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Bernardo Campos--para Entender La Guerra Espiritual-bassel Publishers

Apr 14, 2018

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Bernardo Campos
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    2009 Bernardo Campos

    PARA ENTENDER LA GUERRA ESPIRITUALLa teora de la Guerra Espiritual como Desafo a la Misionologa

    LimaPerEnero del 2009

    Edicin Especial: 1000 ejemplares

    Los Yupanquis 486ZrateS. J. L.Lima, PerTelfono (511) 458-9400Celular (511) 993.311.534E-mail: [email protected]: www.facultadapostolica.com

    Se autoriza la reproduccin de una parte o la totalidad de la obra para su uso en centrosde formacin teolgica, siempre que se cite la fuente o se solicite los permisoscorrespondientes a los editores.

    Impreso en el Per

    Printed in Per

    mailto:[email protected]://www.facultadapostolica.com/http://www.facultadapostolica.com/mailto:[email protected]
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    DEDICATORIA

    A la memoria de todos los guerreros espirituales

    que adoraron a Dios desde muy temprano,

    en el tiempo, y los que ahora luchan adems

    contra los demonios de este siglo,

    la incredulidad y el poder poltico.

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    B E R N A R D O C A M P O S | P A R A E N T E N D E R L A G UE R R A E S P I R I T UA L 4CONTENIDO

    PROLOGO ....................................................................................................................... 5INTRODUCCION ............................................................................................................ 6

    CAPITULO I LA TEORIA DE LA GUERRA ESPIRITUAL ...................................... 101. La Teora y la Guerra propiamente tal ........................................................ 102. Qu plantea la Teora de la Guerra Espiritual? ................................................. 123. Estrategias y Tcticas de Guerra. ....................................................................... 15

    CAPITULO II ESTRUCTURA DE LA ACCION DE GUERRA: CUATROMOMENTOS ................................................................................................................. 161. La investigacin y reconocimiento del terreno................................................... 162. La Oracin intercesora........................................................................................ 173. El mapeo o cartografa espiritual". ................................................................ 174. La guerra espiritual propiamente dicha. .......................................................... 18

    CAPITULO III LA GUERRA ESPIRITUAL COMO ESTRATEGIA MISIONERA . 201. La Teora de la GE es una ampliacin de la teora del iglecrecimiento. ............ 202. La teora de la GE ha mostrado ser eficaz en el desarrollo de una demonologa.

    213. La teora de la GE no puede reducirse a una tcnica religiosa, porque caera en lamagia 224. La teora de la GE es una recuperacin del sentido de autoridad ....................... 225. La teora de la GE es una cosmogona porque busca el equilibrio entre el caos yel orden de Dios. .......................................................................................................... 236. La teora de la GE hara bien en diferenciar mejor, o "discernir" entre espritusterritoriales y elementos positivos de la cultura, para no caer en el etnocentrismo. ..... 23

    7. La teora de la GE debe cuidarse del deslizamiento ideolgico para no caer enuna especie de mesianismo americano. ........................................................................ 248. La teora de la GE puede dar luz para la elaboracin de una hermenutica delEspritu ........................................................................................................................ 259. No se puede entender la teora de la GE a menos que nos despojemos de ciertos

    prejuicios cientificistas, agnosticismos e incredulidades. ............................................. 2610. La teora de la GE ampla el concepto de liberacin que redujo en parte lateologa Latinoamericana de la liberacin. ................................................................... 2611. La teora de la GE es en cierto modo una teora epocal.................................. 2712. La teora de la guerra espiritual hara bien en profundizar la idea bblica de lashalom como contraparte y salvaguarda de polarizaciones. ......................................... 28

    CAPITULO IV LA GUERRA ESPIRITUAL COMO FORMA DE CONOCIMIENTO........................................................................................................................................ 291. La necesidad de principios rectores .................................................................... 292. La prctica de exorcismo en la Iglesia Catlica Romana ................................... 333. La prctica de Liberacin entre los evanglicos ................................................. 344. La liberacin por la Palabra de Dios .................................................................. 38CONCLUSION ............................................................................................................. 39

    BIBLIOGRAFIA ............................................................................................................ 41

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    PROLOGO

    Variadas son las actitudes de las iglesias frente a las realidades espirituales,especialmente aquellas que son conocidas por la apreciacin religiosa como casos de

    posesin demonaca a los que la ciencia mdica moderna cataloga por lo general como

    enfermedades mentales. Sin duda, ante tales experiencias no se tiene una, sino muchasexplicaciones.

    Los mtodos aplicados a la recuperacin de la salud de tales personas, obedecen adiversas interpretaciones sobre las causas que lo originaron. Segn sea la disciplina quecultiven o la cosmovisin de la que participen, es decir, esto es segn la forma peculiarde ver el mundo y de entender la realidad, ser su diagnstico. Si se le atribuyen a la

    realidad del mal, causas espirituales, vale decir demonacas, es natural que el mtodopara la recuperacin de la salud o estado de equilibrio del enfermo sea a travs demecanismos espirituales como la confrontacin o la expulsin de esos demonios.

    Este trabajo presenta la experiencia conocida como guerra espiritual como una

    prctica que refleja tanto una cosmovisin religiosa de la vida y al mismo tiempo comouna teora implcita sobre la interpretacin, conocimiento o manipulacin de esasrealidades sobrenaturales conocidas como demonacas.

    Por lo general se ha dicho que su aceptacin o su rechazo, obedecen a un desencuentrode cosmovisiones, ya sea entre la cosmovisin bblica y la del hombre moderno, o entrelas diferentes y muy complejas cosmovisiones que coexisten en una civilizacin comola nuestra.

    La cosmovisin se refiere al concepto personal o colectivo de la realidad que tiene unapersona o un grupo de personas. Entre los cristianos est ampliamente aceptado quehay dos realidades: La realidad tal y como Dios la ha creado y la ve, y la realidad comola perciben, los humanos como seres finitos e imperfectos.

    Charles Kraft dice que los seres humanos vemos el mundo (tanto fsico como en sus

    otros aspectos) como se nos ha enseado a verlo. El asumir que nuestra forma de ver el

    mundo es correcta forma parte de nuestra cosmovisin () Los que pertenecen a lasnaciones occidentales suponen que su percepcin de la realidad equivale a la realidadabsoluta misma. Ese es el problema de cosmovisin.1

    En los ltimos aos, este tema me ha preocupado intensamente y es mi inters compartirtales inquietudes en la esperanza que su tratamiento sea de utilidad para la iglesia.

    1 Charles Kraft, Christianity with Power: Your World View and Your Experience With theSupernaturalVine Books,Ann Arbor, MI, 1989, pp. 2324.

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    B E R N A R D O C A M P O S | P A R A E N T E N D E R L A G UE R R A E S P I R I T UA L 6INTRODUCCION

    Lo que en las ltimas dcadas se ha conocido con el nombre de guerra espiritual2 o

    "victoria espiritual" es una articulacin teolgica sobre demonologa, escatologa ypneumatologa, aplicadas a la doctrina y prctica de la misin de la iglesia, ms conocidaen los crculos acadmicos como misionologa o, mejor an, misionologa3.

    Se trata, por tanto de un con junto de creencias acerca de cmo est constituido eluniverso, quines lo pueblan y qu entidades lo dominan. A este conjunto de creencias laantropologa le ha dado el nombre de "cosmogona4" y forman parte de los sistemas decreencias estudiados antropolgicamente como ideologa. No en el sentido de falsaconciencia, como ensea el marxismo, sino de un sistema de ideas como se usa en

    antropologa. La ideologa sera as una especie de enlace entre la ciencia y la religin ensu bsqueda para explicar la realidad.

    Como explicacin del mundo, del hombre y de Dios, existen respectivamentecosmogonas, antropogonas y teogonas. Se trata, entonces, de lecturas cientficas de larealidad? No exactamente. A las ciencias que tratan las mismas realidades se les conocecon el nombre de cosmologa, antropologa y teologa respectivamente.

    La diferencia radica en que estas ltimas han buscado un conocimiento metdico,objetivo, racional, exacto, lgico, mensurable y coherente. Y, quiranlo o no, han estadoen dilogo, en acuerdo o desacuerdo, con los postulados de la ciencia. Con todo, todavaexiste discusin entre los crculos intelectuales y filosficos de si la teologa es o no unaciencia.

    El conocido epistemlogo argentino Mario Bunge, por ejemplo, piensa que la teologapertenece al campo de la mitologa (es decir al terreno del lenguaje simblico) y por tantoa otro nivel de conocimiento emparentado con la produccin cultural (el Folklore). Las

    2 La mayora de autores usa este trmino descriptivo. Cf. WAGNER, Peter C. (Editor) EspritusTerritoriales. Miami, Fla. (y Colombia): UNILIT, 1995.; SHERMAN, Dean. Guerra Espiritual.

    Nashville, TN: Editorial Caribe, 1991; RACCHUMI, Torres Jos. L iberacin y Guerr a Espir itual. Lima,Per: Ministerios Integrales De Gracia Recibisteis,, 2003; MURPHY, Edward. Manual de Guerr aEspiritual(Original en Ingls: Handbook for Spiritual Warfare). Nashville, TN: Editorial Caribe, 1994;MENDEZ Ferrel, Ana. Guerra de Alto Nivel. A salvo contra ataques. USA: E & A Internacional. 1999;

    ING, Richard. Guerra Espir itual. New Kensington, PA: Whitaker House, 2006; ECKHARDT, John.Manual de Liberacin y Guerra Espiritual. Lima, Per: Jhire Grafel Eds. (2) 2000; CAMPOS,Bernardo. La teora de la Guerra Espir i tual, Desafo a la M isionologa. Lima, Per: IPER, 1997;JACKSON, John Paul. Needless Casual ties of War. Texas Fort Woeth: Streams Publications.1999;RACCHUMI, Torres Jos. L iberacin y Guerr a Espir itual. Lima, Per: Ministerios Integrales De GraciaRecibisteis,, 2003.3Misionologa viene del latn missionis por lo que debe llamarse con propiedad Misio nologa (conn) en lugar de misionologa a secas.4Cosmogona, conjunto de teoras mticas, religiosas, filosficas y cientficas sobre el origen del mundo.Desde el punto de vista terminolgico, la cosmogona cientfica suele equipararse a la cosmologa. Sinembargo, el trmino cosmogona pone ms nfasis en la comprensin terica del inicio, que segn los

    conocimientos actuales debe entenderse de acuerdo con la teora de la Gran Explosin o Big Bang. Lacosmologa tambin abarca el estudio de la estructura actual del cosmos. Sin embargo, como el origen y

    el estado actual del Universo ya no se pueden considerar por separado desde el punto de vista terico, ladistincin entre cosmogona y cosmologa ha quedado obsoleta en ciencia. Cosmogona en, Bibliotecade Consulta Microsoft Encarta 2003. 1993-2002 Microsoft Corporation. Reservados todos losderechos.

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    B E R N A R D O C A M P O S | P A R A E N T E N D E R L A G UE R R A E S P I R I T UA L 7primeras, en cambio, son un conjunto de creencias tal cual se van formando en elimaginario popular, pero no por eso menos ciertas.

    Lo que sucede es que con la teora de la guerra espiritual, estamos ante otro nivel de

    conocimiento, que se juzga no por los cnones de la racionalidad sino por su podersimblico, metafrico, es decir, por su capacidad de remitirnos a realidades o mbitos denuestra realidad que intuimos que estn ah, o suponemos su existencia, pero quenuestros instrumentos fsicos, por sus limitaciones y por los reduccionismos de nuestracivilizacin, no nos permiten ver y nos impiden aceptarlas como reales.

    Son, en rigor, aproximaciones no cientficas en el sentido de conocimientos fundadosy verificables empricamentea realidades milenarias que, en los dos ltimos siglos, msexactamente con el inicio de la modernidad y la ilustracin, han estado como cerradas

    para el conocimiento cientfico y, por extensin al gran pblico, debido a la fuerteinfluencia del positivismo lgico, la filosofa analtica o el empirismo de la ciencia.

    Valga esta aclaracin inicial para despejar algunas dudas de aquellos que presumiendo decientficos o de telogos y misionlogos contemporneos, piensan que el tema de laguerra espiritual es pura mitologa y, por eso mismo, un asunto cerrado y superable.

    La presente investigacin, aunque breve, tratar de analizar la propuesta misionolgica deguerra espiritual en su estructura fundamental, esto es en sus postulados bsicos, para

    levantar luego una serie de preguntas destinadas a un dilogo respetuoso y temeroso sobrela misin de la iglesia y sus componentes culturales y espirituales.

    El anlisis empezar por presentar, aunque sea en apretada sntesis, lo que podra llamarsela "teora" de la guerra espiritual tal cual la exponen sus principales mentores. Esto

    permitir al lector juzgar si hemos entendido bien la propuesta, para luego pasar a unacrtica constructiva sobre puntos que, a mi juicio, deben ser corregidos en favor de lamisin de la iglesia.

    Para mi anlisis he ledo con detenimiento los libros como los de Edward Murphy, PeterWagner, Cindy Jacobs, John Dawson, Thomas Wite, Dean Sherman, Bill Payne, HaroldCaballeros, Bob Beckett, Kjell Sjoberg, Rebeca Brown, Jorge Miranda, Rita Cabezas,Hctor Torres, y muchos artculos o conferencias. La literatura es abundante y dediferente naturaleza, una variedad de categoras de anlisis y niveles de profundidad, ascomo el uso de una variedad no muy grande de criterios de verdad y verificacin.

    Es verdad que una gran masa de literatura sobre guerra espiritual difundida en libreraspara consumo de los fieles se basa en experiencias particulares, las que usualmentetienden a generalizarse sin verificar su verdad a la luz de los principios bblicos. Se hahecho frecuente conocer experiencias o testimonios de ex brujos y ex brujas quienesdespus de convertirse a Dios, se vuelven expertos en asuntos demonacos y presumenconocer las profundidades de Satans, muchas veces ms que las propias profundidadesdel Espritu de Dios.

    He tenido la gracia de escuchar conferencias sobre el tema de boca de sus especialistasaqu en el Per y, hasta donde el tiempo me ha permitido, he conversado con miembros ylderes de iglesias que han tenido enfrentamientos con el diablo y he podido escuchar

    tambin sus interpretaciones acerca de esos fenmenos. Esto me ayud a elaborar lasideas fundamentales que aqu expongo.

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    B E R N A R D O C A M P O S | P A R A E N T E N D E R L A G UE R R A E S P I R I T UA L 8En lo personal, confieso que al tema no llego simplemente como investigador, ya quecomo ministro evanglico, me he enfrentado, durante mi ministerio, a entidadesespirituales de maldad que la ciencia no reconoce como vlidas, pero que a juicio deaquellos que pasan por una experiencia similar-- son ms reales de lo que queremosaceptar. Tales experiencias estn modificando a diario el comportamiento de la gente,

    produciendopatologas que ni la misma psiquiatra puede modificar y para las cuales las

    ciencias mdicas, incluida la psicologa y las ciencias de la religin, tiene limitaciones, ytambin influyendo sobre los creyentes en la bsqueda de nuevas estrategias para hacermisin.

    Lo que digo es determinante, porque creo que existe un criterio de interpretacin,sostenido sobre una feliz combinacin entreprincipios deexgesis bblica y experiencia,que nos permiten hacer aproximaciones al mundo de lo espiritual, con algn sentido deverdad y sensatez ya que nicamente mediante una metodologa teolgica, crtica yracional, no podramos acceder. En este sentido apreciamos el rigor que imprimiespecialmente Edward Murphy a sus investigaciones sobre la Guerra Espiritual, las cualeshan sido difundidas en espaol bajo el ttulo deManual de Guerra Espiritual5.

    EL PROBLEMA

    El problema que me he planteado responde en trminos generales a la pregunta acerca deCules son las repercusiones de la teora y la prctica de la guerra espiritual para laiglesia de hoy?

    LA HIPOTESIS

    Mi hiptesis o respuesta es que la teora y la prctica de la guerra espiritual se enmarcan

    principalmente dentro del campo de la misionologa como ciencia operativa para laeficacia en la misin encomendada por Jesucristo a la Iglesia En tal sentido creemos que,

    La prctica de la guerra espiritual contra los espritus malignos es un instrumento

    de trabajo con un doble efecto positivo o negativo, segn el creyente interprete la

    Obra redentora de Cristo y se abra a la direccin del Espritu Santo .

    Para unos, la guerra espiritual es necesaria y un mandato misionero.

    Segn esta vertiente la guerra espiritual es imperativa ya que, hasta que no le llegue lahora final, Satans se aprovecha de los vacos o brechas que los cristianos --y los no

    creyentes con mayor razn, le abren al pecado como derecho legar para que obrenegativamente sobre sus vidas. Para quienes aceptan la necesidad de una guerra espirituallas repercusiones de su prctica son positivas, ya que hace ms eficaz a la misin de laIglesia.

    Para otros, para quienes la guerra espiritual es inconveniente e innecesaria, las

    repercusiones son negativas.

    Primero porque se presta a una confusin y revive el antiguo dualismo maniqueo segn elcual las fuerzas del bien y del mal estn en permanente conflicto. Argumenta quehabiendo vencido Cristo a Satn y al imperio de la muerte, hacer guerra espiritual es

    5 MURPHY, Edward. Manual de Guerra Espir itual. (Original publicado en Ingles bajo el ttulo:Handbook for Spiritual Warfare.) Nashville, TN: Editorial Caribe, 1994

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    B E R N A R D O C A M P O S | P A R A E N T E N D E R L A G UE R R A E S P I R I T UA L 9colocar equivocadamente en el mismo lugar a Dios y al Diablo como fuerzas antagnicasen el mismo plano de poder) En segundo lugar, en teolgicamente equivocado no dar ellugar correcto a Dios, quien est ms all de todo lo creado, incluyendo al diablo comongel creado y cado6.

    Estar de un lado o del otro, es un asunto de fe y teologa, pero es tambin un asunto de

    (teora del) conocimiento y depender de la forma particular de aproximarse y vivir larealidad, as como del grado de apertura a las realidades sobrenaturales.

    Para verificar mi hiptesis, en el primer captulo har un recuento de la teora de laguerra espiritual tal y como los guerreros espirituales la conciben. Sin pretender ser

    plenamente exhaustivo, y debido sobre todo a mis limitaciones bibliogrficas, har unplanteo general de la misma.

    El Captulo segundo est dedicado a mostrar la estructura profunda de la propuesta deguerra espiritual en cuatro momentos mutuamente imbricados: la investigacin, laintercesin, el mapeo o cartografa espiritual y la guerra espiritual propiamente dicha.

    El tercer captulo se discute la validez de la propuesta de guerra espiritual para la vida dela iglesia, para la cultura, y para la teologa y la misin de la iglesia.

    Finalmente, en el cuarto captulo, aunque todava sin profundizar mucho, iniciamos unadiscusin acerca de las distintas formas de conocer y aproximarse a la realidad espiritual,al mundo del Espritu, al terreno de los espritus, de acuerdo con las actitudes que

    adoptemos frente a los fenmenos normales o paranormales, dentro y fuera de la

    iglesia.

    6 Una discusin a favor y en contra se encuentra en VOTH, Esteban-SAA, Laura-BRENEMAN, Mervin.La Guerra Espir itual Reali dad o F iccin? El Testimoni o Evangli co hacia el Tercer M i lenio:Palabra, Espritu y M isin. (CLADE IV Quito Ecuador, 2 a 9 de Septiembre de 2000) Bs. As. KairsEdiciones, 2002.

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    CAPITULO ILA TEORIA DE LA GUERRA ESPIRITUAL

    1. La Teora y la Guerra propiamente tal

    Me parece muy importante distinguir entre la teora de la guerra espiritual y la propia

    guerra espiritual que se ha venido librando desde que el mundo tiene conciencia. En

    efecto, los cristianos reconocemos que desde los comienzos mismos del universo siemprehubo una lucha o conflicto espiritual entre el bien y el mal, signado por lo queteolgicamente conocemos como la teora del abismo y del caos.

    La creacin del universo, como un orden, fue posible como superacin del caos, porque latierra estaba desordenada y vaca y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo (Gn 1.2).Oponindose a ese caos, el Espritu de Dios se mova sobre la faz de las aguas. Anterior aese hecho, oponindose a la perfeccin de Dios, estuvieron los ngeles cados quienes,

    por rebelarse contra el orden de Dios, fueron expulsados de la misma presencia de Dios.Luzbel, segn la tradicin cristiana, siendo un bello ngel de Luz, pas a convertirse enLucifer, o ngel de las tinieblas. Lo mismo puede decirse de la primera pareja humanaAdn y Eva, pues siendo ellos perfectos cedieron a la tentacin de Satans y fueronexpulsados del paraso, dejando de disfrutar de la in-mediata presencia de Dios. As,tenemos por lo menos tres oposiciones. El orden que se opone al caos, la luz que se oponea las tinieblas y el mal imperante en el mundo que se opone al desarrollo del bien, porconducto de la humanidad.

    Se puede recusar, como muchos lo han hecho, que esta interpretacin es maniquea ydualista7, pero no recogerla nos llevara tambin a negar las estructuras binarias bsicasde los mitos cosmognicos y antropognicos as como su significacin y validez como

    formas de explicacin del mundo. Y de lo que se trata, a mi juicio, es de poder percibir su

    significacin para nuestra cultura, de acogerlas como lo que son, una forma de lenguaje

    7Maniquesmo, antigua religin que tom el nombre de su fundador, el sabio persa Mani (c. 216-c. 276).La doctrina fundamental del maniquesmo se basa en una divisin dualista del universo, en la lucha entreel bien y el mal: el mbito de la luz (espritu) est gobernado por Dios y el de la oscuridad (problemas)

    por Satn. En un principio, estos dos mbitos estaban totalmente separados, pero en una catstrofeoriginal, el campo de la oscuridad invadi el de la luz y los dos se mezclaron y se vieron involucrados enuna lucha perpetua. La especie humana es producto, y al tiempo un microcosmos, de esta lucha. El cuerpohumano es material, y por lo tanto, perverso; el alma es espiritual, un fragmento de la luz divina, y debeser redimida del cautiverio que sufre en el mundo dentro del cuerpo. Se logra encontrar el camino de laredencin a travs del conocimiento del mbito de la luz, sabidura que es impartida por sucesivosmensajeros divinos, como Buda y Jess, y que termina con Mani. Una vez adquirido este conocimiento,

    el alma humana puede lograr dominar los deseos carnales, que slo sirven para perpetuar eseencarcelamiento, y poder as ascender al campo de lo divino: Cf. Maniqueismo en Biblioteca deConsulta Microsoft Encarta 2003. 1993-2002 Microsoft Corporation. Reservados todos losderechos.

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    B E R N A R D O C A M P O S | P A R A E N T E N D E R L A G UE R R A E S P I R I T UA L 11de un mbito de la realidada los cuales no podemos acceder de otro modo, sin el riesgode perder su riqueza simblica.

    La teora de la guerra espiritual, en cambio, es relativamente nueva. Apenas si tiene unoscuantos aos de formulada, tal como la conocemos en nuestro medio.

    Se trata, a mi modo de ver, de un perfeccionamiento o una prolongacin de la teoramisionolgica conocida como iglecrecimiento que proviene de los crculos deinvestigacin de la Escuela de misiones del Fuller Theological Seminary, en los EstadosUnidos.

    La teora del iglecrecimiento haba puesto su acento en la aplicacin de tcnicascuantitativas al estudio de la misin de la iglesia. Nos referimos concretamente a lainvestigacin sobre las leyes que rigen el crecimiento o decrecimiento de las iglesias,

    tras aplicar estrategias y mtodos probados y observados como tendencias en la

    extensin de la obra misionera. Luego de aplicarlas a realidades distintas pero anlogas,los estudiosos de la misin encontraron que no siempre la aplicacin de estas tcnicasdaban los resultados esperados, o mejor, probabilsticamente supuestos.

    Deba haber otras razones que explicaran por qu las tcnicas, aplicadas a realidadesanlogas, mostraban limitaciones. Por cierto las tcnicas en s mismas no son lacondicin sine qua non para la eficacia de la misin, y ellos eran muy conscientes de esto.Lo que pas, en realidad, es que, preocupados por la cientificidad de sus investigaciones yenvueltos en sus teoras y tcnicas cuantitativas, descuidaron un rea de anlisis que tenaque ver con la realidad espiritual8.

    Las Iglesias crecen no por la aplicacin de tcnicas de Marketing, o la aplicacin

    inmediata de las reglas del mercadeo, sino por la aplicacin humilde y creyente de laenseanza de la Palabra de Dios. Por la emulacin de mtodos empleados por losdiscpulos de Jess o los apstoles quienes dispusieron sus vidas a cumplir la voluntad deDios, aunque eso vaya en contra de la lgica de las corrientes de este mundo.

    Hacer iglesia no es como construir un partido poltico o jugar a una ONGD (OrganismoNo Gubernamental de Desarrollo). La iglesia se va completando visiblemente en elmundo por la accin del Espritu Santo quien, por la predicacin de la Palabra de Dios, atravs de sus ministros, hace crecer en los hombres la fe y estos se convierten a Dios. Enesta tarea se da una lucha o enfrentamiento de poderes que no son simplemente

    culturales o polticos a los cuales hay que aplicar estrategias humanas.

    Estamos ante una obra profundamente espiritual, para la cual la santidad y la oracin, ascomo la total dependencia de Dios y la apertura al Espritu Santo, son indispensables.

    No quiero decir con esto que para que una iglesia crezca depende que sea Pentecostal o elque decrezca se debe nicamente a que no estn abiertas al Espritu como lo estn lasiglesias pentecostales. Esta sera una interpretacin etnocntrica de la misin. Perotampoco se debe a que no hayan aplicado las tcnicas del iglecrecimiento.

    8 WAGNER, Peter C. (Editor). Espritus Terri tori ales. Miami, Fla. (y Colombia): UNILIT, 1995: 21-22.Wagner cuenta cmo se lleg al nfasis en la guerra espiritual en los 90s.

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    B E R N A R D O C A M P O S | P A R A E N T E N D E R L A G UE R R A E S P I R I T UA L 12Hay una multiplicidad de factores, culturales, sociolgicos, ideolgicos, teolgicos,misiolgicos, incluso cognoscitivos y actitudinales, que estn de por medio en la obramisionera. Entre otros est el factor espiritual que, sin embargo, es determinante. Lateora de la guerra espiritual es una especializacin o concentracin en este aspecto de lamisin, orientada igualmente al crecimiento de la iglesia y a la espera de hora final para lahistoria del mundo y la instauracin definitiva del Reino de Dios.

    2. Qu plantea la Teora de la Guerra Espiritual?

    Los mentores de esta teora a quienes, para abreviar llamaremos guerreros espirituales

    (en adelante abreviaremos guerra Espiritual y guerreros espirituales con la sigla GE)

    sostienen que ante todo debe distinguirse entre la guerra espiritual como estrategiamisiolgica y la lucha ordinaria de los creyentes contra los demonios.

    La guerra espiritual estratgica9 es la aplicacin de una serie de tcnicas orientadas a

    atar a las potestades satnicas, segn su jerarqua, para que la evangelizacin tenga losfrutos o resultados esperados.

    Esta debe distinguirse de la lucha espiritual a ras del suelo que libramos cada da

    cuando nos enfrentamos a los efectos de la maldad que existe en el mundo (obras depecado) desde que este cay en las garras de Satans. Desde entonces, una serie dedemonios mantienen oprimidos a los hombres que no conocen a Dios, causando paulatinay sutilmente su muerte y destruccin.

    Todos los das nos enfrentamos a estas realidades, a lo ms las percibimos como pecados,o bien como patologas sociales, pero no las identificamos con los espritus del mal

    porque no estamos ejercitados en esta tcnica o bien porque no los discernimosespiritualmente.

    Existe segn los GE una jerarqua satnica10, muy parecida a los rangos militares y enparte parecidos a la estratificacin social segn la cual solemos distinguir estratos socialesdiferenciados por razones econmicas, raciales, culturales, etc. Hay algo as como nivelesde autoridad entre los ngeles cados.

    Tomando como base Ef. 6.12, y Dan 10.13 y 20, los GE distinguen como una escaladescendente:

    Principados (en griego: archai), Potestades (exousia), Gobernadores (dunamis) y Huestes espirituales de maldad (kosmokratoras).

    Para Thomas White, los archai son prncipes satnicos de alto rango que estn sobrenaciones y regiones de la tierra. La palabra exousa tiene una connotacin tanto de

    9Algunos lo denominan guerra de alto nivel. Vase por ejemplo: MENDEZ F. Ana. Guerra de Al toNi vel. A salvo contra ataques. USA: E & A Internacional. 1999. Tambin RACCHUMI, Torres Jos.L iberacin y Guerr a Espir itual. Lima, Per: Ministerios Integrales De Gracia Recibisteis,, 2003.10 Thomas White, Para entender los principados y potestades en, WAGNER, Peter C. (Editor).Espritus Terr itor ial es. Miami, Fla. (y Colombia): UNILIT, 1995:86ss. White se refiere a ellos como elestado mayor corporativo del infierno.

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    B E R N A R D O C A M P O S | P A R A E N T E N D E R L A G UE R R A E S P I R I T UA L 13gobierno natural como de gobierno sobrenatural. Segn entenda el apstol Pablo,argumenta White, haba fuerzas sobrenaturales que estaban detrs de las estructuras

    humanas

    El apstol san Pablo, sin duda, est expresando la idea apocalptica que tenan los judosde la existencia de seres csmicos que tenan autoridad delegada por Dios para arbitrar en

    los asuntos humanos.

    Se supone, dice White, que los dunamis operan dentro de pases y culturas para afectarciertos aspectos de la vida11.

    Los kosmokratoras12 son las numerosas variedades de espritus malignos quecomnmente atormentan a la gente; por ejemplo, espritus de engao, adivinacin, lujuria,rebelin, temor y enfermedad. Generalmente estos son los poderes malignos que seconfrontan y que se echan fuera en la mayora de las sesiones de liberacin.

    An entre ellos existe un rango; los espritus ms dbiles subordinados a los msfuertes.

    Segn esta teora habran como distintos niveles de opresin, dependiendo de la maneracmo seamos gobernados por

    Potestades territoriales (estratos altos), El ocultismo (estratos medios) o Ataques por demonios terrestres (estratos bajos).

    La idea de una jerarqua y de una organizacin planeamiento estratgico satnicos ha sido

    abonada tambin por las ideas de una trinidad satnica (Satans, la bestia y el falsoprofeta) que emula a la Trinidad divina y por una cosmologa celeste atribuida a Is. 14.12-16 en la que se describe al lucero de la maana (metafricamente Lucifer) como cado delcielo y derribado hasta el Shel, a los lados del abismo.

    La territorialidad de los demonios es una idea bsica que se deduce de la jerarquaanteriormente descrita.

    Los GE plantean que Satans asigna gobernadores o principados a las naciones

    paganas. Estos gobiernan por siglos a naciones y pueblos enteros, mantenindolos en elengao para que no les resplandezca la luz de Cristo, como dice la Escritura.

    El secreto para que una nueva misin sea eficaz en este terreno, gobernado por Satans, esdiscernir qu tipo de principado es el que tiene a cargo la regin. No se trata, pues, deliberar simplemente a la gente poseda por un demonio, sino de atar antes al hombre

    fuerte13 de la ciudad es posible mediante un discernimiento espiritual a travs delseguimiento de una metodologa o procedimientos que ms adelante describiremos.

    11 Thomas White, op.cit.86.12 Ibid.13 Frase tomada del evangelio apcrifo de Toms, en alusin a Luc 11:21-23. Larry Lea, como muchosotros GE que dan por sentado, usa el concepto en este sentido en su artculo Atando al hombre fuerte,WAGNER, Peter C. (Editor). Espri tus Terr itori ales. Miami, Fla. (y Colombia): UNILIT, 1995:107-120.

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    B E R N A R D O C A M P O S | P A R A E N T E N D E R L A G UE R R A E S P I R I T UA L 14Segn los GE debemos diferenciar Puertas de ingreso de los demonios, de los Medios

    que utilizan para oprimirnos y las Ataduras en las que caemos cuando no nos dejamos

    gobernar por el espritu de Dios14.

    Puertas, medios y ataduras son como tres elementos constituyentes de la estrategiasatnica.

    Puertas de entrada del enemigo pueden ser pecados (individuales, colectivos o histricos),traumas (rencores, depresiones, enfermedades mentales), abusos sexuales, masacres(genocidios, etnocidios o masacres de indios), injusticias sociales (discriminacin racial anegros e indgenas), rebeliones y revoluciones o desviaciones sociales como en las que seencuentran los malhechores, nios de la calle, prostitutas y homosexuales.

    Mediospor los cuales Satans gobierna a las naciones son las culturas y subculturas, lasestructuras de autoridad (gobiernos, polica, centros educativos donde no hay control), lasreligiones y sectas (sincretismos, y corrientes como la Nueva Era, la religiosidad popular),y hasta por las ideologas y sistemas filosficos (teora de la evolucin, comunismo,humanismos, existencialismos, nazismo, etc).

    Ataduras, en cambio, son las secuelas de los asesinatos, los efectos de la drogadiccin,los juegos de azar, la adiccin a las novelas, la pornografa y hasta la mortalidad infantilcausada por abortos. En suma, casi todo que sea contrario al orden, puede ser uninstrumento en las manos de Satans.

    La oracin es el arma indispensable para la guerra. Segn los GE hay dos tipos deoracin. La "Oracin de intercesin15", que sirve para el discernimiento espiritual decuales son las puertas que el enemigo ha venido usando para entrar en las vidas de la

    gente. Y la "Oracin de Guerra

    16

    " por la cual se "reprende" al enemigo, se le ata y se loexpulsa, para que no tome posesin de las personas ni del lugar donde ha hecho sumorada o territorio.

    Por medio de la "oracin de Guerra" se producen las liberaciones de personas posedaspor los demonios, pero muy especialmente por medio de esta "Oracin de Guerra" elguerrero sostiene una pelea a nivel estratgico, es decir con los principados o demoniosde rango superior que dominan las naciones, las regiones o las ciudades.

    Esto ltimo no lo hace cualquier nefito ni tampoco algn versado en teologa. Esto sloes posible a personas, cualquiera fuera su lugar en la organizacin eclesial, que estn

    dedicadas a la oracin y se disponen completamente a los mandatos del Seor17

    .

    Se trata de una especie de ministerio en el cual van entrando conforme van ganandoexperiencia en las ldes espirituales, pero sobre todo en funcin de la investidura espiritualdel guerrero, que usualmente se describe como manto ministerial apostlico o proftico.

    14 Cf. El sentido de estos trminos en DIETRICH, Margarita. Las Cadenas Caen. Manual de L iberaciny Guerra Espir itual. Huancayo.199015 JACOBS, Cindy. Conqui stemos las puertas del enemigo. Miami, Fla.: Ed. Betania. 199316 Cf. WAGNER, Peter C. Oracin de Guerra. Ed. Betania. 1993.17 Por ejemplo, Ana Mndez describe esta restriccin en el Cap. IV de su Libro: Guerra de Al to Ni vel. Asalvo contra ataques. USA: E & A Internacional. 1999 (Vase la seccin Quines son los llamados

    para la guerra?: 69-124.

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    B E R N A R D O C A M P O S | P A R A E N T E N D E R L A G UE R R A E S P I R I T UA L 15Hay algo as como una teologa testimonial, un conocimiento acumulado que se transmiteen forma de teologa en los relatos de guerras sostenidas antes, durante o despus decampaas evangelsticas, o antes y despus de una lucha espiritual en un determinadoterritorio, nacin o continente, incluso antes y despus de un cnclave apostlico y

    proftico.

    3. Estrategias y Tcticas de Guerra.

    Gracias al conocimiento acumulado de muchos ministros de Dios, entre hombres ymujeres, se ha podido establecer lo que podramos llamar una metodologa seguida en laguerra espiritual y que se presenta como una estrategia y tctica de guerra.

    Un paso previo a cualquier guerra espiritual es la sanidad interior del guerrero queEdward Murphy describe como la vida cristiana normal, abundante y victoriosa18.

    Es necesario que el guerrero se prepare espiritualmente y se santifique para la guerra.Este, para poder derribar fortalezas del enemigo levantadas en la ciudad, debe primeroderribar las fortalezas interiores que batallan contra el alma.

    La soberbia, el orgullo, la vanidad, la ambicin de poder, por ejemplo, son ataduras de lascuales el propio ministro debe librarse por la oracin antes de poder guerrear.

    18 MURPHY, Edward. Manual de Guerr a Espir itual(Original en Ingles: Handbook for SpiritualWarfare). Nashville, TN: Editorial Caribe, 1994: 69-78, 597-611.

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    CAPITULO II

    ESTRUCTURA DE LA ACCION DE GUERRA:CUATRO MOMENTOS

    1. La investigacin y reconocimiento del terreno.

    Mediante este procedimiento un grupo de creyentes realizan un trabajo previo deinvestigacin histrica, antropolgico-cultural y demogrfica sobre la ciudad en la cualvan a desarrollar una guerra espiritual. Pero este dato slo se completa con elreconocimiento de los territorios en potestad del enemigo, mediante el discernimiento.

    Este procedimiento est orientado a identificar objetivamente mediante el anlisis dedocumentos y de monumentos la historia anterior de la ciudad, sus costumbresancestrales, generalmente supersticiosas y entregadas a la magia o a la hechicera(chamanismo) y a determinar mediante estudios demogrficos el tipo de poblacin

    residente en el lugar.

    La sospecha bsica aqu es que los inmigrantes que han poblado un lugar, han tradocostumbres antiguas que podran ser la explicacin de las actuales perversiones de lasnormas de comportamiento socialmente aceptadas por la poblacin y tenidas comofolklore o una sana y buena tradicin.

    Los investigadores, que son los que se especializan en este trabajo de gabinete y decampo, llegan a descubrir por la lectura de estudios arqueolgicos y por implicacin deconstantes en los patrones de conductas desviadas, lo que podra ser el tipo de esprituterritorialque reside en esta o aquella ciudad.

    La aplicacin de este procedimiento de los GE en Occidente, sobre todo all dondetodava perviven religiones ancestrales, ha llevado a los GE a sealar que determinadosespritus territoriales estn inmediatamente ligados a las religiones primitivas y a sus

    prcticas religiosas.

    Muchos de los actuales traumas colectivos, podran tener, segn ellos, una explicacin deeste tipo y por tanto, la solucin a "esos males" no pasara ni por la cultura ni por la

    poltica, la economa o medicina, sino por librar una Guerra Espiritual. De hecho se hanlibrado guerras espirituales en muchos puntos o pases clavessobre todo en aquellos con

    una tradicin milenaria y ancestral-- en diversos continentes del mundo. Para losdetractores de la GE esto no ha causado ningn efecto que se precie, pues esas nacionessiguen igual sumidas en el subdesarrollo y por el contrario, la maldad ha aumentado. Los

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    B E R N A R D O C A M P O S | P A R A E N T E N D E R L A G UE R R A E S P I R I T UA L 17seguidores de la GE afirman tener evidencias de cambios profundos o estructurales enaquellas naciones donde guerreros de alto nivel espiritual han orado y atado a los

    principados o han expulsado demonios territoriales.

    2. La Oracin intercesora.

    Hay naturalmente distintos tipos de oracin intercesora, como Cindy Jacobs lasdescribe19, pero la idea bsica es discernir espiritualmente cules son las "puertas" usadas

    por Satans, cules "potestades" y "fortalezas" influyen sobre las redes sociales hastallegar, incluso, a conocerlos por sus nombres, de modo de poder expulsarlos a cada unonombre por nombre, o hasta conocer su jurisdiccin o territorialidad. Conocer el nombrede alguien segn una antigua tradicin es tener poder sobre esa persona. Dar nombre aalgo, es como crearlo. Por tanto llamar a los demonios por su nombre es importante

    porque se tiene control sobre ellos20.

    Aqu no basta un conocimiento histrico de un pas o lugar. Hace falta un discernimientoespiritual mucho mayor, lo cual solo es posible gracias a ejercicios espirituales como elayuno a fin de que Dios revele a tales o cuales potestades. Es a travs de una oracinintercesora que, por ejemplo, Rita Cabezas, descubri una Jerarqua demonaca en

    varias experiencias de liberacin espiritual, especficamente cuando or por la liberacinde una mujer que haba sido poseda por un gobernador mundial llamado asmodeo21.Ella cuenta que este gobernador le confes los niveles y jerarquas demonacas, tras unalucha espiritual con l y que pese a su resistencia, ste vencido por la palabra deliberacin, no tuvo ms remedio que declararle estas cosas.

    Segn Rita Cabezas, esta informacin debe usarse con mucha prudencia y si no se estconvencido, desecharla simplemente. A favor suyo invoca 2 Cor. 2.11: para que

    Satans no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus

    maquinaciones22 y luego seala que puso a prueba la informacin recin adquirida atravs de varias sesiones de terapia psicolgica y liberacin espiritual23.

    Naturalmente que esta informacin ha sido recibida por la comunidad evanglica conmucho cuidado, ya que hay que presumir que el diablo y sus ngeles son esencialmentementirosos y engaadores.

    3. El mapeo o cartografa espiritual".

    Para Peter Wagner, la cartografa espiritual es un intento de ver el mundo alrededor

    19 JACOBS, Cindy. Conqui stemos las puertas del enemigo. Miami, Fla.: Ed. Betania. 199320 MEDINA Perez, Victor. La expulsin de demoni os en el Nuevo Testamento. Tesis indita paraobtener el grado de Licenciado en Teologa. Seminario Evanglico de Lima,Per: 2001): 3521 CABEZAS, Rita. Lucha contra pr inci pados Demonacos. Descubr iendo la Jerarqua Demonaca.Miami, Fla.-Colombia: UNILIT, 1995: 52. Su relato en pgs.. 9-13.22 Reina Valera Revisada (1960), (Estados Unidos de Amrica: Sociedades Bblicas Unidas) 1998.23 CABEZAS, Rita.Op.cit:19-22ss.

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    B E R N A R D O C A M P O S | P A R A E N T E N D E R L A G UE R R A E S P I R I T UA L 18nuestro como realmente es, no como parece ser24 lo que supone una estrategia de Satans

    para mantener cegado el entendimiento de la gente.

    Harold Caballeros es ms osado al decir que la cartografa espiritual es la revelacin deDios de las condiciones espirituales del mundo en que vivimos. Es una visin que noslleva ms all de nuestros sentidos naturales y, por medio del Espritu Santo, nos revela

    las huestes espirituales de maldad que dominan ciudades y naciones25

    En el plano local, la cartografa espiritual es un procedimiento que consiste en "peinar laciudad" para descubrir donde se sitan las potestades, cmo se manifiestan en los tiles decultura, qu expresiones toman en las costumbres del pueblo o ciudad. As por ejemplo,caminando fsicamente por la ciudad el GE se da cuenta de cuntos lugares de perdicinexisten en la zona tan visiblemente que ya hasta ni llama la atencin a sus moradores,

    pero que los mantiene cautivos. La cartografa espiritualpermite tres cosas:

    Una locacin de las potestades

    Una determinacin de las macro-tendencias de los focos de perdicin, porque aveces existen conexiones de tipos de vicios entre zona y zona, entre ciudades yentre regiones, y,

    Unaposesin (o posicionamiento) de la ciudad por el GE (la Iglesia) porque segnla promesa bblica "todo lugar que pisare la planta de vuestro pie, ser vuestro"26.

    4. La guerra espiritual propiamente dicha.

    Tambin se la conoce con el nombre de "Victoria" espiritual, porque habiendo Cristo

    vencido a Satans en la Cruz, la guerra ya no es propiamente guerra, sino una victoriaespiritual sobre el maligno.

    Se trata, visto de otro modo, de una cosecha y no de una siembra porque como dice laEscritura "los campos estn listos para la siega" y "el hacha est puesta a la raz de losrboles". En otras palabras el juicio de Dios sobre la tierra, ha comenzado. La GE serealiza mediante "Campaas de Oracin de Guerra" y mediante la "Liberacin deendemoniados" en las casas, en el barrio, sobre monumentos "paganos" y an sobre lostemplos27. Pero ms importante que todo esto an, son las guerras de alto nivel llevado acabo por apstoles guerreros reconocidos en este tiempo, caso por ejemplo de RonyChvez, Ana Mndez, Carlos Anacondia, para mencionar slo algunos de los nombres

    ms conocidos en Amrica Latina.

    24WAGNER, Peter. (editor) introduccin de La destruccin de Fortal ezas en su ciudad. :7, citado por, Hctor. Desenmascaremos las Ti ni eblas de este siglo. Cmo Conqui star ciudades y naciones paraCristo. Nashville, TN.: Caribe, 1996: 58.25 CABALLEROS, Harold. Derr ibando al enemigo con la ayuda de la car tografa espir itual.Guatemala: El shadai, 125.26 CAMPOS, Bernardo. La teora de la Guerra Espir i tual, Desafo a la M isionol oga. Lima, Per: IPER,1997: 11; Tambin, TORRES, Hctor. Desenmascaremos las Ti nieblas de este siglo. Cmo Conquistarciudades y naciones para Cri sto. Nashville, TN.: Caribe, 1996: 57-95 y MIRANDA, Jorge y DE

    MIRANDA, Consuelo. Gri to de Guerra. Derr ibando Fortalezas Guerra Espir itual Tomo I I I . 3Tomos. Lima, Per: Imprenta Pacheco, 1996: 111.27 La guerra espiritual no tiene sentido en s misma. Le sigue el proceso de liberacin de personas yterritorios, y luego viene el trabajo misionero.

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    B E R N A R D O C A M P O S | P A R A E N T E N D E R L A G UE R R A E S P I R I T UA L 19Slo despus de estos momentos, que pueden ser consecuentes o simultneos, es posiblerealizar la obra misionera con gran fruto. Los GE manifiestan que despus de una GEtodo el trabajo de evangelizacin es sencillo y no hay oposicin del diablo que sea eficaz.Las personas vienen solas en busca de salvacin.

    Hasta aqu la teora de la guerra espiritual, tal como es sustentada por quienes la

    formulan. En realidad hay mucho ms y el tema parece ser mucho ms complejo que loque esta apretada descripcin podra sugerir.

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    CAPITULO IIILA GUERRA ESPIRITUAL

    COMO ESTRATEGIA MISIONERA

    Resta por discutir la validez de la propuesta para la vida de la iglesia, para la cultura, ypara la teologa y la misionologa28 especficamente.

    Lo que sigue son recomendaciones pastorales en la mira de edificar al pueblo de Dios yde dialogar con los guerreros espirituales, pues siendo yo un lider pentecostal con laexperiencia del Espritu, visiones y don de profeca, no intento criticar o enjuiciar unasunto que es mas bien materia de discernimiento espiritual.

    Un asunto como el que tratamos aqu no necesariamente es un locus theologicus quemerezca simplemente una opinin teolgica, aun cuando estoy convencido que muchas delas aseveraciones que se dan en el marco de esta teora, necesitan un examen exegtico ala luz de la sana doctrina, en el horizonte de lo que se ha denominado frencuentemente

    Hermenutica del Espritu, es decir, una feliz interpretacin del sentido profundo (sensusplenior) de la Escritura junto con un discernimiento espiritual. Ni exgesis pura y fra, nisolo discernimiento espiritual sin exgesis de la Escritura. Palabra y Espritu (Rom 12.11)En ambos casos se promueve una feliz combinacin de Palabra, experiencia y Espritu29.

    1. La Teora de la GE es una ampliacin de la teora del iglecrecimiento.

    Por lo tanto mucho de sus postulados y sus preconcepciones estn matizados por losobjetivos fundamentales de esta escuela, cual es la bsqueda de resultados concretos en laevangelizacin. El eficientismo que estuvo detrs de las aplicaciones de las tcnicascuantitativas, est siendo ahora superado mediante el estudio de casos, y el recojo de losdatos de la antropologa cultural. Quiera Dios que la bsqueda de conocimientos de estasrealidades, anteriormente obviadas por las ciencias, lleve a estudios cualitativos queenriquezcan tanto el campo de la misionologa como el de las propias ciencias sociales.Lo cierto es que de una u otra forma, la teora de la GE nos ha obligado a volver volver ala historia para releer nuestra cultura.

    28Misionologa y no misionologa, porque deriba del latn missionis29 Tal es la recomendacin del biblista Mervin Breneman quien adems de ser un estudioso de la Biblia yun acadmico de las ciencias bblicas, es tambin un guerrero espiritual. Cf. Su alocucin en la IV

    Conferencia Latinoamericana de Evangelizacin, CLADE IV organizado por la Fraternidad TeolgicaLatinoamericana en, VOTH, Esteban-SAA, Laura-BRENEMAN, Mervin. La Guerra Espiritual

    Reali dad o F iccin? El Testimonio Evanglico haci a el Tercer M ilenio: Palabra, Espritu y M isin.(CLADE IV Quito Ecuador, 2 a 9 de Septiembre de 2000) Bs. As. Kairs Ediciones, 2002

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    B E R N A R D O C A M P O S | P A R A E N T E N D E R L A G UE R R A E S P I R I T UA L 212. La teora de la GE ha mostrado ser eficaz en el desarrollo de una demonologa.

    La dogmtica contempornea haba concentrado su atencin en la eclesiologa y laescatologa, despus de la teologa poltica y la teologa de la esperanza. La propiateologa latinoamericana, que redescubri la espiritualidad en los ltimos aos, no lleg a

    dimensionar con cabalidad este campo del espritu. La teora de la GE nos est obligandoa un retorno a la antropologa, pero reledo a la luz de la doctrina de la creacin.

    Ya el telogo Paul Tillich en su Teologa Sistemtica y en sus escritos de religin, noshaba acostumbrado a una interpretacin filosfica de la demonologa, en relacin con laheteronoma, como desviacin de "lo que nos concierne ltimamente", pero nos dej en la

    penumbra de la "ambigedad" de la religin.

    Muy diferente es por ejemplo la postura de un erudito como Oscar Cullmann en elcaptulo la sujecin de los poderes invisibles en su obra Cristo y el Tiempo30, donde

    plantea que los sobrenaturales principados, potestades, gobernadores, tronos, seores, yotras potencias anglicas estn detrs de los gobiernos humanos.

    En esta misma lnea son importantes las investigaciones de Koch31 , White32, y Murphy33.La teora de la GE, por eso, significa un avance en la demonologa. No obstante para quesea eficaz, deber abundar ms en las limitaciones del imperio del demonio sobre lacreacin que ha sido y est siendo redimida por Cristo. Es importante releer el poder delos demonios tambin a la luz de la depredacin y destruccin de los ecosistemas denuestro planeta. Es la ecologa tambin objeto de Guerra espiritual? Estoy convenidoque s.

    Por otra parte, mucho de la demonologa implcita de algunos GE no es ms queocultismo camuflado o resabios de una vida pasada de hermanos que se han convertido dela hechicera al cristianismo y en otro sentido, una influencia implacable de la

    posmodernidad y de la Nueva Era (New Age).

    Un nuevo orientalismo se ha metido en nuestras iglesias, de tal forma que se repite laantigua batalla que libr el cristianismo de los primeros siglos frente al gnosticismo34.Una batalla por la bsqueda de conocimientos ocultos, apariciones, sensacionalismos,

    30 CULLMAN, Oscar, Cristo y el ti empo. Barcelona: Estela, 1967. Captulo incorporado por PeterWagner, en WAGNER, Peter C. (Editor). Espri tus Terri tor ial es. Miami, Fla. (y Colombia): UNILIT,1995.31 KOCH, Kurt E. El Di ccionacio del Diablo. Una Exposicin de las Ciencias ocultas ilu strada con 175casos autnti cos. Espaa: Editorial CLIE: 1970:32 WHITE, John. Cuando el Espritu Santo l lega con Poder. Seales y Maravil las en el Pueblo de Dios.Colombia: Editorial Buena Semilla, 199533 MURPHY, Edward. Manual de Guerr a Espir itual(Original en Ingles: Handbook for SpiritualWarfare). Nashville, TN: Editorial Caribe, 1994.34Gnosticismo (del griego gnosis, 'conocimiento revelado'), movimiento religioso esotrico que florecidurante los siglos II y III y supuso un desafo para la cristiandad ortodoxa. La mayora de las sectasgnsticas profesaban el cristianismo, pero sus creencias eran diferentes a las de la mayora de loscristianos de los primeros tiempos de la Iglesia. Para sus seguidores el gnosticismo prometa un

    conocimiento secreto del reino divino. Chispas o semillas del Ser Divino cayeron desde este reinotranscendental hasta el universo material, que es malo en su totalidad, y fueron encarceladas en loscuerpos humanos. El conocimiento podra volver a despertar a esos elementos divinos que de este modovolveran a su propia casa en el reino espiritual.

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    B E R N A R D O C A M P O S | P A R A E N T E N D E R L A G UE R R A E S P I R I T UA L 22abstencionismos, etc. La exhortacin Paulina a los Glatas de no or a los que traen otro

    evangelio es ahora muy pertinente (Gl 1.6ss).

    No hay que olvidar la advertencia de san Pablo a Timoteo, en el sentido de que:

    vendr tiempo cuando no sufrirn la sana doctrina, sino que teniendo comezn de or,

    se amontonarn maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarn de laverdad el odo y se volvern a las fbulas (2 Tim 4.3-4)

    3. La teora de la GE no puede reducirse a una tcnica religiosa, porque caera enla magia

    Aunque varios de los mentores de la GE sealan que se trata de una tcnica --que lo es, enel sentido de ars techn, de interpretacin-- deben tener cuidado en no mostrarlasolamente como una tcnica, porque la tecnologa invita a la manipulacin, y esto es

    caracterstico de la magia.

    El terreno en que se mueve la GE es un terreno resbaladizo a los que no estn preparadospara ello, porque pueden deslizarse elementos o prcticas propiamente usadas en lasculturas primitivas por magos y chamanes. Cuanto de las teoras de la GE son

    propiamente artes mgicas y cunto son prcticas religiosas? No me refiero a lareligiosidad barata, sino a la Religin en sentido estricto, es decir, al sistema de creencias,ritos, formas de organizacin y normas ticas guiadas por la respuesta humana a lo divinoy lo sagrado. Mientras la religin buscasometerse a lo divino, la magia intenta manipularlo sagrado35.

    En verdad, en este tiempo de efervescencia espiritual, debemos tener mucho cuidado conaquellos que engaan al pueblo con sus artes mgicas, hacindoles creer que songrandes hombres de Dios o que tienen el gran poder de Dios, y solo persiguen fineslucrativos (simona contempornea!) (Hech 8.9-22). Estos no tienen ni parte ni suerte eneste asunto, porque sus corazones no son rectos delante de Dios, nada saben y estnenvanecidos. Estos simones modernos no tienen el don de imposicin de manos; no se

    cien a la tradicin de los apstoles y profetas que anuncian el Reino de Dios, imponenlas manos para la recepcin del verdadero Espritu de Dios y trabajan para la edificacindel cuerpo de Cristo testificado por el bautismo. Son impostores y engaadores, ingenuoshombres que como Simn el Mago, que pretenden comprar el don de Dios con dinero,

    dice la Escritura.

    4. La teora de la GE es una recuperacin del sentido de autoridad

    Al deliberar sobre niveles de autoridad, tanto del terreno del mal como del bien, la teorade la GE muestra indirectamente la necesidad de recuperar el sentido de autoridad. Estoes natural en un contexto de anomia, de prdida de asertividad, de desorden social, y de lacrisis de las instituciones producidas por la secularizacin y la modernizacin actuales. Lacada de Satans, tan claramente descrita por los GE resulta en una advertencia sobre lo

    que le puede pasar a aquellos que desobedecen y se oponen a las autoridades establecidas,35 MANZANO, Jorge. S.I., El verdadero poseso. El M al y la B ibl ia. El ri tual del Bautismo. Satanismo,Xipe-Totex, 2 (1992): 23

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    B E R N A R D O C A M P O S | P A R A E N T E N D E R L A G UE R R A E S P I R I T UA L 23sean estas civiles o religiosas. El hombre de Dios imbuido por el poder del Espritu deCristo, tiene ahora todo poder y autoridad (exousia) gracias al sacrificio de Cristo en lacruz (Mateo 28)

    Se trata del poder (dunamis) y autoridad (exousia) para la Misin. No se puededesarrollar un programa misionero en un mundo dominado por las huestes de maldad, sin

    la fuerza, el poder del Espritu Santo, y la autoridad de Cristo sobre el cosmos. Elcristiano debe poder tomar autoridad sobre su pueblo y debe poder respetar o hacerrespetar la autoridad establecida por Dios (Rom 13), dejando el juicio de las malasautoridades al gobierno de la espada y al juicio de Dios.

    5. La teora de la GE es una cosmogona porque busca el equilibrio entre el caos yel orden de Dios.

    Es, para decirlo de otra forma, una cosmogona36 que busca recuperar el orden en medio

    de una sociedad catica y desordenada. Limpiar una ciudad de los demonios,evidentemente es una forma de reimplantar el orden, pues las consecuencias ticas ymorales que este hecho produce todava no han sido suficientemente estudiadas por lasciencias sociales y polticas. Qu no sera de nuestro pas, si hubiera una limpieza afondo de la corrupcin existente en todos los estamentos de gobierno y en todas lasesferas de la vida civil!

    6. La teora de la GE hara bien en diferenciar mejor, o "discernir" entreespritus territoriales y elementos positivos de la cultura, para no caer en el

    etnocentrismo.

    Tal como abordan algunos GE las culturas tradicionales o propiamente las creencias yprcticas populares, tarde o temprano caern en una cacera de brujas como en la edadmedia y la poca de la "santa" inquisicin si no terminan por crear en ellos mismos una

    paranoia o un delirio de persecucin.

    Esto sera literalmente un pandemnium, pues muchos de los autores que le, vendemonios hasta en la sopa. No dudo que pueda haberlos, porque las condiciones en quevivimos en Amrica Latina hacen que nuestras sopitas no sean muy nutritivas ycomporten en s mismas el germen de la destruccin, pero no exageremos.

    Es necesario un mayor discernimiento que, creo que vendr con el tiempo, pues la mismateora en nuestro medio--- est todava en un perodo de formacin y probablementehaya exageraciones y fanatismos. Concedamos que se trata de un proceso de ms largaduracin, como ya ha advertido Peter Wagner en uno de los libros citados37.

    Esto no es motivo, sin embargo para desmerecerla. Una llamada de atencin es que elmapeo, debe poder "mapear" tambin aspectos positivos del desarrollo cultural de lasciudades que estudiamos; debe poder valorar la cultura en sus expresiones folklricas,

    porque lo popular no es malo por ser popular, sino por contener elementos a veces

    exgenos que lo pervierten. No hay culturas ni naciones santas, ni en el norte ni en el sur,36Cosmogona (vase nota 3)37 WAGNER, Peter C. (Editor). Espri tus Terri tor ial es. Miami, Fla. (y Colombia): UNILIT, 1995: 22.

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    B E R N A R D O C A M P O S | P A R A E N T E N D E R L A G UE R R A E S P I R I T UA L 24ni en el este ni en el oeste. Lo que hay son creyentes que santifican al mundo, gracias al

    poder eficaz de la sangre de Cristo derramada en la Cruz.

    No queremos huaqueros espirituales que saqueen nuestra arqueologa y nuestro folklore,o que surjan nuevos extirpadores de idolatras en nombre de una nueva guerra santa Loque necesitamos son intrpretes de la realidad que penetren con discernimiento en

    horizontes de nuestra cultura para ver, con los ojos del Espritu, donde pueden estar lascausas (etiologa) ms profundas del actual comportamiento de nuestra sociedad que semueve entre lo tradicional y lo moderno.

    Se trata, en efecto, de penetrar en la regin del inconsciente colectivo de nuestrospueblos38, en la geografa y arqueologa religiosas, en la estructura simblica msprofunda, para examinar desde all, como un psicoanlisis religioso, dnde pueden estarlas races de las tendencias actuales, de la conducta desviada en materia de religin. Por lodems, fue todo idolatra en nuestro pasado cultural, no hubo tambin una comprensinde lo recto, ama usa, ama ulula y ama queda? Hay que mirar mas all de las causas

    inmediatas y observar las causas remotas, con una visin de la historia de larga duracin..

    7. La teora de la GE debe cuidarse del deslizamiento ideolgico para no caer enuna especie de mesianismo americano.

    Es curioso cmo se plantean como "medios" de dominio demonaco al nazismo o elcomunismo, pero no se dice nada del capitalismo salvaje, del neoliberalismo que mata amillones de personas en nuestros das. Por qu? Acaso, como dice Michael Novak, elcapitalismo es el sistema perfecto consagrado por Dios para el bienestar de la humanidad?

    Se pone mayor nfasis en la limpieza y liberacin de naciones "paganas" de oriente(Japn) o de las civilizaciones aborgenes (Hait, Mxico, Per), que en la limpieza de lacivilizacin occidental como Nueva York o Washington. Por qu? Sin caso, nacionescristianas?

    Se critican las representaciones divinas de culturas ancestrales, pero casi no se dice nadade la produccin suntuosa de las culturas modernas y del derroche financiero delarmamentismo. Puedo hasta conceder que un GE norteamericano piense as, pues al finales su cultura la que esta detrs. Pero que un GE latinoamericano diga, por ejemplo, que laconquista espaola era necesaria y estaba justificada, porque los Incas eran malos y

    hacan sacrificios humanos ( ya que "Dios castiga el pecado de los padres hasta la terceray cuarta generacin"), no lo puedo aceptar de buenas a primeras, sin sospechar que setrata de un deslizamiento ideolgico, sutil pero peligroso.

    38Segn el psiquiatra suizo Carl Jung, el inconsciente colectivo es ese fondo compartido de recuerdos,ideas y modos de pensamiento que tiene su origen en la experiencia vital de nuestros ancestros y en la dela raza humana en general. El inconsciente colectivo coexiste con el inconsciente personal, que almacenael material de la experiencia individual y ha de contemplarse como un inmenso depsito de antiguasabidura. Las experiencias primarias estn representadas en el inconsciente colectivo por arquetipos,smbolos o personificaciones que aparecen en los sueos, y son elementos comunes en los mitos, las

    leyendas y en la literatura religiosa. Algunos ejemplos son la serpiente, la esfinge, la Gran Madre, elnima (que representa la naturaleza femenina) y el mandala. Cf. inconsciente colectivo en, Bibliotecade Consulta Microsoft Encarta 2003. 1993-2002 Microsoft Corporation. Reservados todos losderechos.

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    B E R N A R D O C A M P O S | P A R A E N T E N D E R L A G UE R R A E S P I R I T UA L 25Es peligroso porque pasa por alto el delito de la conquista y el genocidio de millones de

    personas, tras someterlos a trabajos forzados. Yo creo firmemente en que Dios castiga elpecado hasta la cuarta generacin y que debemos romper toda atadura de maldad, y en

    el nombre de Jesucristo destruir las maldiciones que pesan sobre nosotros, despus de esteproceso imparable de conquista. Sin embargo, es necesario junto con ello, una mayorinformacin de los mviles y de las causas de esta situacin y un agudo discernimiento

    para determinar donde est el pecado: Si en los pobres que fueron objeto y vctimas delabuso de unos poderosos, o si en aquellos que se han enriquecido ilcitamente a costa dela sangre de millones de personas. Cules son las ligaduras de impiedad que hay quedesatar? (Isa 58: 6-7). No sern las ligaduras del actual sistema econmico mundial queno permite la libertad gloriosa de los hijos de Dios? (Ro. 8)

    Subyace a veces la idea de que la salvacin vendr del Norte, cuando la Biblia habla deque de all viene la destruccin, si a la simblica nos remitimos. Con ese criterio diramostambin que en el sur est la salvacin. Pero de esto no se trata, porque en ningn otro

    hay salvacin, sino en Jesucristo hombre.

    8. La teora de la GE puede dar luz para la elaboracin de una hermenutica delEspritu

    Por su misma especializacin, la teora de la GE ayuda a pensar en una hermenutica delEspritu, segn la cual determinados pasajes de la Escritura adquieren una nueva luz, a

    partir de experiencias espirituales o enfrentamientos con potestades y gobernadores de lastinieblas.

    De la misma manera cmo la cultura contempornea plante nuevas preguntas al textobblico y oblig a reinterpretar pasajes de las Escrituras en relacin con realidadesterrestres (como la economa, la poltica, la administracin pblica, etc.), la confrontacincon estas "realidades espirituales" favorecer o promover el estudio de otros pasajescomo nuevosfocos de sentido.

    Esta hermenutica del Espritu, de la que se ocup lcidamente Bernardo Campos, cuyabase entre otras alude a 1Cor. 2 y los temas relacionados con el Mesas39, deberesclarecer las posibilidades y limitaciones de la experiencia del Espritu para una lecturade las realidades espirituales.

    Una hermenutica del Espritu debe poder tambin privilegiar el desarrollo de unaadecuada hermenutica de la cultura. La polisemia del texto debe poderse aplicartambin aqu. El filsofo Dilthey y la lnea de muchos filsofos y telogosexistencialistas, ya haban insinuado esta posibilidad, refirindola naturalmente a lasciencias de la cultura. Ahora, con la teora de la GE se abre un nuevo campo decomprensin que tiene, incluso, derivaciones para la gnoseologa, la hermenutica y laepistemologa teolgicas40. No es este el lugar para abundar sobre este concepto, perohemos quedado desafiados para la bsqueda de nuevos paradigmas que permitancomprender otras realidades, o mejor an, nuestra misma realidad, desde otras esferas del

    39CAMPOS, Bernardo. Hacia una H ermenutica del Espritu como clave para entender el EsprituMesini co en el Profesti smo Bbl ico y Contemporneo. Lima, Per: Textos de Religin del IPER,2004: 17-22.40 Ibid.:22

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    B E R N A R D O C A M P O S | P A R A E N T E N D E R L A G UE R R A E S P I R I T UA L 26conocimiento, vale decir desde una lgica distinta a la occidental, positivista, formal eincrdula.

    9. No se puede entender la teora de la GE a menos que nos despojemos de ciertosprejuicios cientificistas, agnosticismos e incredulidades.

    Es inadmisible, aunque comprensible, que pueda haber telogos y misilogos que no seancapaces depercibirlas realidades espirituales al punto de poder desarrollar una prcticamisionera que responda a las demandas de una poblacin cautiva por el Diablo. Que lamaldad est extendiendo en el mundo, lo est. Y por haberse multiplicado la maldad, el

    amor de muchos se enfriar, dice la Biblia.

    Eso se dijo en un contexto escatolgico y vale para nuestros tiempos. Muchas vecesnuestras presunciones cientficas no son ms que formas sutiles de incredulidad y hastauna falta de apertura, una carencia de mentalidad cientfica como para estar abiertos y

    advertidos de no hablar categricamente sobre misterios y sobre asuntos que noconocemos o sobre los cuales no tenemos autoridad. Sobre todo si se trata de asuntossobre los cuales no estamos autorizados por la Biblia para afirmarlos o negarlos.

    El juicio de la Escritura sobre las actitudes arrogantes de quienes critican, en este caso, laGE, sin saber de lo que se trata, es terrible. Judas refirindose a los falsos maestros dice:Estos soadores mancillan la carne, rechazan la autoridad y blasfeman de las

    potestades superioresblasfeman de cuantas cosas no conocen; y en las que por

    naturaleza conocen, se corrompen como animales irracionales (Judas 8 y 10). Antes de

    criticar lo que no se conoce, es de sabios y entendidos guardar silencio. Ya le llegar elentendimiento, una vez que se abra a la libertad del Espritu.

    10.La teora de la GE ampla el concepto de liberacin que redujo en parte lateologa Latinoamericana de la liberacin.

    Que Amrica Latina necesita liberacin es una verdad a gritos. El problema es cmolograrla? Las estrategias y tcticas militares y polticas, incluso hasta la mismademocracia, han demostrado ser ineficaces sino insuficientes para combatir malesestructurales como la pobreza, la injusticia social o el narcotrfico.

    Necesitamos mtodos ms cualitativos para erradicar desde sus races los males que nosaquejan. La teora de la GE puede dar una luz por dnde podra estar el camino para unaliberacin integral de los pueblos, sin menospreciar otros caminos ya recorridos. Elesquema Dependencia-liberacin planteado por la Teora de la Dependencia en lasCiencias Sociales y que sirvi para la construccin de una Teologa de la Liberacin, estaahora siendo revisado en sus contenidos y mtodos.

    Yo creo que ahora ms que antes necesitamos liberacin, porque con la cada del muro deBerln si bien es cierto se han soltado algunas ataduras ideolgicas de impiedad, el mundoha quedado merced de la atadura del sistema capitalista. Una nueva cortina de Hierro se

    ha levantado y esta vez sobre toda la humanidad, que nos ha colocado a todos en unaprofunda esclavitud de la que necesitamos ser liberados.

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    B E R N A R D O C A M P O S | P A R A E N T E N D E R L A G UE R R A E S P I R I T UA L 27Formas ms groseras de pobreza, terribles injusticias y opresiones se ciernen sobre los

    pueblos ms dbiles del planeta; un imperio se ha levantado y quiere gobernar a lasnaciones. Poblamos un mundo en situacin de dependencia a manos de unos pocos que

    poseen muchas riquezas y controlan la economa mundial. El Seor nos libre de estepoder demonaco y sean sueltas las ataduras de esta iniquidad satnica. Dios quierehombres y mujeres libres, naciones gobernadas por el principio de la justicia y rectitud.

    Pero esta libertad completa, aunque empiece por la liberacin terrenal socioeconmica,poltica y cultural, no se agota en ella. La libertad que Dios nos propone es la Libertad deToda la Creacin, hecha posible por la Victoria de Cristo sobre las huestes de maldad, y

    por la cual el Espritugime desde dentro de nosotros

    Con seguridad Dios ha mirado nuestra opresin y sufrimiento y ha levantado un liberadorpara pelear por nosotros contra ese Faran que oprime a su pueblo (Exo. 2.23-25: 3: 9-12). No temis, estad firmes y ved la salvacin que Jehov har hoy con vosotros;

    porque los egipcios que hoy habis visto, nunca ms para siempre los veris. Jehovpelear por vosotrosy vosotros estaris tranquilos (Exo. 14: 13-14).

    Muy pronto Dios har caer a esos egipcios modernos que se creen todopoderosos y los

    desaparecer de nuestra vista. Pero la guerra la librar el Seor. No es con ejrcito, nicon fuerza, sino con su Espritu (Zac 4.6) que ser posible una liberacin final de nuestro

    planeta.

    Que hay una lucha, la hay, pero no es solo una lucha de clases, sino una lucha muchomayor contra un enemigo mucho mayor y ms expandida. Porque no tenemos luchacontra carne y sangre sino contra principados, contra potestades, contra los

    gobernadores de las tinieblas de este cosmos, contra huestes espirituales de maldad en

    las regiones celestes (Ef. 6: 12)Lo bueno de todo esto es que en Cristo ya hemos vencido al que tena el imperio de lamuerte, porque particip de nuestros sufrimientos. De modo que no debemos tener temorni a la muerte ni a ninguna esclavitud (Heb. 2:14-15) La guerra que libramos es unaconsecuencia de la victoria de Cristo. Dicho de otro modo, porque Cristo ya guerre esque ahora nuestra batalla es victoriosa.

    11.La teora de la GE es en cierto modo una teora epocal.

    Se explica en medio de esta "crisis de paradigmas" que vivimos. Es epocal, es decir

    perteneciente a una poca, porque surge precisamente en una poca de la historiamundial en la que todos los slidos se desvanecen en el aire, una poca en que la

    ciencia y la tcnica buscan nuevas bases sobre la cual fundar sus conocimientos.

    Es epocal, adems, porque empez con nuevo vigor ad portas del nuevo milenio, unapoca en que --como en el ao mil de la edad media-- los pavores del futuro se desatan.

    La teora de la GE escatolgicamente debe entenderse a la luz de la segunda venida deCristo. Me temo que mucho de la teologa contempornea ha vaciado sus contenidos al

    discutir el milenio (kiliasmo) ms bien en trminos polticos, econmicos, o socio-religiosos, fuertemente influenciados por la agona de modernidad, que por larecuperacin de antiguos sueos y visiones.

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    No quiero sugerir un retorno a los terrores medievales. Slo quiero llamar la atencin deuna realidad espiritual que est siendo leda por los GE y que puede producir en lamisionologa actual una revolucin sin precedentes, siempre que se busque un equilibrioentre la Palabra y el Espritu.

    12. La teora de la guerra espiritual hara bien en profundizar la idea bblica de lashalom como contraparte y salvaguarda de polarizaciones.

    La Paz de Dios no es slo un evento del porvenir. Ella ya ha comenzado en la cruz deCristo, reconciliando a los pueblos y generando un Nuevo Orden Mundial segn Dios, elPadre.

    Este nuevo orden no es segn el mundo, sino segn Cristo. Esta Shalm de Dios harvisible el Reino y Reinado de Dios por sobre el reino del maligno.

    Eljubileocomo fiesta de liberacin debe ser una realidad entre nosotros, ya desde ahorahasta la instauracin definitiva del Reino de Dios.

    Es el Espritu de Cristo, como uncin espiritual, el que hace posible la libertad de loscautivos, el que trae sanidad a las naciones quebrantadas por este sistema demonaco, elque proclamar el ao agradable del Seor ofreciendo libertad de toda deuda. El Espritumesinico es que dar la vista a los ciegos que no pueden ver ms all de sus lentesmodernos; es esa uncin mesinica la que es en trminos integrales la buena noticia real

    y concreta para los pobres y la que, definitivamente, pondr en libertad a todos losoprimidos por el diablo (Lucas 4:18-19).

    Una guerra espiritual se ha desatado desde los orgenes del mundo (Gn 1.2), las fuerzasdel mal se oponen a las fuerzas del bien, pero al final triunfa el Sumo Bien, la Luz de Diossobre las tinieblas (Gn 1.3), gracias a la Victoria de Cristo en la cruz sobre Satans. Esaguerra que Dios ha librado por nosotros nos faculta a desatar ataduras de esta tierra all

    en los cielos y viceversa (Mat. 16.19). Tal es la autoridad conferida a los apstoles deJesucristo para todos los tiempos.

    Habremos de librar una guerra en la Misin. Para eso es que tenemos la autoridad deDios: para anunciar la cercana del Reino de Dios sobre la tierra, para sanar a los

    enfermos de las plagas de este fin de los tiempos, para limpiar leprosos, que estnmanchados por esta moderna cultura profana, para resucitar a los muertos como lo hizoJess con Lzaro, es decir, aqu y ahora, esos muertos que agonizan lentamente y sonenterrados sin ver realidad sus esperanzas. A falta del ejercicio del poder de laresurreccin, es que muchos se han sentido los olvidados de Dios, y han dado lugar a laincredulidad respecto del poder de Dios.

    Hemos sido facultados para echar fuera de nuestras tierras a los demonios que quierentomar posesin de ellas (Mr 5.17). Todo esto, por el don de Dios, es decir, de la maneracomo Dios no lo ha dado, as tambin nosotros lo debemos impartir (Mat 10.7.8)

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    B E R N A R D O C A M P O S | P A R A E N T E N D E R L A G UE R R A E S P I R I T UA L 29CAPITULO IV

    LA GUERRA ESPIRITUAL COMO FORMA DECONOCIMIENTO

    1. La necesidad de principios rectoresEn efecto, despus de leer una cantidad de experiencias en materia de GE, las mismasque muchas veces no tienen sustento bblico o que su sustento citado responde a unainterpretacin forzada del texto bblico, uno queda con la impresin de que se est en el

    terreno movedizo de la ficcin o la fantasa. Hasta ahora he encontrado que lapsicologa de la religin tiene mejores respuestas que la propia teologa contempornea,ms preocupada por las realidades terrestres.

    Cmo saber, por ejemplo, si lo que Rita Cabezas mostr como una tabla jerrquica deprincipados, gobernadores y huestes espirituales de maldad, efectivamente correspondea la verdad toda vez que fue desvelado por un demonio (asmodeo) y no por revelacin

    divina? Por qu Dios no nos revel directamente las jerarquas celestes, tanto lasdemonacas como las anglicas?

    Cules son, pues, los criterios de verificacin de los que dispondramos para corroborarla verdad o falsedad de tales o cuales afirmaciones sobre seres o entidades celestes?Dnde o en qu terreno es que se decide la verdad o falsedad de un conocimientorelativo al mundo espiritual? En la Biblia tras una exgesis? En la teologa (lademonologa) tras un examen lgico? En la experiencia, tras una sesin psicolgico-

    pastoral? En un culto de oracin y ayuno, tras una declaracin proftica o unamanifestacin demonaca?

    Cmo saber finalmente si los conocimientos del mundo del averno proveniente de unaconvertida del satanismo al cristianismo como Rebeca Brown son verdades evanglicaso llevan todava las marcas de un esoterismo cuasi gnstico de su experiencia anterior?

    Preguntas todas estas para m difciles de contestar de manera simple y abreviada, sinpecar de ingenuidad o de docta ignorancia.

    Slo puedo hacer alusin a algunos principios rectores que creo llegarn a ser tiles eneste espinoso camino de la verificacin.

    1. En primer lugary desde el punto de vista del mtodo y de sus procedimientoslgicos, es de esperar que la naturaleza del objeto a investigar sea quien gue loscaminos de su conocimiento. En palabras ms simples, una realidad fsica omaterial, ha de investigarse con los mtodos propios para acceder a un

    conocimiento de la materia, esto es mediante los sentidos o la prolongacin deellos mediante instrumentos. Una realidad o conducta psicolgica, debe serobservada mediante los rasgos del comportamiento reiterado. De igual forma,

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    B E R N A R D O C A M P O S | P A R A E N T E N D E R L A G UE R R A E S P I R I T UA L 30una realidad espiritual debe ser examinada espiritualmente. No debe descartarseas por as la experiencia espiritual como asidero del cristiano en su relacin conlas cosas del Espritu. Bien dice la Escritura:

    6Sin embargo, hablamos sabidura entre los que han alcanzado madurez;

    y sabidura, no de este siglo, ni de los prncipes de este siglo, que

    perecen. 7Mas hablamos sabidura de Dios en misterio, la sabiduraoculta, la cual Dios predestin antes de los siglos para nuestra gloria, 8la

    que ninguno de los prncipes de este siglo conoci; porque si la hubieran

    conocido, nunca habran crucificado al Seor de gloria. 9Antes bien,

    como est escrito: Cosas que ojo no vio, ni odo oy, Ni han subido en

    corazn de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le

    aman. 10Pero Dios nos las revel a nosotros por el Espritu; porque el

    Espritu todo lo escudria, aun lo profundo de Dios. 11Porque quin de

    los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espritu del hombre que

    est en l? As tampoco nadie conoci las cosas de Dios, sino el Espritu

    de Dios. 12Y nosotros no hemos recibido el espritu del mundo, sino el

    Espritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha

    concedido, 13lo cual tambin hablamos, no con palabras enseadas por

    sabidura humana, sino con las que ensea el Espritu, acomodando lo

    espiritual a lo espiritual.14Pero el hombre natural no percibe las cosas

    que son del Espritu de Dios, porque para l son locura, y no las puede

    entender, porque se han de discernir espiritualmente. 15En cambio el

    espiritual juzga todas las cosas; pero l no es juzgado de nadie. 16Porque

    quin conoci la mente del Seor? Quin le instruir? Mas nosotros

    tenemos la mente de Cristo(1 Cor 2: 6-16).

    2. En segundo lugar, es necesario apelar a una hermenutica del Espritu. Frente almundo del Espritu, los criterios de juicio cambian y al cambiar los criterios de

    juicio y de valor, cambian simultneamente los cnones que rigen lahermenutica y por consiguiente todo el discurso religioso. En consecuencia lanueva bsqueda exigir un instrumental adecuado que permita el anlisisapropiado de la nueva lgica.

    Frente a ello en nuestro artculo Hacia una Hermenutica del Espritu(HDE)41 propusimos la necesidad de un nuevo instrumental terico para lacomprensin del fenmeno religioso contemporneo referido tanto a la

    reafirmacin de los antiguos carismas apostlico y proftico como a la guerraespiritual. Advertimos desde el principio que se trata de proponer un mtodode interpretacin de la realidada partir de una interpretacin de las Escrituras,

    pero en dilogo permanente con la experiencia y la iluminacin del EsprituSanto en la cotidianidad de la vida religiosa.

    Segn proponemos, la realidad en la cual estamos y la cual siempre

    construimos (Berger y Luckmann) no es slo ni nicamente la realidad materialdel mundo fsico que poblamos. Hay otros mbitos de realidadque es necesarioreconocer y que en el caso de lo espiritual--por su naturaleza slo se puede

    41CAMPOS, Bernardo. Hacia una Hermenutica del Espritu como clave para entender el EsprituMesini co en el Profetismo Bbl ico y Contemporneo. Lima, Per: Textos de Religin del IPER, 2004:1-37

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    B E R N A R D O C A M P O S | P A R A E N T E N D E R L A G UE R R A E S P I R I T UA L 31conocer mediante una HDE42. Y puntualiza, hablo de aquello que loscristianos reconocemos como el mundo del espritu o realidad espiritual,diferencindolo del mundo de los espritus, campo de las teogonas accesibles

    desde una antropologa de la religin43.

    Se trata, en el fondo, de retomar la idea del Discernimiento del Espritu

    mediante el cual los creyentes pueden reconocer los espritus que perturban sucomprensin y seguimiento a Jess, llmese espritu del error, espritu deengao, espritu de iniquidad o anticristo.

    3. En tercer lugar, es el Espritu Mesinico que radic en los profetas, el mismoEspritu al que debemos apelar para una comprensin ms profunda de losmisterios espirituales. Hemos sealado anteriormente que

    Cuando en la Biblia se habla de discernimiento por lo general se refiere

    al reconocimiento del Mesas. Se trata de una revelacin, es decir undesvelamiento, que corre el velo para reconocerentre nosotros al ungidode Dios (Mt. 16: 17).

    As, en el pequeo apocalipsis de Mc 13 se advierte que el retorno delMesas y el discernimiento de quines son los Falsos Mesas, slo puedeser reconocido por una Hermenutica del Espritu. En Mateo 16.13-17ss,Pedro (y el crculo de los discpulos) por la Revelacin de Dios identificaa Jess como el Mesas. Segn Mateo 4, Satans hace uso de unacuasi-hermenutica del Espritu con perversas intenciones: hacer queJess incumpla su misin por someterse a los poderes de este mundo ynegarse al sacrificio de la cruz. Marcos 13.32-37 invita a velar y orar

    para reconocer el tiempo de su venida, aduciendo que tal reconocimientoslo ser posible mediante unaHermenutica del Espritu.

    En el Getseman Jess por el Espritu entiende que debe someter suvoluntad a la del Padre (Marc. 14.38). En el clsico pasaje de la uncin

    para la misin (Lucas 4.18), Jess exclama: el Espritu del Seor est

    sobre m por cuanto me ha ungido para predicar las buenas nuevas a los

    pobresy culmina diciendo: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante

    de vosotros (Lucas 4. 21). En este ltimo pasaje es claro que se dio una

    Hermenutica del Espritu, es decir, una actualizacin concreta delsentido de la Escritura para mostrar o revelar al Mesas.

    En Lucas 19.41-44 cuando Jess lamenta: Jerusaln, Jerusaln quematas a los profetas... declara profticamente la destruccin de

    Jerusaln por cuanto no conociste el tiempo de tu visitacin: Cmo

    habra sido posible reconocer humanamente en el hijo del carpintero Josal Mesas venidero, a no ser por una Hermenutica del Espritu?

    A loscaminantes de Emmaus le son abiertos sus ojos y reconocen a Jesscomo el Cristo Resucitado (Lucas 24). ElParacletos que habla de Cristoes el agente de una Hermenutica del Espritu (Juan 14). Segn Juan 19,el apstol Juan entr la primera vez al sepulcro y no vio nada, luego

    42 Ibid.:2443 Ibid.

  • 7/30/2019 Bernardo Campos--para Entender La Guerra Espiritual-bassel Publishers

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    B E R N A R D O C A M P O S | P A R A E N T E N D E R L A G UE R R A E S P I R I T UA L 32otra vez entr al sepulcro y recin vio. Acto seguido los discpulos

    entendieron el significado la resurreccin. Semiticamente aqu sesignifica que es necesaria una uncin especialpara comprender que nose puede buscar entre los muertos al que vive; que los discpulos de

    Jess slo pudieron comprender el sentido de la resurreccin, despus dela resurreccin, tras una uncin post-pascual.

    Finalmente, el espritu mesinico estuvo presente en los profetas de laantigedad, inquiriendo el tiempo de su manifestacin (1 Pe 1.10-12).Una Hermenutica del Espritu inquiere siempre, por el Espritu deCristo, su manifestacin oportuna (kairs) en la historia (cronos) de loshombres.

    En todos los casos mencionados, fue la uncin mesinica, el Espritu deCristo en los intrpretes, lo que