Informaciones de Pagina Siete, El Diario y La Razón de La Paz, Bolivia El Gran Poder se esmera para ser Patrimonio Autoridades nacionales apoyarán la postulación ante la Unesco La chola paceña brilló sin escotes ni transparencias. 40.000 folkloristas se sumaron a la postulación de la Entrada como patrimonio mundial. Página Siete, domingo, 31 de mayo de 2015 Leny Chuquimia / La Paz "Ojo cerrado / te he querido”, coreaban bailarines, público y hasta el Vicepresidente al paso de las morenadas que participaron ayer en la Entrada del Gran Poder. Bloques de hasta 500 mujeres de pollera, cubiertas con elegantes mantas y ostentosas joyas, lucieron orgullosas su tradicional vestimenta, sin escotes ni transparencias. Este año la fiesta se postulará ante la Unesco para ser Patrimonio. "Tuvimos una primera media jornada exitosa. La preocupación que teníamos ante posibles tergiversaciones al traje de la Chola Paceña ha quedado en el olvido. Ningún bloque de mujeres ha mostrado trajes con escotes que tergiversen el vestuario tal como se merece la fiesta para tener el título de Patrimonio de la Humanidad”, comentó mientras se movía al compás del bombo, el secretario municipal de Culturas, Javier Escalier. En el palco central, con el mismo entusiasmo que Escalier, luego de bailar con dos bellas chinas morenas y tocar los platillos con una de la bandas el vicepresidente Álvaro García Linera dijo que se debe trabajar bastante y apoyar en lo que se pueda para que al igual que el Carnaval de Oruro, el Gran Poder logre ser un Patrimonio de la Humanidad. "Ésta fiesta es parte de las raíces del paceño que una vez al año se viste de colores para decirle al mundo: ésta es La Paz, es cultura y creación. Se merece ser patrimonio”, dijo. De fondo se escuchaba el crujir de las matracas que competían en originalidad por el esmero de cada fraternidad. Unas tenían forma de coches o televisores antiguos y otras pedían Mar para Bolivia. Los "turrilitos” de la morenada escondían su cansancio tras las brillosas máscaras de ojos grandes y labios prominentes que muerden una pipa. Bajo el radiante sol, en la avenida Montes una docena de jóvenes de la fraternidad Wacas Aymaras de Bolivia, ataviados con trajes de kusillos, saltaban de izquierda a derecha alimentados por los aplausos de los espectadores. El público animaba y disfrutaba de las acrobacias que realizaba la tropa llena de la picardía típica del personaje. En unas sillas cercanas con 11 polleras hechas en bayeta de la tierra, tres veces más pesada que la tela sintética, Carmen Saravia, víctima de los primeros calambres por el peso de su traje, se frotaba las piernas para continuar. "Tengo que hacerme pasar este calambre para cumplirle al Tata. Él va a permitir que llegue al final”, señaló. En el recorrido miles de personas gritaban y bailaban en las graderías armadas para la ocasión. Por cada asiento pagaron desde 25 hasta 50 bolivianos en la Illampu o en la Camacho.
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Informaciones de Pagina Siete, El Diario y La Razón de La Paz, Bolivia
El Gran Poder se esmera para ser Patrimonio
Autoridades nacionales apoyarán la postulación ante la Unesco
La chola paceña brilló sin escotes ni transparencias. 40.000 folkloristas se sumaron a la
postulación de la Entrada como patrimonio mundial.
Página Siete, domingo, 31 de mayo de 2015 Leny Chuquimia / La Paz
"Ojo cerrado / te he querido”, coreaban bailarines, público y hasta el Vicepresidente al paso
de las morenadas que participaron ayer en la Entrada del Gran Poder. Bloques de hasta 500
mujeres de pollera, cubiertas con elegantes mantas y ostentosas joyas, lucieron
orgullosas su tradicional vestimenta, sin escotes ni transparencias. Este año la fiesta se
postulará ante la Unesco para ser Patrimonio.
"Tuvimos una primera media jornada exitosa. La preocupación que teníamos ante posibles
tergiversaciones al traje de la Chola Paceña ha quedado en el olvido. Ningún bloque de
mujeres ha mostrado trajes con escotes que tergiversen el vestuario tal como se merece la
fiesta para tener el título de Patrimonio de la Humanidad”, comentó mientras se movía al
compás del bombo, el secretario municipal de Culturas, Javier Escalier.
En el palco central, con el mismo entusiasmo que Escalier, luego de bailar con dos bellas
chinas morenas y tocar los platillos con una de la bandas el vicepresidente Álvaro García
Linera dijo que se debe trabajar bastante y apoyar en lo que se pueda para que al igual que el
Carnaval de Oruro, el Gran Poder logre ser un Patrimonio de la Humanidad.
"Ésta fiesta es parte de las raíces del paceño que una vez al año se viste de colores para
decirle al mundo: ésta es La Paz, es cultura y creación. Se merece ser patrimonio”, dijo.
De fondo se escuchaba el crujir de las matracas que competían en originalidad por el esmero
de cada fraternidad. Unas tenían forma de coches o televisores antiguos y otras pedían Mar
para Bolivia. Los "turrilitos” de la morenada escondían su cansancio tras las brillosas
máscaras de ojos grandes y labios prominentes que muerden una pipa.
Bajo el radiante sol, en la avenida Montes una docena de jóvenes de la fraternidad Wacas
Aymaras de Bolivia, ataviados con trajes de kusillos, saltaban de izquierda a
derecha alimentados por los aplausos de los espectadores. El público animaba y disfrutaba
de las acrobacias que realizaba la tropa llena de la picardía típica del personaje.
En unas sillas cercanas con 11 polleras hechas en bayeta de la tierra, tres veces más pesada
que la tela sintética, Carmen Saravia, víctima de los primeros calambres por el peso de su
traje, se frotaba las piernas para continuar. "Tengo que hacerme pasar este calambre para
cumplirle al Tata. Él va a permitir que llegue al final”, señaló.
En el recorrido miles de personas gritaban y bailaban en las graderías armadas para la
ocasión. Por cada asiento pagaron desde 25 hasta 50 bolivianos en la Illampu o en la
Camacho.
¡Fuerza, Gran Poder es patrimonio! gritaba un bloque de bellas caporalas con botas de
cascabeles y látigos en las manos mientras con saltos ingresaban al palco central.
Más de 40.000 razones para ser Patrimonio
Página Siete, domingo, 31 de mayo de 2015
Los más de 40.000 bailarines del Gran Poder apoyan la postulación de la fiesta ante la
Unesco como Patrimonio de la Humanidad. La fe de sus participantes, los rituales litúrgicos
previos, el colorido de sus danzas y el significado de cada son sólo una muestra de la riqueza
de la Fiesta Mayor de los Andes, que ayer tomó La Paz.
Desde tempranas horas de ayer, 62 fraternidades, entre ellas 10 de nueva creación, hicieron
gala de su tradición y cultura. Con pasos de baile ensayados por más de tres meses, fueron
inmortalizadas en un video que formará parte de un archivo que será enviado como
respaldo a la petición de declaratoria de Patrimonio.
Con el paso de caporales, kusillos, morenos y kullawas se demostró la diversidad de
danzas que son parte de una de las fiestas folklóricas y religiosas más grandes e importantes
del país. Las morenadas fueron las protagonistas de esta gestión.
Los Negritos del Ayacucho bailaron sin “esclavos”
La fraternidad de exalumnos decidió sacar la figura a pedido de las autoridades
Página Siete, domingo, 31 de mayo de 2015 Anahí Cazas / La Paz
Por primera vez, después de 43 años, Nelson Calatayud bailó triste en la Entrada del Gran
Poder. Dejó de interpretar a la figura del esclavo en la fraternidad Negritos de
exalumnos del colegio Ayacucho. "No soy racista”, gritó y empezó a saltar.
Su compañero, también enojado, Willy Cuéllar, comenzó a bailar en la fraternidad hace 25
años, cuando era alumno del Ayacucho. "Estoy muy enojado porque me siento
discriminado por el Gobierno que no me permite bailar los Negritos, que tienen más de 40
años”, dijo e invitó a las autoridades a debatir sobre este tema.
Ayer más de 300 adultos, jóvenes y niños bailaron de negritos al rimo de timbales y cantos
con estribillos como: "Arriba negro, abajo negro”. Este año, algunos de los fraternos optaron
por pintarse el rostro con brillos metálicos, pero otro aún usaron la crema de zapato. Las
mujeres optaron por polleras más largas y recatadas.
En agosto, el Comité Nacional Contra el Racismo y Toda Forma de Discriminación
emitió una resolución que exige "eliminar actitudes discriminatorias a los afrobolivianos
en las danzas bolivianas negrito y/o tundiqui”.
La fraternidad tiene 43 años de vida. "No tenemos la culpa de que recién haya salido una
ley contra la discriminación y el racismo. Nosotros no discriminamos a nadie, incluso
realizamos un convenio y sacamos a los esclavos”, afirmó Pedro Mejía, fundador de la
fraternidad. Aclaró que no son tundiquis porque no bailan con sombreros.
• Un bailarín de los Negritos exalumnos del Ayacucho.
Los platilleros de bandas regalaron destreza y agilidad
La banda orureña fue la más esperada. Los músicos armaron el “otro show”.
La banda Huracán conquistó al público.
Página Siete, domingo, 31 de mayo de 2015 Leny Chuquimia / La Paz
Las bandas musicales fueron el "otro show” del Gran Poder, donde los platilleros se
robaron la simpatía de la gente. La banda orureña Internacional Poopó fue una de las más
esperadas.
"Las bandas son el otro show del Gran Poder. Muchas veces es más bonito que los mismos
bailarines porque bailan, saltan, cantan y además tocan sus instrumentos con ganas, sobre
todo los platilleros”, dijo uno de los espectadores, Gregorio Ávalos.
Con movimientos ágiles de pasos entre cumbia y morenada los platilleros de la Banda
Huracán se ganaron los aplausos de las personas de las graderías de la Facultad de Ingeniería.
Con peinados extravagantes y lentes oscuros los trompetistas timbaleros saludaron al público.
"Estaba esperando ver a la banda Poopó con sus sacos rojos y su cascos de mineros. Bailan
bien bonito, igualan paso y todo. Ojalá vuelvan a pasar por la noche porque ver sus cascos
con luces es bello”, dijo Inés Castro.
En medio de lo que fue una fiesta en el palco central la Banda Conexión entregó unos
platillos a l presidente Evo Morales y al vicepresidente Álvaro García Linera quienes por un
momento fueron músicos honorarios.
A rastras tipo paso comando, con giros de los platillos y hasta elevados en el aire sobre los
bombos sujetados por otros músicos, los platilleros se convirtieron en las nuevas figuras de
las bandas folklóricas del Gran Poder.
Devoción y selfies a los pies del Tata
Miles de danzarines y músicos se sacaron fotos delante del templo y la imagen del Señor Jesús del Gran Poder. En las calles aledañas a la iglesia, cientos de personas compraban asientos para observar la Entrada.
Página Siete, domingo, 31 de mayo de 2015 Anahí Cazas / La Paz
Mientras María mueve las caderas al ritmo de una morenada, su compañera Antonia deja de
sonreír por unos minutos y fija su mirada en la imagen de estuco del Tata Jesús del Gran
Poder, en la puerta del templo.
En medio del retumbar de los bombos y los platillos, Antonia hace la señal de la cruz y
sin pensarlo dos veces se para delante de la imagen, saca su celular y posa para un selfie.
"Esta fotografía será mi recuerdo más preciado. El Tata es muy milagroso y yo bailo por
devoción”, comenta la mujer, que luce una manta con perlas.
Al igual que Antonia, decenas de bailarines aprovechan su paso por templo para
sacarse selfies a los pies de la imagen del Señor, patrono de la fiesta del Gran Poder, que
ayer convocó a más de 40.000 bailarines de 62 fraternidades.
En la estrecha calle donde se halla el templo, los bailarines hacen gala de sus mejores
pasos frente al Tata, pero a cada minuto deben esquivar a los vendedores ambulantes y a
uno que otro devoto que desea tocar la túnica de la imagen. "Quiero mostrarle mi gratitud”,
dice orgullosa Guadalupe Chipana, de la morenada Los Intocables.
Los bloques de achachis morenos se sacan las máscaras y saludan con un ademán al Tata.
Algunos se paran por unos minutos, ante la imagen y otros siguen el paso al ritmo de las
matracas. "Estoy muy feliz de bailar por el Señor del Gran Poder”, dice Kasandra, parte
de un bloque de bailarines travestis, que se roba las miradas con un elegante traje de
chola antigua.
En los dos extremos del altar del Tata, decorado con flores artificiales y telas amarillas, hay
más de cuatro fotógrafos, quienes esperan el paso de los bailarines para ofrecerles una
instantánea con el fondo de la imagen de Jesús del Gran Poder. "Sáquese una fotito para el
recuerdo. Vale sólo 10 bolivianos”, ofrece uno de los fotógrafos.
Los asistentes, sentados en las estrechas graderías de madera, también aprovechan las pausas
de los danzarines para sacarse una foto , en familia o en pareja, delante del Tata. Algunos
incluso se suben a bancos o a las graderías de los costados para posar con una toma más
panorámica.
Los extremos del altar de Jesús del Gran Poder están rodeados de graderías de madera de
más de cuatro pisos. Al frente hay hileras de sillas y bancos. "Pensamos que ver la Entrada
cerca del Señor es un verdadero privilegio. Por eso, elegimos este lugar”, comenta Marco
Sánchez, quien junto a familiares y amigos observa la Entrada en primera fila frente al
templo.
En la esquina, a unos pasos del templo, decenas de periodistas y camarógrafos de varios
medios de comunicación se aglomeran y entrevistan a los bailarines.
Concentrado, John Wara baila altivo y luciendo un traje de figura de la kullawada Malkus
Perdidos del Gran Poder. "Es mi tercer año. Me siento muy orgullo de participar en la gran
fiesta de los Andes”, dice, mientras cautiva la mirada de los turistas.
Cuadras arriba, se escucha el retumbar de las matracas de los bloques de cholas de
la morenada Los Catedráticos. Sonriente, el alcalde de La Paz, que será posesionado hoy,
Luis Revilla y su esposa, Maricruz Rivera conquistan los aplausos del público. Más adelante,
el exsenador Eugenio Rojas y el artista Roberto Mamani Mamani, quien luce una camisa
pintada por él mismo, llaman la atención de la gente. Entre la Buenos Aires y la Garita de
Lima, los bailarines corren para alcanzar a su fraternidad. "Me he atrasado un poco”, dice
Óscar, vestido de caporal.
Antes de doblar la esquina para ingresar a la calle del templo, varios de los músicos, en
especial los más jóvenes, arreglan sus cabelleras peinadas con espray y brillos de colores. Ni
bien llegan ante el Tata, sacan sus celulares y posan delante de la imagen. La actitud de los
muchachos es repudiada por los músicos más viejos, quienes los observan molestos y pasan
erguidos delante del Tata como señal de respeto.
Cautivó Gran Poder La Ciudad Maravilla acogió en sus calles a 65 fraternidades que participaron de la fastuosa
entrada del Señor del Gran Poder. Documentaron las danzas para postular a la fiesta mayor de
Los Andes ante la Unesco como Patrimonio Intangible de la Humanidad.
El Diario, 31 de mayo de 2015
La Fiesta Mayor de los Andes, al margen de mostrar derroche de alegría, puso en alto la
expresión cultural del departamento paceño, con la mentalidad de alcanzar la declaratoria de
Patrimonio Intangible de la Humanidad.
Más de 40.000 folkloristas agrupados en 65 fraternidades y otras invitadas participaron ayer
de la tradicional entrada del Señor Jesús del Gran Poder, cuyo colorido y la destreza en las
coreografías cautivaron a propios y extraños en una jornada de sol radiante.
Los participantes no sólo bailaron por fe y devoción, sino también para que la fastuosa
entrada, conocida también como la Fiesta Mayor de los Andes, sea postulada ante la Unesco,
para alcanzar la declaratoria de Patrimonio Intangible de la Humanidad.
Como todos los años, la danza de la morenada fue la que más bloques presentó en esta
manifestación cultural. Asimismo, en el desfile de los danzarines se pudo apreciar una
variedad de bordados en el vestuario, tanto de damas y varones, demostrando gran
creatividad de cientos de bolivianos que se dedicaron a la confección de atuendos para
diversas fraternidades.
El público quedó satisfecho con la presentación folklórica que mostró la diversidad de la
riqueza cultural expresadas en danzas regionales y nacionales. El evento se prolongó hasta
pasado la medianoche; sin embargo, la fiesta fue empañada por la venta indiscriminada de
bebidas alcohólicas al público.
El colorido y la destreza de las coreografías se hicieron presentes
Gran Poder en ciudad maravilla Documentaron las danzas para postular al Gran Poder, ante la Unesco, como patrimonio
intangible de la humanidad
El Diario, 31 de mayo de 2015
Las calles de la ciudad de La Paz, catalogada desde el 7 de diciembre de 2014, como ciudad
maravilla del mundo, se llenaron de alegría y colorido, puesto que 65 fraternidades y otras
invitadas participaron de la tradicional entrada del Señor Jesús del Gran Poder.
Los bailarines no sólo danzaron por devoción, sino también para que la entrada de Jesús del
Gran Poder, la Fiesta Mayor de los Andes sea postulada ante la Unesco, para que sea
patrimonio intangible de la humanidad.
Desde la noche del sábado los devotos se alistaban con el maquillaje, ropa, últimos detalles
que no pudieron dejar pasar por alto. Eran las 4.00 de la madrugada y personas como la
señora María Eugenia, que iba a bailar de chola antigua la danza de la morenada, ya estaba
preparándose, con el trenzado de sus cabellos, el maquillaje y otros aspectos, pues debía lucir
bien ante el Señor del Gran Poder y ante el variado público.
La Fiesta Mayor de los Andes, aparte de ser derroche de alegría fue una expresión cultural
del departamento paceño, informó Javier Escalier, secretario municipal de Culturas.
Los más de 40.000 folkloristas demostraron variados pasos a lo largo de la ruta que inició en
la plaza Garita de Lima, siguió por la avenida Buenos Aires y las calles Vicente Ochoa,
Antonio Gallardo, Sagárnaga, Illampu, Pando, avenida Montes, avenida Mariscal Santa Cruz,
el paso cada vez se aceleraba y era más entonado cuando llegaban hasta la avenida Camacho,
lugar donde se encontraba el palco, con los invitados especiales y autoridades naciones.
Después de realizar la demostración por minutos en el palco, los bloques de danzarines
prosiguieron por la avenida Simón Bolívar y como punto final y desconcentración llegaron al
estadio Hernando Siles.
Como todos los años la danza de la morenada fue la que más bloques presentó. En la entrada
se pudo apreciar una variedad de bordados en las mantas, creatividad, joyas lujosas, pero
sobre todo el ritmo que le pusieron las mujeres de pollera, que hicieron bailar a más de uno
del público.
El resonar de las matracas, los giros, los pasos bien calculados invitaban a una fiesta que
nadie podía rechazar, pues la alegría era contagiosa. A ritmo lento y con botas altas danzaron
las chinas morenas. Los modelos que representan a la época colonial, deslumbraron a más de
uno.
Otras danzas como la kullaguada, caporal, waca waca, tobas, entre otros, demostraron
destreza y habilidad de sus pasos. Todos con trajes ostentosos, colores alegres.
Las bandas aparte de llamar la atención emitieron melodiosos sonidos, también brindaron un
espectáculo aparte.
El buen clima acompañó la jornada, puesto que el sol brillante se impuso sobre los bailarines
y los visitantes.
Sin embargo, un aspecto negativo que provocó que la entrada se extendiera fue el horario de
inicio que estaba programado para 07.00 de la mañana, pero tuvo un retraso casi de dos
horas. Al promediar las 09.00 de la mañana la comitiva hacía su ingreso hasta el palco para
desarrollar un ritual. La fiesta se extendió hasta pasada la medianoche.
Como cada año el jurado calificador tomó en cuenta el vestuario, coreografía, puntualidad y
entusiasmo de las fraternidades. Por ese motivo cada fraternidad preparó coreografías
especiales en procura de ganarse la simpatía del público.
DATOS
- Desde 1982 las fraternidades deben usar sólo dos bandas.
Cada fraternidad, por normativa interna, sólo debía usar como máximo dos bandas.
- Debido a esto, las fraternidades numerosas prefieren dividir sus bandas en más de un
bloque, para que los danzarines no se queden sin música.
- La morenada Eloy Salmón innovó en su matraca usando modelos de accesorios como
televisores.
- La banda intercontinental Poopó llevó llamativos destalles en sus cascos, como figuras de la
máscara de la danza de la diablada.
La destreza y belleza de los caporales se hicieron presentes en la Entrada del Gran Poder. El
brillo y colorido se manifestó en cada una de las participaciones de los bailarines.
La entrada del Gran Poder se inició con algarabía y esplendor. La llamerada de San Andrés
fue una de las comparsas que animó la fiesta.
La Palla 2015 estuvo presente junto a su fraternidad. El brillo y la algarabía catracterizaron el
encuentro.
La calidad y simpatía de la juventud caracterizó la Fiesta Mayor de Los Andes
El lujo y esplendor de las coreografías acompañaron a las fraternidades en su recorrido.
La danza de la diablada se hizo presente en la fiesta del Gran Poder.
La danza de los waca-waca presentaron su coreografía característica.
Gran Poder baila con la fe puesta en la Unesco para ser Patrimonio
La Razón (Edición Impresa) / Erick Ortega / 31 de mayo de 2015
“El amor es ciego, así es la vida, pase lo que pase...” canta el moreno Eduardo Aduviri, de la
Eloy Salmón, y el sudor moja su rostro. “El Gran Poder es una experiencia única”, aseguró.
Tal vivencia es la que se busca consolidar como Patrimonio de la Humanidad.
“El mundo debe conocer nuestra riqueza folklórica”, afirmó el ministro de Culturas, Marko
Machicao, y a unos pasos una morenada le ponía música a sus palabras. La autoridad informó
que en la entrada se registraron imágenes para postular la Fiesta Mayor de Los Andes a
Patrimonio de la Humanidad. No es un camino sencillo. “Es un proceso que lleva un tiempo
de maduración.
Estamos en la primera etapa, que es el registro audiovisual. Culminando la entrada, a partir de
la próxima semana iniciaremos la conformación de un comité impulsor (para lograr este fin)”.
Agregó que el proceso demorará entre 8 y 12 meses. “Esperemos que lleguemos a febrero
con una carpeta cumplida para así presentar su designación”.
FIESTA. La celebración empezó a las 07.00 y algunos minutos más. Un grupo de policías fue
a paso cansino con mensajes de prevención de delitos y accidentes. Detrás estaban los prestes
Gabriel Chuquimia y Nancy Colque. Al lado se encontraba un sonriente Javier
Escalier.“Desde el lunes volveré a ser un ciudadano más”, señaló el Secretario Municipal de
Culturas, que hoy deja el cargo. El presidente de la Asociación de Conjuntos Folklóricos del
Gran Poder (ACFGP), Justo Soria, se declaró feliz por la posibilidad de convertir a la entrada
en Patrimonio ante la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura).
El Tata del Gran Poder estuvo a la entrada del templo. A un costado se colocó un banner con
la imagen del papa Francisco y hubo algunos bailarines que se persignaron ante ambas
imágenes. Ayer se vio un desfile más vistoso y los colores de la tricolor ondearon en los
trajes. Es más, algunos trombones de la Intercontinental Poopó estaban recubiertos con
wiphalas. Como muestra de la plurinacionalidad de la Fiesta Mayor de los Andes, en este
grupo orureño estaban dos afros que se tomaban fotos a diestra y siniestra.
También hubo sensualidad durante la fiesta. Las chinas de la Morenada Comercial Eloy
Salmón y los caporales Urus del Gran Poder se cansaron de mandar besos y de tomarse fotos
con sus fans.
En la morenada Juventud San Pedro Residentes de Achacachi Los Catedráticos participaron
personajes vinculados con la política y fueron motivo de aplausos y de algunos silbidos. Es el
caso de Eugenio Rojas, quien fue aclamado y algunos detractores lo abuchearon. Quienes
cosecharon aplausos por doquier fueron el alcalde Luis Revilla y su esposa Maricruz Ribera.
La saya de los Negritos del Colegio Ayacucho también lució la tricolor en sus trajes. Bailaron
sin usar coreografías discriminatorias. Para realzar más aún la fiesta, el presidente Evo
Morales y el vicepresidente Álvaro García Linera llegaron al palco y bailaron. La fiesta duró
hasta que se acabó la noche. Al año, los bailarines volverán a lucir sus trajes y la fiesta estará
lista para ser Patrimonio.
Un arcángel Gabriel guiando a la tropa de diablos. Foto: Pedro Laguna
Una china sonríe mientras baila detrás hay dos morenos. Foto Pedro Laguna
Los waka tokoris luciendose en la avenida Mariscal Santa Cruz. Foto Luis Salazar
A la diestra del Tata se puso un banner del papa Francisco. Foto Luis Salazar
Un bailarín de pujllay se toma respiro y saca fotografías. Foto Luis Salazar
Un bloque de danzantes baja por la calle Antonio Gallardo. Foto Pedro Laguna