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1 CENTROS DE ACCION COMUNITARIA UNA NUEVA Y ANTIGUA ESTRATEGIA INSTITUCIONAL PARA GENERAR POLITICAS SOCIALES Sebastian O. Bertucelli * , Cristina Beatriz Mercado ** , María Cristina Lerda *** “El modo de hacer es ser” Lao Tse RESUMEN Ante la brecha que existe y que tiende a ensancharse: entre la gente y las instituciones designadas para ejecutar las Políticas Sociales, lo que se enuncia desde las macropolíticas y lo que efectivamente se opera sobre las poblaciones indolatinoamericanas; se torna imprescindible para las Ciencias Sociales de estas latitudes, la tarea de crear y recrear estrategias institucionales que constituyan mediaciones eficaces entre los Movimientos Sociales Alternos y las Sociedades Institucionalizadas. * Lic. en Psicología ** Lic. en Trabajo Social *** Lic. en Trabajo Social
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CAC Sebastian Bertucelli

Nov 25, 2015

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Giime Fernandez
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    CENTROS DE ACCION COMUNITARIA

    UNA NUEVA Y ANTIGUA ESTRATEGIA INSTITUCIONAL PARA

    GENERAR POLITICAS SOCIALES

    Sebastian O. Bertucelli*, Cristina Beatriz Mercado**, Mara Cristina Lerda***

    El modo de hacer es ser Lao Tse

    RESUMEN

    Ante la brecha que existe y que tiende a ensancharse: entre

    la gente y las instituciones designadas para ejecutar las Polticas

    Sociales, lo que se enuncia desde las macropolticas y lo que

    efectivamente se opera sobre las poblaciones

    indolatinoamericanas; se torna imprescindible para las Ciencias

    Sociales de estas latitudes, la tarea de crear y recrear estrategias

    institucionales que constituyan mediaciones eficaces entre los

    Movimientos Sociales Alternos y las Sociedades

    Institucionalizadas.

    * Lic. en Psicologa

    ** Lic. en Trabajo Social

    *** Lic. en Trabajo Social

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    Inferencias de nuestro ir, estar y volver de visita a poblaciones designadas

    como de riesgo ecolgico-social de la ciudad de Crdoba.

    1. La visita annima institucional:

    Cmo hacer para incluir al poblador latinoamericano en los programas y proyectos

    generados desde las Polticas Sociales?.

    "El Ser hace al Obrar"

    Palabras Clave: Desconcentracin - Diagnostico institucional - Descordinacin

    Institucional Sistemtica - Participacin de la comunidad - Instituciones y Liderazgos

    Desarraigados - Entrevista - Grupo - Prevencin - Enfoque Selectivo.

    1.1. La decisin poltica de ir a la casa de los otros

    A partir de una lectura diagnstica que se realizara desde nivel central, se determin

    que la Zona de la ciudad de Crdoba: Barrios Comercial, Villa El Libertador, Alejandro

    Carbo, Santa Rosa, Mirizzi y sector de Cortaderos de Ladrillos, mereca atencin especial

    para la prevencin de los problemas de minoridad y desintegracin familiar. Con este fin el

    Gobierno Provincial cre el Programa de los Centros de Accin Comunitaria, estrategia para

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    la desconcentracin de recursos humanos que deba dar respuesta sistematizada a las

    necesidades y requerimientos sociales de estos grupos poblacionales postergados.

    1.2. Hacer una casa en la casa de los otros y all tratar de ensearle a la gente del lugar a

    vivir de nuevo.

    Como es tradicional, los operadores profesionales no nos involucramos en la primera

    etapa sealada, pero si observamos la coherencia con que nos articulamos a esta secuencia nos

    damos cuenta que, sin acepcin de personas o de supuestas diferencias tericas, participamos

    de un acuerdo ideolgico fundamental a la hora de operar: una vez en la zona, continuamos

    recreando un antiguo ritual de visita institucional sobre las poblaciones indolatinoamericanas.

    En un primer momento, nuestras actividades como equipo profesional sin arraigo en el

    lugar, consistieron en pretender llevar a la prctica programas de promocin social

    planificados y reglamentados desde el nivel central y ver como podamos integrar en ellos a la

    gente del lugar. As intentbamos responder a las necesidades sentidas de la poblacin segn

    nos llegaban a travs de la versin de los lderes que se nos fueron aproximando en esa etapa

    de nuestra insercin.

    Este modo de aproximacin coherente con la estrategia de la institucin central era

    justificado adems con un diagnstico social cientficamente fundamentado. Dicha visin

    diagnstica, expresada generalmente en trminos esttico-cuantitativos, reduca a la poblacin

    a su dimensin enferma, carente, ignorante y sustentaba, a la vez, un acuerdo bsico

    civilizatorio con lderes institucionalizados acerca del modo en que debamos operar sobre la

    gente. Al momento de intervenir, todas las instituciones del lugar coincidamos en la misma

    preocupacin: Como dar bien sin crear dependencia?..." A la gente no hay que darle el

    pescado, sino ensearle a pescar"..., "A esta gente hay que educarla, capacitarla,

    promocionarla humanamente".

    Lo curioso para nosotros, luego de tantos aos de trabajo, es que con este tipo de

    diagnstico coincidan corrientes ideolgicas que se nos presentaban como opuestas; desde

    los que denunciaban la pobreza y sus derivados para agudizar las contradicciones del sistema

    hasta los que estaban interesados en mostrar todo lo que la gente no puede para justificar el

    control social. Todos siguen acordando en la prctica con estos mapas, que generan la

    conciencia de que Amrica Latina (particularmente sus poblaciones indgenas y criollas) no

    es mas que una interesante o indignante acumulacin de problemas sociales.

    De esta manera logramos crear un espacio de habitualidad, de seguridad, un domicilio

    cultural para nosotros y as paliar la incomodidad que se nos generaba cuando nos

    preguntbamos: Quien nos llamo?...Que hemos venido a hacer aqu?. Estas preguntas se

    nos hacan evidentes cuando, por circunstancias fortuitas, nos observbamos caminando en

    silencio por el vecindario sin que nadie nos espere. Aqu s, bamos sintiendo la sensacin

    de que todo se mova por su cuenta, fuera de nuestra accin institucional.

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    Creado este espacio que deba ser fundacional y con el objetivo de desarrollar

    proyectos comunitarios -en esa poca ligbamos lo comunitario a lo preventivo-1, la operacin

    fundamental fue convocar a los vecinos a nuestra casa para que participaran activamente en la

    solucin de sus problemas. Convocar, en la prctica, implica -de acuerdo al viejo ritual de la

    conquista- desarraigar, extraer, separar, aislar, a los pobladores de sus sistemas cotidianos y

    traerlos hacia la institucin. Las graves consecuencias que esta operacin tuvo para nuestro

    servicio se ilustran por medio del Mito de Anteo, que muestra que alguien es vulnerable,

    sometible, nicamente cuando se lo desarraiga, cayendo as en la paradoja que para fortalecer

    al otro en su capacidad de autogestin hay que debilitarlo primero. Los que vienen de afuera y

    que tradicionalmente intentan hegemonizar la accin comunitaria para llevar una buena nueva

    o sacar rditos acadmicos o polticos, tratan de cortar y empezar de nuevo, como si no

    existieran microhistorias locales, como si no hubiera ensayos en curso. La gente del lugar nos

    deca, "Djelos Dr., no pierda el tiempo con ellos, cuando consigan lo que buscan se van a

    ir...". Las reglas de juego, el modo de participar, lo aportaramos los profesionales en Ciencias

    Sociales, la gente aportara su disposicin a ser organizados por nosotros. Adems, era lgico

    para la gente del lugar que al ser nosotros quienes convocbamos tambin furamos quienes

    pusiramos las reglas.

    Para llevar a cabo la finalidad expuesta, la entrevista y la tctica grupal eran

    herramientas indiscutibles, sobreentendidas, casi naturales. Mediante la entrevista familiar en

    domicilio, con encuadre fijado de antemano por los profesionales, conforme a los recursos

    asistencialistas que llevbamos, intentbamos ser dueos de casa en la casa de los otros.

    En el marco de proyectos con preocupaciones epidemiolgicas, pusimos a prueba

    enfoques grupales. Desarrollbamos nuestras intervenciones con objetivos de prevencin

    primaria, pretendiendo cambiar los hbitos y actitudes que creamos sostenan o podan

    conducir a determinadas problemticas por otros, que suponamos universales y que en

    realidad, en la mayora de los casos, constituan traslaciones indebidas de pautas

    pertenecientes a contextos socio-culturales ajenos e indiferentes a la gente del lugar. Esta

    operacin estuvo cientficamente fundamentada desde los enfoques grupales de la Psicologa

    Social de la poca y socialmente legitimada por la participacin de los lideres seleccionados.

    Los cambios que suponamos ocurriran en trminos de toma de conciencia en estos espacios

    discursivos-deliberativos pretendamos se multiplicaran luego en la poblacin.

    La organizacin comunitaria montada sobre lideres de algn grupo de la poblacin

    (jvenes, ancianos, madres, etc.) seleccionados por los profesionales nos planteaba

    obstculos insolubles para el desarrollo de programas sociales. En primer lugar no garantizaba

    la necesaria continuidad en el tiempo, requisito fundamental para abordar problemas de

    magnitud; en segundo lugar, impeda el aprovechamiento de todos los recursos comunitarios

    intergeneracionales implicados en el problema y en tercer lugar, no nos abra a la posibilidad

    de nuevos contactos hacia el interior de la poblacin, quedando encerrados en crculos de un

    conjunto restringido de personas (el grupo o los grupos en que participbamos)

    impidindonos la tendencia permanente a la cobertura total.

    1 (Caplan,l980) cuya influencia en nosotros fue manifiesta nos deca:La Prevencin

    Primaria es un concepto comunitario... En este artculo vamos a poder ver que la

    nocin de prevencin, proveniente de la tradicin mdica que orient la Salud

    Pblica del siglo, no es una nocin comunitaria sino que es una concepcin del

    proceso salud-enfermedad a ser insertada en poblaciones objetivo.

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    Este modelo, en la prctica, intenta multiplicar hacia adentro de la institucin

    generando un tipo de red que slo pueden dibujar los profesionales.

    En el marco preventivista se esperaba que las acciones comunitarias a llevar a cabo -

    que en realidad eran grupales contenidas en Programas- evitaran la ocurrencia o reduzcan

    la incidencia de un desorden psicosocial seleccionado en la poblacin-blanco(Caplan,2000).

    La evaluacin del impacto de estas acciones nos permiti comprobar su ineficacia e

    inefectividad preventiva, corriendo el riesgo de terminar nosotros previnindonos de quienes

    padecan las problemticas. El Enfoque de Riesgo (OPS/OMS, 1986) que constituira mas

    adelante para nosotros, desde el abordaje comunitario, una excelente herramienta para el

    reintegro de determinados grupos vulnerables a su sociedad de referencia, se transforma desde

    la concepcin preventivista en una operacin ms sofisticada que termina profundizando las

    discriminaciones sociales ya existentes. Los resultados de las intervenciones sobre el Clera y

    el Sida nos eximen de mayores precisiones.

    Por otro lado, estas intervenciones preventivo primarias tienden -conforme a los

    marcos de referencia institucionales de los agentes- a seleccionar problemticas de la

    poblacin, recortndolas de su circuito social generativo. Segn esta concepcin, debamos

    atender problemticas propias de los Programas de nuestro Ministerio, Subsecretaria,

    Direccin, y que en consecuencia no tuvieran que ver con los de Salud, Educacin, Accin

    Social y, menos aun con Economa. Al mismo tiempo, las instituciones del lugar operaban de

    manera anloga, ejecutando entre todos una descoordinacin institucional sistemtica sobre la

    poblacin. No reparbamos entonces que estas intervenciones fragmentan cotidianamente -sin

    proponrselo- los intentos colaborativos que tmidamente se ensayan desde los vecinos y

    desde agentes institucionales no institucionalizados.

    1.3. Volver con el botn.

    Generalmente esta vieja y repetida aproximacin ritual, esta visita a las poblaciones

    nativas, culmina con el retorno del agente a su sociedad de origen, a su clase de referencia,

    llevando en sus manos el fruto de la conquista.Estas aproximaciones institucionales tpicas,

    que abarcan desde las prcticas universitarias hasta la de los profesionales con permanencia

    desarraigada en el lugar, generan una gran variedad de beneficios, uno de ellos, el de la

    obtencin de conocimientos para optar a publicaciones en el mbito de las Ciencias Sociales.

    El "conocimiento" as obtenido debera dar cuenta de su legitimidad respondiendo a

    interrogantes que frecuentemente nos hiciramos con la gente de aqu: Quien se benefici

    con este conocimiento?...Para qu le sirvi al poblador participar en estos

    proyectos?...Refleja este conocimiento un cambio real en las problemticas de la poblacin?

    ...

    En sntesis, las estrategias institucionalizadas, que se justifican desde un diagnstico

    esttico que muestra solo la dimensin enferma o carente de una poblacin, tienden a

    construir una casa en la casa de los contribuyentes, supuestos beneficiarios del servicio, para

    luego atraerlos a ella y tratar de imponer all sus reglas en una bsqueda de progresiva

    sustitucin de la vida cotidiana.

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    Es como si se dijera: all donde hay una funcin a cumplir por familias de poblaciones

    de riesgo debe haber una institucin. Por ejemplo: Comedores infantiles y de ancianos,

    Familias sustitutas, Pequeos hogares, Hogares de ancianos, Hogares escuela, Guarderas

    madre, Jardines maternales, Casas del nio, Hogares de da, etc., etc., etc. Bajo este punto de

    vista, toda funcin de estas familias debe ser sustituida por las instituciones ya sea en forma

    permanente o mas all del tiempo necesario. El caso de las Ollas Populares y de los

    Comedores Escolares es un ejemplo pattico. Pasado el tiempo que justifica la utilizacin de

    esos recursos, que activan la dependencia ms primitiva que es la oral y que sustituyen la

    mesa familiar, no se termina de saber, si es imprescindible para la gente que no puede

    prescindir de ellos o para los agentes externos que los sostiene para hacer clientelismo poltico

    y religioso.

    Estas estrategias cada vez que se repiten tienden a ensanchar la brecha ya existente en

    Amrica Latina entre las instituciones y la gente, dando muestras cada vez mas acabadas de

    ineficacia, ineficiencia e inefectividad.

    2. De la visita annima institucional a la visita en la cultura de la vida cotidiana de la

    poblacin. Rituales de pasaje.

    Palabras Clave: Visita domiciliaria - Enfoque poblacional - Crisis.

    Hubo dos prcticas que nos fueron desagregando progresivamente del sistema anterior

    y que fueron preparando el cambio en nuestro modo de relacionarnos con la poblacin del

    rea de responsabilidad.

    Una fue el Proyecto de Prevencin Primaria de Disfunciones Sexuales que llevamos a

    cabo durante tres aos desde el enfoque de delegacin chileno (Marconi, 1970), el cual nos

    proporcion la nocin de que hiciramos lo que hiciramos el impacto deba darse en

    colaboracin con la gente del lugar y en la poblacin implicada en su conjunto.

    La otra fue un Proyecto de Abordaje a Familias Problema del rea de responsabilidad

    que realizamos a modo de trabajo exploratorio y que nos permiti durante 143 tratamientos

    visitarlas en su domicilio, en su hbitat.

    Los Psiquiatras de Sector franceses y alemanes en trabajos recientes rescatan la

    importancia crucial de la visita domiciliaria para hacer visibles recursos teraputicos que no se

    aprecian quedndose en los consultorios institucionales. Hochmann (1972) llega a afirmar que

    "la visita domiciliaria es el virus antijerrquico y antiinstitucional mas poderoso que

    conocemos..". En otro trabajo realizado en Hannover, Alemania, titulado "Servicios

    ambulantes como alternativa al Hospital Psiquitrico" Ed. Enke, Stuttgart 1987, se afirma

    que "...la visita domiciliaria es al Psiquiatra de Sector lo que el estetoscopio al Internista".

    Para nosotros la visita domiciliaria constituy una prctica liminar decisiva para agregarnos a

    un modelo de Institucin mas ajustado a la forma de vida de los contribuyentes.

    Tanto la necesidad de un enfoque epidemiolgico participativo para micropoblaciones

    que denominamos mas propiamente Endoepidemiolgico (Bertucelli, 1992 y 2000) de los

    problemas sociales como el descubrimiento en la casa de los pobladores de formas genuinas

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    de bsqueda de bienestar; fueron preparando un cambio estratgico fundamental de nuestra

    institucin respecto de la poblacin del rea de responsabilidad.

    Adems, a medida que progresbamos en nuestra insercin en la poblacin y subamos

    propuestas, involuntariamente fuimos generando sospecha y conflictos sucesivos hasta

    concluir en una crisis institucional. Desde la institucin central se nos solicitaba que

    formramos un equipo interdisciplinario interno con docentes del Centro para despus

    extendernos hacia la poblacin. Resolvimos esta crisis yndonos de nuestra casa -

    aprovechando una coyuntura institucional- e instalndonos en el Centro de Salud Municipal

    del rea por donde pasaba la accin comunitaria en ese momento.

    En otras ocasiones nos tocara pasar por las Escuelas Provinciales y Municipales -

    primarias y secundarias- de nuestra rea de responsabilidad. Por la Iglesia Catlica, por los

    Templos Evanglicos, por el Centro Vecinal, etc..

    Participando en redes comunitarias pasaramos por cualquier reunin institucional sin

    quedarnos en ninguna de ellas

    3. La visita en la cultura de la vida cotidiana de la poblacin.

    Cmo hacer para articularnos como Centro de Accin Comunitaria a los

    Movimientos de Bsqueda de Bienestar que se generan permanentemente en las Poblaciones

    Latinoamericanas?

    "El Obrar hace al Ser" Palabras Clave: Policentrismo - Diagnstico Comunitario - Ruedas del Mingado -

    Pobladores e Instituciones arraigados - Espacios interculturales - Visita - Redes de confianza -

    Promocin y Proteccin de la Salud - Enfoque Integral.

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    All por 1982, al comenzar a articularnos al trabajo que venan realizando las familias

    y personas-llave-clave (Bertucelli y otros, 1988) y participar en unidades de impacto

    poblacionales comenz a cambiar en nosotros el diagnstico institucional de partida.

    Luego de cada macro o micro impacto sobre la poblacin se fueron dibujando ante

    nosotros las redes comunitarias puestas en juego. Participar en estos movimientos nos fue

    posicionando momentnea y espontneamente fuera de la estructura social, de los roles y

    status profesionales tradicionales. Era un diagnstico que bamos haciendo permanentemente

    con la gente y que destacaba los modos de bsqueda de bienestar desplegados para resolver

    problemticas como: control de tuberculosis, de la diarrea infantil, del hambre, del

    alcoholismo, trabajos ecolgicos, insercin de nios Down a guarderas, de nios ciegos a

    escuelas primarias, reintegro de liberados, de internados psiquitricos y de menores internados

    en Institutos a sus familias y vecindario, acompaamiento a familias con enfermos terminales,

    asistencia a grupos de inundados, etc..

    Diagnstico: desde la perspectiva comunitaria es un 'PLAN DE ACCION' sobre la

    problemtica a resolver y que obviamente ya incluye el estudio de la situacin social que la

    contiene. Es real, en la medida que articula en un proceso de cambio, condicionantes y

    posibilidades sociales. Es prctico, porque permite articularnos a partir de lo que ya se est

    haciendo superando el riesgo de descalificarnos del movimiento social.

    En el paradigma clsico y desde la visin diagnstica "externa","area" y de entrada-

    salida que le es propia, la nica preocupacin de las Ciencias Sociales para dar cuenta de la

    integralidad de las problemticas consiste en incorporar sus determinantes sociales. Todo esto

    en el contexto de discusiones acadmicas que se inmovilizan a si mismas, con gran

    impotencia para pensar desde el cambio, con incapacidad para proponer secuencias de

    abordaje concretas ante las graves y urgentes problemticas latinoamericanas. En coincidencia

    con la perspectiva de la gente, participamos de abordajes cada vez mas integrales para

    evidenciar en los sucesivos cambios desplegados la mxima totalizacin posible en cada

    coyuntura histrica.

    La accin comunitaria desplegada durante doce aos fue sostenida por relaciones de

    confianza, relaciones que tienen la caracterstica de la perdurabilidad en el tiempo. Las

    Polticas Sociales tradicionales parten de ideas con mucha extensin y poca operatividad

    como la de solidaridad y pretenden ejecutarse en terreno sobre la base de relaciones

    instrumentales, relaciones con escaso compromiso afectivo y social que mudan segn

    conveniencia. Creemos nosotros que dichas polticas deberan tener como objetivo de salud

    primordial apoyar las relaciones de confianza bsica (Erikson, 1974) desde donde se puede

    progresar sustentadamente hacia responsabilidades sociales ms amplias brindando una base

    cada vez ms slida a sistemas de vida democrticos.

    Nuestras acciones enmarcadas en la visita domiciliaria a familias integradas en redes

    de confianza y con la dinmica propia de la vida cotidiana2, van teniendo otro objetivo que va

    encajando con el de la gente. Vamos interviniendo apoyados en procesos colaborativos no ya

    2 La ciencia en general y las ciencias sociales en particular estn tratando de operar un cambio fundamental en el estudio de los fenmenos naturales y humanos. Dejar de verlos en situaciones ideales, aisladas y controladas con enfoques reduccionistas cuantitativos, y pasar a observarlos en su ambiente natural o social desde perspectivas holstico-cualitativas. (Prigogine, 1991).

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    para reducir la incidencia de un desorden mental controlando sus factores de riesgo

    especficos sino para, articulndonos al movimiento de las redes comunitarias, ampliar los

    factores protectores sitiando progresivamente al opuesto del sistema.No para evitar sino para

    posibilitar que ocurra algo positivo en trminos de sostener o recuperar el bienestar. Cuando

    la gente del lugar viene a pedirnos ayuda generalmente inicia su relato diciendo: "Doctor, de

    bien que estbamos, nos ocurri..." Consulta cuando se altera su bsqueda de bienestar y no

    desde la impotencia ante su permanente malestar como la conciben las visiones

    institucionalizantes.

    En esta nueva situacin, debamos partir cotidianamente de "lo que est siendo para el

    fruto" (Kusch, 1975) y no de lo que traamos, operando en una compleja heterogeneidad

    cultural, mosaico de redes familiares locales o provenientes de otras sociedades de origen:

    Bolivia, Ojo de Agua, Cerro Colorado, Cinaga del Coro, Villa Mara del Ro Seco, etc..

    Al desenvolvernos en espacios interculturales -donde la tradicin cientfica es una

    entre otras tradiciones (Feyerabend, 1982)- y no slo interdisciplinarios desconcentrados,

    fuimos contenidos por sistemas de cooperacin policentricos que cotidianamente resuelven

    problemas insuperables para las prcticas institucionalizadas, como por ejemplo, el de la

    circulacin del poder sin que se concentre hegemnicamente en ninguno de los participantes

    del proceso. Nuestro mbito de trabajo como institucin cada vez ms accesible culturalmente

    no sera ya la entrevista ni el grupo en la institucin -unidades de cambio cerrado- sino las

    ruedas del mingado (Viggiano Esain, 1966) -unidades de cambio abierto- que garantizan la

    tendencia permanente a la cobertura total.

    Citaremos algunos ejemplos: En la zona de barrio Comercial y Villa El Libertador y

    desde la "Minga de la Tuberculosis" comenzamos con una unidad de impacto de 26 familias

    llave-clave y 15 instituciones que alcanz en el primer ao de bsqueda de sintomticos

    respiratorios a 8.865 contactos comprobados, aunque sabemos que la multiplicacin fue

    mayor. En la zona de Cortaderos desde la "Minga de la Diarrea Infantil" comenzamos con una

    unidad de impacto de 2 personas-llave-clave por sector (12 en total) y la extensin de dos

    instituciones y terminamos trabajando 146 personas adultas y una institucin en tres aos en

    una poblacin de 1.500 personas. Se comenz con una cobertura del 80 por ciento de los

    nios menores de dos aos y se concluy con una cobertura total. A diciembre de l992 nuestro

    Mapa de Cobertura del Servicio dispona de 15.800 llegadas de confianza dispuestas en toda

    el rea de responsabilidad para afrontar problemas que la gente priorice en el futuro.

    Nuestra prctica fue eficaz en la medida en que fue histrico-social, porque se apoy

    en lo que los historiadores llaman estructuras de larga duracin (Braudel, 1991). Estas, como

    por ejemplo la Minga, de origen prehispnico, anidan en la vida cotidiana de Amrica Latina -

    aun en sus poblaciones urbanas- y pueden ser descubiertas desde su eficacia actual. Estas

    formas de cooperacin genuinas, observadas en su dinmica, en sus modos de plegarse,

    desplegarse y replegarse, encuentran una notable analoga con lo que Prigogine llam

    "estructuras disipativas" (Prigogine, 1991).

    Aqu en ocasiones de acuerdo a la dinmica de estos sistemas y a la calidad de la tarea

    a resolver podemos ser pasantes de la accin comunitaria y en otras colaborar con la familia

    u otra institucin del rea por donde pase el poder en ese momento. En estos sistemas de

    trabajo est pautado de antemano que no haya "centros fijos" de la accin comunitaria sino

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    pasantes de ella. De acuerdo a estas reglas, ningn participante tiene que devolver un poder

    hegemnico que nunca le fue otorgado. Aqu el poder, concebido como "ser capaz de...", nos

    fue requerido a los profesionales externos slo cuando pudimos llegar a "estar a mano", ser

    "allegados" en trminos de confianza. Luego, y a medida que lo permitimos, fuimos siendo

    atrapados por las redes para ejercer al mximo nuestro poder personal-profesional y soltados -

    Fiesta mediante- para volver a la cotidianeidad. En otras ocasiones participamos de acciones

    comunitarias que requieren el poder de otros.

    Desde esta perspectiva institucional se trata de administrar deambulando (Peters,

    1982), con altos niveles de eficacia y eficiencia, de trasladar nuestra accin a la casa de

    cualquier familia o institucin del rea de respuesta, autoconvocndonos y permitiendo ser

    convocados, todo de acuerdo donde se localice momentneamente la necesidad y el

    movimiento de la poblacin. Se trata de estar cada vez mas a mano cotidianamente en

    telaraas de libre participacin en ordenes complejos heterrquicos (Von Foerster, 1991).3

    Aqu la evolucin propia de la poblacin y de las instituciones articuladas a ella

    deberan generar y suprimir los programas sociales necesarios en cada momento socio-

    poltico. Desde estas micropolticas sociales se podran retroalimentar las orientaciones

    generadas desde las macropolticas.

    Por otro lado, los sistemas democrticos formales, ya sean representativos o

    participativos, se veran revitalizados desde sistemas democrticos genuinos4 que se

    engendran cotidianamente en las poblaciones indolatinoamericanas.

    En sntesis, si bien pudimos observar desde sta perspectiva institucional, que los

    impactos de la accin comunitaria sostenida y permanente sobre los problemas de la

    micropoblacin a cargo - muchos de ellos de origen estructural - han sido evidentes; el

    verdadero aporte de este enfoque fu, durante estos ltimos doce aos, que nos permiti

    ayudar a sostener y aumentar la capacidad comunitaria que vena desplegando la poblacin,

    sus formas de cooperacin genuinas, imprescindibles para seguir afrontando nuevos desafos

    en el proceso de permanente bsqueda de bienestar.

    3 Observando el modo en que se fue generando tal cambio de perspectiva institucional en nosotros y especialmente el desenlace tpico de tal relacin, la del conquistador que termina siendo conquistado, encontramos un antecedente histrico importante en la evolucin de los Cabildos Indgenas en Amrica. De la bibliografa publicada al respecto y de sta la que lleg a nuestras manos, nos sorprendi gratamente el

    trabajo de Ximena Pachon C. (Pachon, 1980).

    4"La tarea que espera a los latinoamericanos y que requiere una imaginacin que sea a un mismo tiempo osada y realista, es encontrar en nuestras tradiciones aquellos grmenes y races -los hay- para afincar y nutrir una democracia genuina. Es una tarea urgente y apenas si tenemos tiempo" (Paz, 1990).

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    NOTAS BIBLIOGRAFICAS

    Bertucelli, Sebastian y otros. Proyecto Brochero - Control de Tuberculosis. Publicacin del

    Gobierno de la Provincia de Crdoba, Marzo 1988.

    Bertucelli, Sebastian. De la Epidemiologa a la Endoepidemiloga. La Investigacin Epidemiolgica en el Trabajo Comunitario, en Actas del Seminario-Taller de Administracin de Proyectos y Programas de Salud Integral del Adolescente, organizado

    por el Ministerio de Salud del Gobierno de la Provincia de Crdoba y la Organizacin

    Panamericana de la Salud, Mayo de 1992. Publicado para el I Curso de Post Grado en

    Psicologa Comunitaria, Escuela de Psicologa, Universidad Nacional de Crdoba, Marzo

    1992.

    En Revista Nuestra Ciencia, Publicacin cientfica del Colegio de Psiclogos de Crdoba,

    Mayo de 2000-Ao V- N 10.

    Braudel, Fernand. "Escritos sobre Historia" en Historia y Ciencias Sociales. Mexico, Fondo

    de Cultura Econmica, 1991.

    Caplan, Gerald y Caplan Ruth. The Future of Primary Prevention.En The Journal of Primary Prevention, Vol. 21, N 2, 2000.

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