almohadilla y la imprimi al pie del documento: He aqu la firma.
Como sta no hay otra igual. Exclam entonces:
Esta promesa, formulada por Muhammad, Enviado de Dios para todos los
pueblos, como anunciador, intrprete y promotor de las leyes que Aqul impone
a sus criaturas, est dirigida a todos los adeptos de la religin cristiana ya sean
rabes como de otras razas, ya cercanos o lejanos, ya conocidos o
desconocidos.
Al emitir este mensaje, despus de un riguroso examen de conciencia, doy
pblico testimonio de que l se inspira en la justicia divina y por ende los
musulmanes que lo observen minuciosamente, cumplirn de modo estricto los
postulados del Islam, destacndose como sus ms excelentes correligionarios; y
quien desacate la norma que yo establezco conducindose por sendas
prohibidas a los creyentes austeros, ser simplemente un traidor y un
menospreciador de su credo, ya se trate de un sultn o de cualquiera de losmusulmanes.
Formalizo esta solemne promesa en mi nombre y en el de los buenos
creyentes que constituyen mi pueblo, ofrecindome con ellos y por ellos, al
juicio general:
Doy la promesa de Dios y Su Palabra Intachable, invocando la conciencia de
Sus Profetas, de Sus Enviados, de Sus Mensajes sin mcula, de los fieles del
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Todopoderoso, de los creyentes y musulmanes pasados y presentes. Con la base
del acuerdo que Dios ha concertado con los Profetas y por el cual les impone la
obediencia de Sus preceptos y el fiel cumplimiento de los deberes contrados
para con El, doy mi palabra indeclinable y precisa:
Que proteger a los refugiados en mis puertos, con mi caballera e infantes,
con mis guardianes del orden y mis sbditos civiles, donde quiera que se
hallaren, lejanos o cercanos, tanto en tiempos de paz como en pocas de
guerra.
Que adems de una vida tranquila les garantizo su propia defensa, la de sus
templos y conventos, sus capillas y abadas, la residencia colectiva o particularde sus monjes y la seguridad de los caminos para sus giras, donde quiera y en
cualquier forma que estuvieren, en oriente y en occidente, sobre las montaas o
en el seno de los valles, en las cuevas como en poblados o en desiertos, en
tierra llana o quebrada, y en todo lugar donde habiten.
Que defender su religin y su propiedad en cualquier sitio y modo en que se
hallaren, en igual grado lo hara por m mismo, por mi religin, por misallegados y sus pertenencias, y que les cobijar asimismo, contra cualquier
dao, disgusto, imposicin ilcita o responsabilidad ilegtima, escudndoles
contra toda fuerza extranjera que pretendiese atacarlos, con mi propia persona
y con los mos, ya fueren soldados o civiles, sin tener en cuenta la potencialidad
del enemigo.
Que desde ya les considero bajo mi proteccin y resguardo, en forma que no
les tocar perjuicio alguno, sin alcanzar previamente a mis dignatarios,
encargados de la defensa nacional.
Que les eximo de las cargas impositivas que los nmadas abonan, de
conformidad con los convenios existentes, pidiendo concurrir con la suma que
fuese de su agrado, sin que tal contribucin se considere un tributo ineludible.
Que, desde ahora, no se obligar a ningn sacerdote cristiano a renunciar a suinvestidura, ni a ningn individuo a abandonar su culto, como as mismo no se
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obstaculizar a los monjes en el ejercicio de su profesin, ni sern forzados a
desalojar sus conventos, a suspender sus giras misioneras.
Que no ser demolida ni siquiera una mnima parte de sus templos ni se
permitir su adquisicin para mezquitas o residencias de musulmanes; pues
quien tal hiciera quebrantara la solemne promesa dada en nombre de Dios,
desobedecera al Profeta y traicionara abiertamente la felicidad de su
conciencia.
Que en cuanto al impuesto a los rditos, derivados de los grandes negocios
martimos o terrestres, determinados por la extraccin de metales, perlas,
piedras preciosas, oro o plata, provenientes de capitales considerablespertenecientes a los cristianos, no exceder en ningn caso de doce dracmas
anuales, si estos residen y permanecen en el mismo lugar en el cual ejercen su
oficio.
Que no se exigir tributo a las personas, con domicilio o sin l que vivan de la
beneficencia de los dems, excepcin hecha a los que heredan gravados con
impuestos, en cuyo caso seguirn abonndolos, sin aumento alguno, pudiendo,sin embargo, cumplir en parte esta obligacin en caso de presentarse
dificultades para pagar el canon fijado anteriormente al testador.
Que si alguno de ellos adquiriese bienes muebles o inmuebles con el bien de
beneficiarse con su explotacin o arrendamiento, no pagar mayores impuestos
que los que abonan sus semejantes.
Que los cristianos sern considerados, en cuanto a los fueros de la conciencia,
iguales a los nuestros, sin que estn obligados a salir con los ejrcitos
nacionales al encuentro del enemigo, ni a afiliarse con ellos, pues la defensa
corresponde exclusivamente a los musulmanes. No obstante, los cristianos
podrn contribuir voluntariamente al aprovisionamiento y remonta del ejrcito,
genuinamente musulmn, con armas y caballos, lo cual ser recordado con
benevolencia y gratitud.
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Que no se obligar a ningn cristiano a convertirse a la religin del Islam, ni se
le discutir su creencia, sino en trminos afables, debiendo ser tratados por
todos los musulmanes con misericordia y cario, protegindolos contra toda
lesin o prejuicio donde quiera que estuvieran y en cualquier situacin en quese encontraren.
Que si algn cristiano se viera impulsado a la comisin de una falta grave o
delito, constituir un deber ineludible de los musulmanes inducirlo al buen
camino, por medio del exhorto y el buen consejo, y en caso de haberlo
realizado, servir a su defensa, hasta reparar el dao ocasionado, esforzndose
para concertar la paz con el sbdito musulmn ofendido, a coadyuvar en
persecucin de estos fines.
Que los musulmanes no contribuirn a fracaso alguno de los cristianos, no le
ser negada la colaboracin necesaria, ni tampoco del seno de la nacin.
Que por medio de esta promesa divina les concedo las mismas garantas de
que gozan los musulmanes, asumiendo, en consecuencia, la obligacin de
protejerlos contra todo inconveniente y proveer a su beneficio, para que seanverdaderos ciudadanos, solidarios en los derechos y deberes comunes.
Que, en lo que respecta al matrimonio, no se obligar a una cristiana a casarse
con un musulmn, ni ser contrariada si se resiste al noviazgo, por ser
indispensable su previo consentimiento; y que, en caso de realizarse esta unin,
deber el marido dejar en libertad a la esposa para practicar su culto de
acuerdo a la orientacin de sus jefes espirituales, de cuyas normas tomar
ejemplo, sin obligarla en ningn caso a abjurar de su religin, ni oponerse si
stos fuesen sus deseos, pues todo acto contrario a estos postulados, lo
colocara entre los falaces, violadores de la promesa de Dios y de la palabra de
Su Profeta.
Que si los cristianos necesitaren construir o refaccionar sus templos, capillas o
lugares santos, o cualquiera otra realizacin de inters para su culto, ser
prestada a su pedido, la colaboracin tcnica o pecuniaria correspondiente,
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considerndose tal acto como una simple beneficencia, concorde con la promesa
dada por el Profeta, y ajustada a las normas que Dios impone a todos los
musulmanes.
Que no sern obligados, en caso de guerra, a servir de emisarios, guas u
observadores sobre el campo enemigo, ni a ninguna actividad de carcter blico;
y que si alguien les exigiese, ya individualmente o en masa, realizar lo
contrario, ser considerado en desacato de la palabra proftica y
desobedeciendo a su testimonio.
Estas condiciones fueron impuestas por Muhammad, el Enviado de Dios, en
favor de los adeptos de la religin cristiana, sin excepcin alguna.
Los nicos deberes que a su respecto se establecen, bajo la jida de su buena
conciencia y los postulados de su credo, son los siguientes:
Que no ayudarn al enemigo en guerra con los musulmanes, en forma pblica
o secreta, ni darn albergue o refugio al adversario en sus casas, lugares santos
o regiones, ni le secundarn con tropas, armas, caballos u hombres, ni se
constituirn en depositarios de sus bienes, ni mantendrn comunicacin con
ellos.
Que no se negarn a prestar un hospedaje de tres das consecutivos a
cualquiera de los musulmanes ni a sus caballos, donde quiera que se
encuentren o dirijan sin que ello obligue a facilitar alimentos extraordinarios,
que significaran un aumento en sus gastos habituales.
Que si algunos de los musulmanes en situacin apremiante se viera precisado
a refugiarse en sus casas o regiones, le tratarn cordialmente, ayudndolo y
alentndolo en su infortunio, y ocultando su paradero al enemigo sin omitir
esfuerzo para cumplir este deber.
Quien quiera que viole las condiciones prefijadas, ser considerado un
renegado de Dios y de la promesa solemne dada por el Profeta a los sacerdotes
y monjes cristianos, con el testimonio de la nacin.
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Este es un mandato ineludible contrado por el Profeta en su propio nombre y
en el de todos los musulmanes, y a cuya observancia se obligan de modo
estricto hasta el da de la Resurreccin y terminacin del mundo.
Evidentemente estas palabras, teniendo en cuenta la intolerancia que
caracterizaba a esa poca entre los seguidores de distintos cultos e ideas, son
una muestra de que su origen es celestial y autnticamente proftico. La
historia islmica, inspirndose en estas enseanzas, ha dado ejemplo de un
elevadsimo grado de comprensin y tolerancia.
JESS EN LA TRADICIN ISLMICA
La tradicin islmica muestra a Jess como dueo de una extraordinaria
sapiencia mediante la cual defina la profunda realidad del mundo y exhortaba
con su conducta y su palabra al ascetismo y desapego. El mismo no tena casa,
ni montura, ni esposa e hijos y con respecto al mundo deca: Quin construye
una casa sobre las olas del mar? Oh gente, el mundo es como un mar agitado!,
Por qu lo tomis como un lugar de residencia estable y permanente?.
Quizs una de las razones por las cuales Jess (P.) enfatizaba el desapego a lo
mundano resida en el hecho de que en aquel entonces los judos se haban
inclinado en exceso a las ilusiones materiales de este mundo tras un perodo,
luego del fallecimiento del Profeta Moiss(P.), en el cual haban alcanzado el
poder en sucesivos gobiernos. Del mismo modo que Ali (P.) contnuamenteadverta a la comunidad islmica acerca de los peligros del materialismo.
En una tradicin de Al (P.), el sucesor del Profeta Muhammad (B.P), leemos que
mientras se refera al valor de lo mundano sealaba al Profeta Jess y deca
tomaba a la piedra como almohada, vesta ropas rsticas, coma yasheb,
estaba la mayor parte del tiempo hambriento, su lmpara en la noche era la
luna y en el invierno, su nico refugio eran los horizontes del oriente y eloccidente. Sus frutas y verduras eran las mismas que la tierra haca brotar para
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los animales. No tena una esposa que lo distraiga, ni hijos que lo aflijan, ni
riqueza que ocupe su atencin. No tena codicia alguna que lo rebaje, su
transporte eran sus pies y sus sirvientes sus manos.
En otra tradicin del Imam Ali (P.) sobre la extraordinaria personalidad de Jess
nos recuerda las palabras de ste ltimo cuando deca: Por las noches al
dormirme nada poseo y lo mismo durante el da, sin embargo no hay hombre
ms rico que yo sobre la faz de la tierra.
En otra tradicin islmica leemos que Jess se hallaba en el desierto cuando se
precipit una intensa lluvia. Jess no hallaba dnde refugiarse hasta que divis
una tienda a lo lejos. Se dirigi hacia all pero al llegar vio a una mujer que seencontraba sola por lo que no entr en ella sino que se volvi en busca de otro
refugio. Jess era un Profeta joven pero extremadamente piadoso a quien
Satans jams pudo doblegar.
La tradicin islmica cita, entre otras de las cualidades de Jess, la de ser un
permanente triunfador en la continua lucha interior por la purificacin de la
propia alma y en la lucha por la defensa de la religin contra los enemigos desta y de los oprimidos y desposedos, a quienes siempre se esforz por
hacerles llegar el mensaje de la verdad.
Con respecto a la humildad de Jess es conocido el episodio en que lavara los
pies de los apstoles. Ellos, en principio, se negaron pero Jess les dijo: Debo
hacerlo a fin de que vosotros aprendis la humildad que siempre debis guardar
frente a vuestros discpulos.
Esta actitud se suma al modo de vida simple y su permanente compaa junto a
los pobres, dbiles y enfermos.
La tradicin tambin da cuenta de cmo el Profeta Jess se enfrent en
numerosas ocasiones con Satans y de cmo ste fue doblegado una y otra vez
hasta llegar a reconocer que jams pudo someterle.
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Jess fue un maestro y un gua para la gente, especialmente para los Hijos de
Israel. Para ejercer su misin tuvo que enfrentarse a los desvos de algunos
religiosos y algunos sectores de la comunidad juda que haban alejado a sta
del espritu y letra de la Tor.
Esta permanente tensin y enfrentamiento de Jess con los falsarios que se
negaban a reconocer su profeca condujo finalmente a stos a tramar su entrega
y asesinato.
De acuerdo a la tradicin islmica, Dios Altsimo salv a Jess de la crucifixin
elevndolo a los cielos:
...Cuando en realidad no le mataron, ni le crucificaron, sino que les pareci
as...Sino que Dios lo elev hacia El. Dios es Poderoso, Prudente. (Corn 4: 157-
158).
Dios realiz un milagro por el cual se produjo la transfiguracin de Jess y otro
tom su apariencia confundiendo a sus captores. En los mismos evangelios
cristianos actuales se registran distintos episodios en que Jess adoptaba
apariencias distintas que desorientaban a sus discpulos quienes no lo
reconocan en primera instancia.
La personalidad excepcional de los profetas y de sus seguidores es
multidimensional y rene aspectos aparentemente contradictorios, como alegra
y tristeza, adoracin y compromiso social, retiro y presencia en la sociedad,
poltica y ascetismo, etc. Jess reuna todos estos aspectos en su personalidad.
Le fue dicho Quin te ha educado?. Respondi: No me ha educado nadie, he
visto la vileza de la ignorancia y me he apartado de ella.
Jess (P.) durante sus treinta y tres aos de vida, permanentemente estaba
junto los desposedos y los pobres. Se ocupaba de sus problemas y curaba a
sus enfermos.
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Narra Ibn Abbas (to del Profeta Muhammad): Jess acostumbraba a recorrer a
la gente de Bani Isra'il (hijos de Israel) y si encontraba a alguien necesitado, le
ayudaba.
Cuando era nio, su madre lo llev donde un maestro para que le ensease. El
comenz a impartirle la primera leccin y luego del Bismil-lah (invocar el
nombre de Dios para comenzar cualquier accin), le dijo: Di el alfabeto y su
correspondencia numrica. Jess pregunt: Qu es el alfabeto?. El maestro
quiso ensearle, pero Jess dijo: Si conoces su significado, dmelo, y si no,
permteme que te diga su exgesis. El maestro, que desconoca su
interpretacin, lo autoriz, y Jess se lo interpret hasta el final. Entonces, el
maestro le dijo a Mara (P.): Llvatelo, tu hijo no necesita ningn maestro.
Cuando Jess enfermaba en su niez, l mismo le daba a su madre las
instrucciones para preparar los remedios. Tena menos de diez aos cuando le
fue revelado el Evangelio.
(Todas las narraciones citadas fueron extradas de la obra "Biharul Anuar" del
gran sabio Allamah Maylesi, Dios se complazca de l).
Para finalizar apelamos a una exhortacin del Concilio Vaticano II (1962-1965),
auspiciado por el Papa Juan XXIII (1881-1963), la cual atestigua: La Iglesia mira
con aprecio a los musulmanes que adoran al nico Dios, Misericordioso y
Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, que ha hablado a los hombres y a
cuyos ocultos decretos procuran someterse con toda el alma, como se someti
Abrahm a Dios, de quien la fe islmica gusta hacer referencia. Veneran a Jess
como Profeta, aunque no lo reconocen como Dios; honran a su madre virginal,
Mara, y a quien tambin la invocan devotamente. Esperan, adems, el Da del
Juicio, cuando Dios recompensar a los hombres. Aprecian por tanto, la vida
moral y honran a Dios, sobre todo con la oracin, la caridad y el ayuno.
...La paz fue conmigo desde el da en que nac;
ser conmigo el da en que muera
y el da que sea resucitado.
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Este es Jess, hijo de Mara...
(Sagrado Corn, Captulo: Mara, vers.33)
BIBLIOGRAFA
La siguiente es una bibliografa orientativa disponible en espaol mediante la
cual pueden profundizarse distintos elementos del Islam en relacin al
Cristianismo:
El Sagrado Corn, traduccin de Ahmed Abbud, Ed. Arbigo-Argentina El Nilo,
Buenos Aires 1980.
El Islam en Occidente. Crdoba, Capital del Pensamiento Unitario, Roger
Garaudy, Ed. Breogn, Madrid, 1987. Ensayo sobre la cultura islmica y su
propuesta siempre viva para el bienestar de la humanidad. La tradicin
abrahmica y el entendimiento entre las tres corrientes monotestas: la juda, la
cristiana y la musulmana. El autor es un reconocido filsofo francs convertido
al Islam.
Huellas del Islam, Miguel Asn Palacios. Espasa Calpe, 1941. Esta y otras obras
del famoso sacerdote e islamlogo espaol (como La Escatologa Musulmana en
la Divina Comedia, El Islam cristianizado, Vida de Santones Andaluces,
publicados en la Ed. Hiperin de Madrid), tiene interesantes referencias sobre la
influencia del Islam en distintos campos: filosofa, mstica, literatura, y su ecoen el mundo cristiano.
Muhammad en la Biblia, de Abdul Ahad Dawud, Ed. Al-Fayr, Buenos Aires, 1994.
Prolijo estudio de un ex sacerdote catlico sobre los anuncios del Profeta del
Islam en el Antiguo y Nuevo Testamento.
La Biblia, el Corn y la Ciencia, de Maurice Bucaille. Arias Montano Editores,
Madrid, 1991. En esta obra un mdico francs analiza los datos cientficos del
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Sagrado Corn que no se contradicen con la ciencia moderna, a diferencia de lo
que ocurre con la Biblia.
Trabajo Realizado por Mezquita At-Tauhd